Son pocos. Pocos son aquellos que se dan cuenta de la realidad y que en cada minúscula cosa que pasan, abren los ojos para encontrarse con una llamarada de fuego que los hace quemarse, dejando en carne viva piel anteriormente sana. Y con esto me refiero que poca gente se atreve a ver la realidad y enfrentarla. He vivido constantemente perseguida por el pasado y es que ¡aún no lo puedo olvidar! Es como una picadura. Tarda tanto en irse y te rascas, sí, así de bulgar lo diré, lo que hace que quede una marca por aún más tiempo. ¡Por favor, aténganse a las consecuencias! A veces el querer demasiado hace un daño importantísimo. Pero no hay que vivir con miedo a querer, puesto que es el sentimiento más hermoso. Querer hace amistades. Querer fortalece la seguridad. Querer te hace sentir completo. Pero cuando perdemos a aquella persona a la que tanto adoramos, el mundo se nos derrumba. En el sentido literal. Cada uno vive en su propia ''nube de pedo'', pero cuando empieza a llover, te caes. Sí, chocas contra el frío suelo y te preguntas ''¿qué mierda hago?''. Tu nube te daba seguridad y te respaldaba. Desde allí arriba, junto a ella, podías ver todo sin necesidad de abrir los ojos. Porque tu todo eras tú, y tú eras la nube.
Complicado, ¿no? Bueno, puede ser. Todo dependiendo de qué situación estés pasando. Yo sufro la pérdida de muchos amigos y siento como si todos los días estuviera cayendo en un vacío sin final y me pregunto cuándo parará.
De todas formas, he aprendido bastante y agradezco al destino (que yo misma lo he escrito) el enseñarme a valorar.
Sí, las cosas se solucionaron. Puede decirse que mi problema cesó, pero ¿será lo mismo? Claro que no. Yo fui, soy y seré recuerdos. Yo fui, soy y seré memoria. Yo fui, soy y seré alguien querido. Querido por mí, por atreverme a querer. Pero la ausencia en el pasado ha repercutado y entonces ¡plaf! Otra picadura.
No estoy bien y lo estoy. No estoy mal y lo estoy. Tal vez me volví un poco más cerrada y sí, el miedo me domina constantemente. Pero ya volveré a aprender. Esa picadura se irá. El recuerdo perdurará, pero no constantemente. Y ahora me dedicaré a cerrar la computadora, acomodarme en mi cama y fingir dormir. En realidad pensaré, pensaré ''¿en qué me metí?''. Luego sonreiré, lloraré, me enojaré, entristeceré, reiré, viviré y recordaré.