Es realmente bueno llegar a casa luego de una difícil jornada de trabajo. Me encanta mi trabajo, es algo que disfruto mucho, pero eso no quita que sea agotador.
36 horas en el área neonatal es mortal para cualquier persona del mundo, es grandioso ver una nueva vida nacer, lo difícil es hacerte cargo de tantas vidas hasta que junto a sus madres sean dados de alta, ¡Dios Santo, estoy super agotada!
-Debo dormir el tiempo que queda antes de que Jayden llegue a casa- digo mientras estiro mis extremidades.
Me desvisto de camino al baño, necesito una relajante ducha, me la merezco luego de tanto trabajo. El aroma de las esencia y jabones de baño que ocupan mi mostrador son la cosa más deliciosa que hay.
20 minutos después estoy frente al espejo llenado mi cuerpo de cremas hidratantes con olor a vainilla. Escucho mi teléfono sonar a lo lejos, corro hacia la sala donde recuerdo haber dejado mi bolso, estoy segura que en su interior esta el celular.
-¿Hola?- contesto sin mirar el identificador.
-Mya, Harry al habla- seguramente Jayden ya viene de regreso.
-Hey Harry, ¿cómo estás? ¿que tal el fin de semana?- pregunto con interés.
-Entretenido, sabes que energía hay de más- es cierto, Jayden esta lleno de energía.
-Ciertamente, ¿cuál es el honor de tu llamada? ¿ya vienen en camino?- necesito terminar con esto para preparar la cena.
-Jayden quiere hablar contigo.
Bueno, esto es nuevo, Jayden nunca habla conmigo cuando esta con Harry.
-Oh, ¿algo fuera de lo común?- pregunto curiosa.
-No lo creo, solo dijo que quería hablarte.
-Vale, ponlo al teléfono.
Lo escucho decir que tome el teléfono porque estoy en la línea.
-Holaaa- no hay forma de que esa voz no saque una sonrisa de mis labios.
-Hola cielo, ¿cómo estás?- pregunto con ternura.
-Bien, ¿como estás tu?- es la cosita más tierna del mundo.
-Estoy bien amor, esperando que regreses a casa, ¿como estuvo tu fin de semana con papá?.
Hablamos mientras me visto, unos short y una franela es todo lo que necesito para estar por casa mientras preparo la cena. Me cuenta de su tarde en la piscina, de una feria con carritos chocones, muchos dulces y pocas vitaminas. Harry y sus desenfrenos.
-Ya llegamos, estamos bajo.
-Muy bien cariño, aquí los espero.
-Bye.
Me dirijo a la puerta para abrirla, no tardaran en subir, vivimos en el segundo piso.
-Mamiiii- escucho su voz antes de verlo.
-¡Bebé!- grito de vuelta antes de tenerlo en mis brazos y llenar su rostro de besos- te extrañe mucho estos días. Hola Harry.
-Hey Mya, ¿qué tal?- pregunta antes de depositar un beso en mi mejilla.
Harry es el padre de Jayden, las cosas no salieron muy bien entre nosotros, nos separamos y quedamos en buenos términos, no solo por Jayden, sino por nuestro bienestar.
-Todo bien por aquí, llegando del servicio, sabes como es- dije mientras me apartaba de la puerta para que pudiera pasar.
-Mami, papi dijo que podríamos viajar en verano- mire a Harry sorprendida, no habíamos hablado nada de eso.
