Querida distancia:
Solo quería recordarte que eres una maldita egoísta.
¿Por qué haces que dos personas no puedan verse cada día? Que no puedan abrazarse, besarse, tocarse...
¿Por qué existes? ¿Por qué pones tantas pruebas? ¿Tantas inseguridades?
Todo lo dejas en manos de una llamada, de unos mensajes, de una visita de vez en cuando, ¿por qué? ¿por qué eres así?
Contigo todo es muchísimo más difícil, tú creas ese dolor, esa tristeza, en la persona hasta que se puede volver a reunir con la otra, y cuando ese encuentro tiene lugar es verdad que es cuando más se aprovecha el tiempo, cuando se vive más intensamente, cuando el amor que esas dos personas se dan es capaz de alumbrar el mundo entero cuando este se encuentra completamente a oscuras, aún así no entiendo tu manera de actuar. Pero, ¿sabes qué? Que me da igual, que tengo muy claro el propósito de vencerte y lo voy a conseguir cueste lo que cueste.
