Prólogo

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5 años atrás.

―Bellamy, Adhara. ―El nombre resonó por todo el Gran Comedor. Con una punzada de nervios y preocupación, me dirijo con paso tembloroso hasta la silla donde el Sombrero Seleccionador me mandará a una casa que deberá de ser mi hogar durante 7 años. Me siento en silencio y observo las caras de mis compañeros, tanto los que se encuentran ya en las mesas como los que aún no han sido seleccionados me miran expectantes, pero no durante mucho tiempo, ya que un segundo después de que me colocaran el sombrero en la cabeza, una voz mucho más fuerte que la de la profesora brama:

― ¡Gryffindor! ―Sonrío sintiendo como el nudo enorme de mi pecho se deshace y corro a la mesa de mi casa mientras aplauden. Ninguno de mis padres es mago por lo que no sé casi nada (sólo lo que me han podido contar al llegar) de las 4 casas, así que tampoco tengo preferencias, tan sólo me importa encajar en mi grupo. Todos los que están a la mesa me dedican sonrisas y palmadas en la espalda y mis preocupaciones van quedando atrás.

―Encantada, Adhara. ¡Soy Rose! ―reconozco a la niña pelirroja y de ojos azules de haberla visto en el tren y en el grupo de los que esperábamos a ser seleccionados, y le devuelvo la amplia sonrisa que me dedica.

― ¡Encantada! ―le digo alegre. Con los nervios ni había prestado atención a la casa a la que la habían mandado.

―Me alegro de que me hayan puesto en Gryffindor, ¡Toda mi familia estuvo en esta casa!

― Ah, ¿sí? ―¡toda una familia de magos y brujas, tiene que ser genial! Pienso. ―Ni mi padre es mago, ni mi madre bruja. Creo que soy la primera en la familia, ¡se han alegrado mucho!

― ¡Hija de muggles, como mi madre! ―comenta muy sonriente.

― ¿Muggles? ―digo extrañada, en mi vida había oído esa palabra.

―Gente no mágica. ―me aclara. ―Pero no tienes nada de qué avergonzarte, no permitas que te digan tonterías. Mi madre es hija de muggles y es una de las mejores brujas que pisaron este colegio.

No entiendo muy bien por qué cree que puede que me sienta avergonzada, pero no me da tiempo a preguntarle ya que en ese momento la gran mesa se llena de comida de toda clase, y nuestro tema de conversación queda a un lado para poder llenarnos los estómagos.

Ya no estaba preocupada ni tenía miedo: estaba en Hogwarts, y parecía que todo iba a ir bien.

Estrellas Fugaces {Sirius Black}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora