Las máscara son muy útiles, ayudan a esconder el rostro permitiendo mostrar solo lo deseado...
Las máscara son dulces mentiras, exhiben cualidades y favorecen la imagen...
Las máscara pueden alternarse de acuerdo a la persona, circunstancia o fin...
Las máscara cohíben, evitan acciones o palabras equivocas las cuales podrían tener graves consecuencias si las llevas a cabo...
Las máscara son ilusiones hermosas, facilitan el ser aceptado por aquellos que te rodean...
Pero...
Las máscara son engaños, falsedades que hieren y lastiman...
Las máscara son personajes nacidos del inmenso temor al rechazo y desprecio...
Las máscara son aterradores rostros capaces de sonreír en lugar de llorar, ocultan la verdad y realidad existente...
Las máscara protegen al ser indefenso, frágil y pequeño que se oculta en la oscuridad de las sombras.
Amo las máscara, las he amado desde mi infancia y las amare hasta el día de mi muerte.
Miro el reflejo de mi rostro en el espejo, una sonrisa se forma naturalmente en mis labios. Me he puesto una de mis máscaras, estoy lista.
Agencia de Limpieza Diamond Shine.
— Buenos días Martha — Saludo sonriendo a la mujer baja y regordeta detrás del enorme escritorio de madera. Su vestimenta roba una carcajada de mis labios. Afortunadamente estoy usando una de mis máscaras, de lo contrario estallaría en una resonada risa no muy educada.
Nunca entenderé la fascinación de las mujeres de hoy en día con los colores neones. La finalidad de tonalidades tan notorias son llamar la atención pero no lo logra de una buena manera, es imposible lucir bien cuando pareces llevar encima algún cartel cutre de aquellos que ponen en la salida de los bares en las paradas de la carretera.
Martha me devuelve la sonrisa, una falsa y clara muestra de cortesía teniendo en cuenta que me odia. Al principio tuve la ligera sospecha de haber sido descubierta por su perspicacia, tal vez mi mascará no había sido convincente a sus ojos., con el tiempo me entere de que su recelo hacia mi no se debía a ningún error o indiscreción de mi parte, la razón de su desagrado reside en mi (según ella) muy notable parecido con la mujer responsable de la destrucción de su hogar.
Un corto resumen expuesto por labios de la señora Martha., "hace casi 10 años era la mujer mas feliz de este mundo, una princesa hermosa y digna, de delgada silueta y mirada cautivadora. Se hallaba casada con el hombre mas apuesto, inteligente, amable y apasionado de todo el universo., pero un día llego una bruja malvada de piel blanca, con el cabello negro como la noche y ojos cafés oscuro como su alma, con artilugios y engaños hechizo al pobre e indefenso caballero que no tuvo otra opción mas allá de caer víctima en su trampa. "
Cada vez que escucho como se llena la boca contando su historia (lo cual hace siempre que se le presenta la oportunidad) suspiro reteniendo las palabras en mi garganta.
Como estaba previsto llego el fatídico día en el que no pude detenerme, la escucho vociferando con voz chillona., camine de prisa y al son de un paso firme, ante la mirada confundida de todos los demás trabajadores le digo:
Señora Martha dejemos las tonterías, su marido la dejo por una mujer tal vez mas joven, hermosa y divertida que usted. Me cuesta mucho imaginarla como una princesa digna cuando todos los días la observo sacarse los mocos y limpiar su dedo pulgar en la pata izquierda de la mesa. — su boca se abre en una perfecta O mientras me mira casi estupefacta, me siento complacida ante su expresión y continuo — No puedo imaginar lo apuesto y pasional del hombre de casi 60 años con un ojo visco, la estatura de un hobbit y el bigote descolorido visible en la foto de boda que aun conserva en el cajón derecho de su escritorio.
Si ese caballero como usted lo llama la dejo, mas allá de artilugios y engaños la verdadera razón fue la falta de sentimientos como el cariño, amor o respeto hacia usted. — Me acerco a su rostro, mis ojos se entrecierran y las frases venenosas no paran — Necesita aceptar el hecho de estar soltera, vieja y amargada, además de ser una machista de mierda culpando a la mujer, cuando ella no era mas que una desconocida para usted.
La señalo presionando mi dedo en su pecho con cada frase dicha — Fue su marido quien le mintió, la engaño, la traiciono, la lastimo pero como una mas de las millones de mujeres estúpidas, sin orgullo ni dignidad de este mundo aun lo defiende y culpa a un extraño., solo hay una palabra para describirla señora Martha y es — hago énfasis en mi palabra final, diciéndola silaba a silaba — Pa- té- ti- ca.
Las lágrimas salen de su rostro, al mismo tiempo totalmente satisfecha me rió a carcajadas, una estrambótica risotada típica de los villanos de las películas ochenteras. Las miradas insidiosas, los cuchicheos, la molestia en el rostro de algunos, la sorpresa en el de otros, todos me observan, me juzgan por haber dicho una verdad que todos pensábamos pero ninguno se atrevió a confesar, o eso me gustaría decir pero... mi máscara me prohíbe cometer semejante imprudencia.
Un ligero zig zag pasa por mis ojos, mientras la pintoresca visión se desvanece lentamente dejando a su paso solo el humo de un lejano pensamiento de mi imaginación. Sacudo mi cabeza y cierro los ojos rápidamente regresando a la realidad. Si... eso nunca paso, jamas pude decirle a la señora Martha la verdad, ni me di el placer de ver su molesta cara perpleja.
La miro riendo al teléfono pocos metros delante de mi. Continuo mi camino aun sonriendo hasta llegar finalmente a la habitación ubicada al fondo. Seria increíble poder expresar mi opinión, lo que realmente guardo en mi mente pero... no, no puedo, no si deseo adaptarme y no ser vista por todos los que me rodean como una perra desalmada (no estoy diciendo que no lo sea), pero no es bueno en nuestra sociedad ser reconocida como una.
Abro mi casillero dejando el bolso con mis pertenecías. Veo el espejo a un lado, por reflejo arreglo mi cabello peinándolo con mis manos., le doy un beso a la foto pegada en la parte superior del espejo, aquella en donde Alex y yo estamos abrazados y el osadamente besa mi mejilla.
Desvisto mi cuerpo asegurándome de sacar mi uniforme y guardar la ropa en el casillero., reviso la tela desgastada, al parecer ya es hora de solicitar uno nuevo., sujeto mi cabello fuertemente con un moño y estoy lista.
Muchas personas consideran el trabajar en una agencia de limpieza como algo desagradable o aun mejor desesperado., no puedo negar que el no haber terminado una carrera universitaria, ni ser capaz de encontrar trabajo en otro lugar me orillo hace 6 meses a aceptar el empleo, nunca en mi vida imagine que un día me sentiría feliz por saber que al lunes siguientes iría a limpiar los baños de algún edificio.
Encontrar trabajo no es tan fácil como se cree o espera, la mayoría de lugares exigen que las personas tengan experiencia, pero ¿como puedes obtenerla si ninguno te contrata?, y ni hablemos de las llamadas "roscas", si no eres el ahijado del tío del primo del hermano del dueño del lugar donde aspiras trabajar ni siquiera te darán una oportunidad de entrar.
Las largas horas de trabajo donde muchas veces debes soportar al familiar insoportable y gorrón de tu jefe (considerate afortunada si ninguno de los dos te acosa sexualmente), los gritos y en ocasiones malos tratos en esos días donde el genio de tus superiores no es particularmente agradable, pero lo peor es que después de soportar todo esa locura te contratan solo por unos meses, con lo que te ves obligada a buscar otro empleo.
Si... soy muy afortunada y no considero una deshonra la labor que desempeño en especial cuando es ella quien costea todos mis gastos desde los mas primordiales como el alquiler y la comida, hasta el libro que compre la semana pasada o las toallas sanitarias de las cuales me veo esclava cada 24 días.
Soy feliz de tener un trabajo, de no pasar hambre ni frió, y aunque al principio fue difícil adaptarme, después de un mes la rutina venció mi inexperiencia y derroto cualquier atisbo de asco o repulsión en mi cuerpo. Aunque hay ocasiones en las que nos topamos con atrocidades capaces de hacer vomitar hasta a las mas veteranas.
Un nuevo día de trabajo empieza, mi máscara esta lista y con una sonrisa converso como es usual con mis compañeros de trabajo, mujeres mayores que yo, y unos cuantos jóvenes, todos son agradables casi hasta el punto de lograr despertar cariño en mi, pero entonces la voz en mi mente me recuerda « no es a ti a quien sonríen », « no eres tu quien les agrada », « ellos no te quieren, no a ti », « es a tu máscara ».
Si, lo se, es mi máscara a quien ellos pueden ver.
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Máscara - Tus caricias son mentiras
RomanceMaximilian Ludfort es un hombre inteligente y muy atractivo, pertenece a una de las familias mas prestigiosas y adineradas del país, puede admitir que los lujos, la riqueza y un sin fin de mujeres ardientes que calienten su cama no es un problema...