Punto de vista.

11 1 0
                                    

Ojos negros... Oscuros como su cabello... Profundos como su alma, aquella que no dejaba a nadie conocer. Mostrarse tal como era, tan llena de sueños y fantasías, frágil y dolida romperían su imagen dura, solitaria y renegada de la vida. No, nunca más dejaría que alguien la conociera tanto como para lastimarla... Nadie se acercaría otra vez y jugaría con sus sentimientos, no volverian a romper su corazón que tanto le había costado unir...
Un pie delante del otro, un paso a la vez, por la mañana, su mente todavía dormida no le permitía pensar más que eso, un paso a la vez. Sus zapatillas de lona negras sobre la vereda de cemento frío y algún que otro mechón de su cabello alborotado por el viento, esa era toda su vista, un día más.

Un choque, otros zapatos en su vista, dolor en su cabeza y una mano fuerte en su brazo.
Un instante, tanto trabajo, tanto tiempo sin mirar más allá de si misma pero... Levanto la mirada y con esa simple acción descubrió más que en todo el último año... Encontró una mirada preocupada por ella una sonrisa nerviosa, apenada, de presentación... Tal vez había estado mirando mal... ¿Como era posible que las frías veredas de cemento tuvieran de techo árboles tan altos, majestuosos y anaranjados por el otoño? ¿Siempre habían estado esas aves danzando el cielo tan celeste?.. Fue un simple choque el que hacia un año la había dejado casi sin vida, tan dolida y el corazón hecho trizas... Y, que irónica esta vida, era otro choque la que la había despertado... No estaba segura de que pasaría a partir de aquel momento, pero conoció la belleza ese día y la admiraría tanto como pudiera... El sol quemando sus pálidas mejillas... Su cabello bailando junto a las aves en el viento... Un pie delante del otro, con sus oscuros ojos negros absorbiendo el color de la naturaleza que tenía frente a ella y su corazón otra vez expuesto a el nuevo encuentro en aquella persona que la sujetaba ya no con fuerza sino con cuidado, como si se notara en su exterior lo frágil de su interior... Se le había escapado un año por un error, pero ahora lo entendía, todo este año tuvo dos opciones, aprender de él o quedarse en ese instante de dolor... Nunca más dejaría ir un día mirando sus pies... La vida ahí estaba e iba a tomarla...

Un Día, Una Historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora