Just a letter (Harry Styles) terminada

cap 10

Había un chico en mi puerta. No era Ryan, definitivamente no, y solo me detuve.
No, no quería conocerlo, iba en contra de nuestros planes, no debía conocerlo. Aunque, quizás, solo quizá, Era Harry intentando buscarme para decirme que no quería que me fuera, que me quería y que declarara a favor de papá.
El chico no se dejaba ver, lo que definitivamente apartó todos aquellos pensamientos dulces… Pero que si me comprobaban que era él, ya que en sus manos sostenía una hoja, o una carta. Tenía una gorra azul, solo de eso me percaté entre tanto pensamiento que se cruzó por mi mente.
Pronto ya no estaba allí, había desaparecido en la esquina, para abrirme paso a correr a casa.
“Por favor no Lizzy, no te vayas. Te aprecio demasiado como para dejarte ir… Declara a favor de tu padre… No quiero que te vayas.
¿Sabes cuanto tiempo estuve pensando en ti? ¿En solo pensar como llamarte?; Lizzy, fue el nombre perfecto que encontré luego de dos horas.
Ya perdí a Melinda, pero se que tu vales la pena, no me dejes como ella lo hizo, no me hagas odiarte.
Ya eres parte de mí, pequeña. Pero si no soy suficiente como para convencerte, quiero que sepas lo que alcanzaste a ser en mi vida en tal solo unos meses… Te agradesco todo. Pero si te marchas… Solo no respondas a esta carta, no quiero recibir una carta de ti partiéndome otra vez el corazón.
Y si esta es la despedida, Te deseo lo mejor… Mereces eso y mucho mas. Solo busca la felicidad a tiempo. Sólo puedo decirte eso.
Harry”
Me dí cuenta que mis mejillas estaban humedecidas… Estaba llorando, pero de completa felicidad; Hoy me daba cuenta que realmente tenía a alguien en esta nueva vida… Un chico asombroso, que me tenía el mismo aprecio que yo sentía por él.
Podía estar segura de que si lo conociera en persona, me enamoraría de el… Aunque creía conocerlo lo suficiente como para enamorarme del chico de las cartas… De Harry, de aquel chico del que no era suficiente saber ni su segundo nombre, o su apellido… Sólo me había enamorado de Harry, de lo único que sabía de él, de su interior que era lo único que me importaba. Aquel chico del que sabía todo lo que nadie sabía, de aquel chico que creía sabía lo suficiente.