Im/perfecta

La broma que salió mal

De vuelta en mi casa, con mis libros, con mis sonrisas falsas, con mi predisposición forzada, con la mentira dibujada a través de mis rasgos... Eso era mi vida, un engaño. Desde el día en el que mi padre nos abandonó me juré a mi misma ser la hija perfecta, tenía tanto miedo de qué mi madre me abandonara también que hice todo lo que está a mi alcance para evitar eso, pero no estoy segura de haber tomado la decisión correcta
"La nerd"
"La traga libros"
"La muda"
"La chica fantasma"
Eran algunos de los apodos que me rodeaban, pero no me importaba, por que no podía dejar que me importe, si lo hacía estaría concentrándome en mis alrededores que me descarrilarían de mi objetivo... Ser la hija perfecta...Trabajo al que me había entregado en alma, pero al parecer nunca era suficiente

Tras terminar de releer mi libro favorito por décima vez, baje hacia la cocina y empecé a preparar la cena. Hoy haría el plato favorito de mi madre, lasagna. Ya acostumbrada a hacer este plato me puse manos a la obra.

(...)

-¿Qué mierda es esto?- preguntó Jimm mirando con desagrada el plato en el que había estado trabajando durante 2 horas. Lo miré extrañada, pero aún así le respondí respetuosamente - Lasagna ¿acaso le falta sal? - pregunte con una sonrisa cálida en mis labios, obviamente falsa.
-Comimos pastas ayer ¡niña idiota! Ve y prepara otra cosa, no quiero repetir comidas- gruñó hacia mi... Maldigo el día en el que mi madre se casó con este hombre.
- Con su permiso, esta comida ha sido difícil de preparar, me parece un desperdicio desecharla solo por un capricho- las palabras escaparon de mis labios sin permiso, al darme cuenta de lo que había dicho sentí un escalofrío recorrer todo mi espalda, y note como cada nervio de mi cuerpo se alteraba

¿Cómo es posible que haya dicho eso? ¿No puedo mantener mi boca cerrada, y ya?

-¿Disculpa? ¿Qué acabas de decir? ¿Capricho? eso es lo que estás haciendo tu en este momento- me miró desafiante, y una sonrisa de superación llenaba sus facciones, el creía que era el único con el poder, y lo era

-Pues a mi me parece que esta lasagna está repugnante ¿No es cierto mi amor?- Jimm miró a mi progenitora en busca de su aprobación, esta asintió con la cabeza restándole importancia, mientras miraba su revista entretenida

La impotencia lograba que cada fibra de mi cuerpo temblará, mis manos, mis piernas, todo, parecía una jaletina viviente.Pero mi cuerpo no temblaba de miedo lo hacía por contener todo lo que hay guardado en mi interior, los gritos desgarradores atrapados en mi garganta, tratando de dejar ir todo lo que tengo guardado. Pero me contengo lo mejor que puedo, y reflejo una sonrisa en mi rostro

-Bueno, como tu madre y yo estamos de acuerdo en que esto es una basura, debemos tratarla como tal ¿No crees?- no entendía a que se refería, hasta que uno segundos después toda la comida estaba desparramada por en suelo

-Levántala- una sonrisa de satisfacción se acomodó en sus facciones, el sabía que esto me molestaba, el sabía que lo odiaba (a pesar de nunca habérselo dicho) el lo sabia, y aprovechaba cada segundo de su vida para demostrármelo

A pesar de estar al borde de las lágrimas, no dejé que la humillación me venciera y respondí con una sonrisa nuevamente -enseguida-

(•••••)

Ya estoy cansada de esto... Estoy cansada... Necesito que mi madre se de cuenta de lo que está sucediendo a su alrededor, necesito que haga algo ¿Cuánto tiempo pasará antes de que llegue a mi punto de saturación? todo a mi alrededor se sentía tan vacío, tan ficticio.Solo deseaba que mis labios pudieran formar una silueta legítima, una sonrisa real, como las que veo todos los días en el instituto ¿Cuándo podré tener eso?