10-El Ying y el Yang

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Se despertó cansada, como si hubiera dormido encima de una piedra. Pero al fijarse mejor, se dio cuenta que era un futon. Estaba en la sala de Shinigami-sama, y se pregunto porque no estaba en su habitación de invitada. Se acordó de ayer por la noche, y se abrazo a si misma. Ese desconocido le resultaba familiar, pero no lo podía recordar.

-¡Vaya vaya! ¡Buenos dias dormilona! Creí que te quedarías todo el día durmiendo-Aparecio el dueño y señor de la habitación, con dos vasos de té, que dejo en su pequeña mesita, mientras tomaba asiento ahí. Tsugumi, quería preguntarle como había acabado allí, pero el se adelanto.

-Cuando vi que te trajo el Dr.Stein ¡P-Por poco y me da algo! ¡Temí que estuvieras herida, o algo peor!-expreso con cara de preocupación, mientras agitaba las manos cómicamente.

-Estoy bien, no hacia falta que me llevara hasta su habitación-Se levanto y se dirigió hacia la puerta. Shinigami-sama se levanto con el vaso en las manos.

-¡Oye, espera! ¿No vas a tomarte el té? Lo he hecho sabiendo que te gusta dulce, y no muy amargo-Tsugumi no dijo nada. Hasta que una voz mas profunda, que hacia mucho tiempo que no escuchaba, la paralizo antes de salir-Por favor, quédate tenemos que hablar.

A pesar de que no era un tono amenazante, se estremeció un poco. Le tenia mucho respeto a Shinigami-sama, pero no solo por su terrible poder y su abrumadora aura, recordaba que de pequeña, se escondía detrás de Kid asustada, cuando aún no había creado su otra faceta para no asustar a los niños.

Se arrodillo ante la pequeña mesa, y tomo el vaso entre sus desgastadas, y pequeñas manos.

-¿Sabes, porque te he hecho venir hasta Death City?-dijo soplando el té caliente.

-Para luchar en la guerra que se avecina con Kidd-Observo, su reflejo en el liquido verde.

-¡Correcto!-comento juguetón-Tengo entendido que todo este tiempo, has estado haciendo misiones en muchos sitios, y mi hijo y tu sois amigos de la infancia, pensé que en estos momentos tan complicados, podrías serle de gran ayuda.

-No entiendo, porque me esta contando esto-su aura se incremento, aun sin quererlo, sintiendo la ira crecer en su interior-Fue usted quien me echó de esta ciudad.

Shinigama-sama tomo un sorbo, pero no hizo caso al claro enfado de la arma.

-Veo que has crecido bastante desde entonces, y también te has hecho mas fuerte, me alegro-Hubo un silencio bastante largo, hasta que se termino el té. Se puso serio, pero sin parecer amenazante, mas bien nostálgico.

-Si su plan era separarme de Kidd, entonces lo ha logrado, pero no pienso rendirme tan fácilmente-Vio en sus ojos una gran determinación y por otra parte odio, sin embargo lo comprendía.

-Es razonable, el como te sientes ahora, pero no tuve otra opción mas que separaros durante un tiempo, y se que por mi parte es cruel, pedirte ayuda justo ahora, después de...-

-Diez años-Fue interrumpido, con nada mas que la verdad.

-Exacto, pero quiero que sepas que lo hice por una razón, y no me arrepiento de ello-

-Pues entonces, dígamela-Tsugumi apreto los dientes y luego el vaso de cerámica, hasta resquebrajarlo.


Las gemelas observaban las calles, desde el tejado de su casa. Les gustaba estar ahí arriba, sobretodo por la tarde, se distraían viendo a los peatones, o simplemente hablando de cualquier cosa, pero hoy estaban en silencio compartiendo una bebida energética.Oyeron unos pasos acercandose y ambas sorprendidas, se giraron al ver a Kidd acercandose hacia ellas.

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