Un títere.

Capítulo final.

"¡Debías amarme!"

"Lo siento"

Tae Min estaba inmóvil al momento que la puerta de la habitación de Min Ho se abrió y por ella apareció la hermana de él, quien lo observó con los ojos muy abiertos antes de gritar "mamá", y él no sabía qué hacer. Desde que dejó de ser un títere había pasado tan sólo una semana y vivía en la habitación de Min Ho, siendo su ex dueño quien siempre se encargaba de llevarle la comida a pesar de que sus padres le pidiesen que comiera con ellos y cuando era obligado a hacerlo compraba algo para Tae Min, pero nunca lo dejaba sin comer.

La mamá de Min Ho apareció luego de unos minutos y también se sorprendió al verlo porque Min Ho había salido hace máximo diez minutos y él no debería estar ahí, al menos en lo que ellas podían saber, y Tae Min no sabía qué hacer porque ni siquiera encontraba sus palabras, porque después de todo, luego de años esa habitación seguía siendo su hogar, porque sólo cuando la casa se encontraba completamente sola él salía de la habitación de Min Ho, y a pesar de que se aburría en ocasiones se obligaba a permanecer ahí porque si era descubierto no sabría a donde ir, fue un títere durante años, ahora ese era su hogar.

—Yo... —intentó comenzar.

—¡Min Ho! —gritó la señora Choi aunque él no se encontrara presente.

—Mamá...

—Cuando llegue tu hermano me escuchará —habló a la chica —¿cómo te llamas? —preguntó en un tono más suave a Tae Min, porque lo había visto encogerse en su lugar cuando gritó el nombre de su hijo.

—Ta-Tae Min.

—¿Qué haces aquí?

—Yo...

—¿Conoces a Min Ho, verdad?

Tae Min no quería meterlo en problemas pero sabía que ya lo había hecho luego de que fuera descubierto, no había sido su intensión, pero no escuchó que la puerta iba a ser abierta, si lo hubiera sabido se habría escondido como ya lo había tenido que hacer unos días antes cuando la señora Choi fue a limpiar un poco la habitación de su hijo, pero ahora había estado concentrado en un libro que había encontrado que ni siquiera la había escuchado a la chica.

—Soo Hyun, cuando llegue tu hermano avísame, y tú... —vio a Tae Min que parecía un animal asustado y suavizó su expresión, no podía decirle algo a él si se presentaba tan vulnerable frente a ella —también tendré que hablar contigo cuando él llegue —aclaró la garganta, al recordar que en esa mañana su hijo se había despertado tarde y se había ido casi corriendo a clases —si tienes hambre dímelo.

—G-Gracias —hizo una reverencia, pero no tenía hambre porque había comido de las galletas que Min Ho le había comprado el día anterior cuando no le pudo llevar la cena y lo único que encontró fue aquellas galletas en una tienda de autoservicio más cercana, comprando en exageración.

Vio a las dos mujeres salir de la habitación y él se quedó viendo la puerta por varios minutos, lo que menos había querido era hacer que Min Ho se meta en problemas pero al parecer era lo que había hecho, intentó concentrarse en el libro nuevamente pero no podía hacerlo, no podía dejar de pensar en la forma de ayudar a Min Ho, porque después de todo él lo estaba ayudando, bien pudo haber dicho que no podía quedarse y pedirle que se fuera de su casa.

La puerta se abrió nuevamente y ésta vez sólo fue Soo Hyun la que apareció, tenía un pequeña sonrisa en sus labios y para él era algo intimidante eso, la vio acercarse y él se acomodó mejor en la cama cuando ella se sentó en la cama.