Es solo otro días más, nada nuevo, nada interesante. La misma rutina de siempre; respirar, caminar, trabajar, comer, dormir, nada nuevo. Solo existir.

Es sorprendente como el clima puede ajustarse con tu estado de ánimo, si sonríes quizás el día sonría contigo, si lloras es muy probable que él también lo haga. El universo es una cosa extraña que te recuerda cada día que la vida es buena para quiénes nacieron con esa suerte, quizás no estabas en la fila correcta y te toco una vida de mierda, ¿como sabes que tu vida es buena? Sencillo, ¡vives! Pero es más sencillo saber cuando tu vida es pura basura comercial, solo ocupas un lugar en el mundo, solo existes.

Las rutinas no son idóneas para las personas que viven, pero para mi que solo estoy ocupando un lugar en este café como todos los días, existiendo en un lugar de mierda, las rutinas son perfectas para personas como yo, no hay que sorprenderse de encontrar ciento de personas que solo existan, porque es más común existir que vivir.

Descubrí que vivir era muy difícil cuando apenas tenía 13 años, ¿no se supone qué a esta edad la vida sea maravillosa? ¿se sabe cuan difícil es vivir a esta edad? Ciertamente, yo puedo decirlo, gritarlo a los 4 vientos, vivir es una cosa muy difícil de hacer, luchar día a día por ser feliz es exageradamente difícil; para algunas persona es sencillo, nacieron con el don de saber vivir, otros solo nacimos para aumentar la población mundial.

Tener 20 años y saber que solo naciste para existir es una cosa asombrosa, porque sabes que ya no hay una razón para seguir buscándole sentido a la vida, solo debes seguir existiendo hasta que llegue tu hora de no hacerlo más. Quizás la vida te sonría y llegue tu momento de no solo existir, llegue algo que haga que tu vida sea genial, quizás te enamoras de alguien que vive y te enseñe a vivir, nunca se sabe, puedes encontrar tu motivo de vivir. Yo no lo necesito más, estoy bien solo existiendo en este lugar.

Vuelvo a mirar la hora en el reloj que esta en la pared color marfil de este agradable café, 6:30pm. No me sorprende que Sasha este retrasada nuevamente, es muy común en ella, supongo que tiene una vida muy ajetreada, la universidad debe de quitarle mucho de su tiempo. Queen Mother Café es un bello lugar para estar, esta camino a mi apartamento en Queen Street West, siempre tomo mis cafés en este lugar es muy acogedor, te hace sentir parte de algo, parte de alguien.

-Oh Mya, lo siento tanto. Ya no se como hacer para no retrasarme- esas fueron las palabras de Sasha al sentarse en la silla desocupada frente a mí.

-No hay porque disculparse, solo llevo...- miro el reloj nuevamente, 6:45- 45 minutos esperando que trajeras tu trasero hasta este hermoso lugar, ¿cómo estás?

-Tan irónica como siempre querida Mya- dijo mientras fruncía el ceño- estoy bien, ¿que tal tu? ¿como va el trabajo y los estudios?

-Todo bien de este lado, trabajo estable, estudios forzosos- fue mi respuesta- ¿cómo estás tu madre?

Sasha es mi única amiga, la conocí en mi primer día de universidad hace 2 años, es una de esas personas que viven, nunca entendí que vio en mi para que termináramos siendo amigas, pero como dicen, ¿a quien le dan pan que no coma? Es bueno tener a alguien que en algunos momentos te muestro que vivir también es bueno. Sasha convive con su madre en Adelaide Street, en un lindo apartamento, son solo ellas 2, supongo que eso es perfecto, en mi vida también somos 2. Jayden y yo.

-Perfecta como siempre.- no podía imaginarla de otra forma, Chiara es una mujer maravillosa, llena de vida y mucho amor para repartir, es una rubia despampanante, llena de curvas y unos bellos ojos verdes, su hija no niega quien es su madre.- ¿que tal esta Jayden?

Una sonrisa dibujo mis labio, era una de las pocas cosas que me hacían sonreír.

-Esta perfecto, esta con Harry, es su fin de semana para chicos.

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