Había sido abandonado en una acera y nadie sentía interés en él, todos pasaban sin prestarle atención a un trozo de madera viejo, cubierto con telas igual de viejas que la madera, y el agua empezaba a caer, porque una tormenta se avecinaba.
—¡Papi! —el grito de un niño pequeño llama la atención de un adulto que se acerca hasta él.
—¿Qué pasa?
—¡Mira! —Tomó el trozo de madera y se lo señala su papá —un muñeco de madera abandonado.
—Min Ho no creo que esté abandonado, debe tener un dueño.
—Pero no hay nadie con él.
Su papá lo observa leyendo su mente, entendía lo que quería su hijo, él se podía identificar con el niño, cuando era pequeño era igual, le gustaba guardar cualquier objeto que veía y le llamaba la atención, aunque después tenía que pelear con sus padres que le decían que sólo era basura y algunas veces tenía que deshacerse de ellos.
—Min Ho...
—Papi ¿puedo quedármelo? —el niño rogó.
Miró a sus alrededores y no hay nadie que pueda ser dueño de aquel muñeco de madera, pudo haber sido abandonado u olvidado, pero vio la ilusión los ojos de su hijo y no se cree capaz de poder negarle a que se quede con el muñeco.
—Está bien, puedes quedártelo, pero si vemos a alguien buscándolo promete que lo regresarás.
El niño asintió efusivo y su papá sonrió volviendo a darle la mano, ellos habían salido de la casa por unas medicinas para la mamá de Min Ho que se encontraba resfriada, y ahora no sólo llevaban la medicina sino que también un muñeco viejo de madera.
Cuando llegaron a la casa el niño corrió a su habitación con el muñeco, inmediatamente le sacó la ropa y empezó a limpiarlo de todo el polvo que tenía, corrió hasta la habitación de su hermana y empezó a buscar entre los juguetes que ella tenía guardados porque ya no los utilizaba, encontró varios vestidos, pero no era lo que necesitaba, siguió buscando hasta que ropa de muñecos apareció, no había mucha de la que escoger y tomó la que más le gustaba que era un overol azul y un polo de rayas blancas y rojas, con eso volvió hasta su habitación.
Min Ho tomó a su muñeco y le colocó las cuerdas en dónde creía que iban e intentó darle movimientos, porque cuando lo estaba limpiando notó que no sólo era un muñeco de madera sino que era un títere, luego de asegurarse que las cuerdas estaban en su lugar le colocó la ropa que había conseguido en la habitación de su hermana y comenzó a jugar con él.
—Eres bonito —le dijo luego de que su papá lo enviase a dormir —debería darte un nombre —lo pensó, cuál podría ser el nombre adecuado para su títere —Taemin, desde ahora ese será tú nombre.
Su papá le volvió a decir que era hora de dormir, se colocó el pijama y se acostó con su nuevo muñeco a su lado, quedándose dormido casi inmediatamente.
"Tae Min"
El títere luego de que el niño se durmiera movió su cabeza hacia un lado y otro intentando reconocer el lugar en mitad de la noche.
—Tae Min —repitió —me gusta. Miró al niño que dormía a su lado. —Has sido tú quién me ha dado un nuevo nombre.
Como pudo se esforzó para mover las mantas para cubrirlo correctamente al niño, y después se acostó a su lado, manteniéndose con los ojos abiertos porque le llamaba mucho la atención en dónde se encontraba porque desde la última vez que alguien le había dado un nombre había pasado mucho tiempo, y luego se convirtió en un títere que era utilizado en la calle para dar espectáculos y conseguir dinero, sin embargo no había sido nombrado, y luego de aquella persona pasó por muchas manos más hasta ahora que estaba en las de Min Ho.
ESTÁS LEYENDO
Un títere.
Fiksi PenggemarLo encontró abandonado en calle, sólo era un trozo de madera viejo, cubierto de trapos viejos que se convirtió en un muñeco que ocupó un lugar junto a sus trofeos por años. Prohibido adaptaciones, traducciones o cualquier uso sin permiso. La histori...