-Mya, ¿tardarás mucho para llegar a casa?- ese era Harry.
-No, ¿pasa algo?
-Para nada, solo que Jayden y yo ya estamos aquí, ¿donde estas tu?- preguntó, podría apostar que estaba frunciendo su ceño.
-Estoy en el supermercado, había que abastecer la despensa- dije mientras toma unos paquetes de pechugas de pollo.
-Aw, podríamos haber ido los tres, debiste avisarme.
-No estaba esto en mis planes, solo sucedió que el profesor de Parasitología tenía algo de prisa y nos libero antes de tiempo.
-Vale, te dejo, voy a duchar a Jayden- dijo- no tardes.
-Chaito.
Termine la llamada mientras revisaba que todo lo de la lista estuviese en carrito. Muy bien, todo listo, hora de ir a casa.
***
-Ya estoy en casa- grite mientras atravesaba la puerta cargada de bolsas del supermercado.
No obtuve respuesta, lo que me dejo con varias hipótesis:
*No están casa.
*Estaban dormidos.
*Veían televisión a un volumen muy elevado.La cual era muy tonta dado que no escuchaba ningún ruido. Quizás Harry había decidido salir, eso sonaba lógico.
Realice mi camino hacia la cocina y deje las bolsas sobre la encimera, regrese a la sala para dirigirme a las habitaciones. La habitación de Jayden estaba despejada, camine hacia la nuestra y de igual forma no había moros en la costa.
-Muy bien, la casa esta libre, es una buena oportunidad para realizar los deberes- dije mientras caminaba dentro de la habitación.
Cambie mi ropa por algo más cómodo, una buena limpieza depende de la comodidad de quien la realiza, unos pantalones cortos y una blusa de tirantes finos fue la opción a vestir para limpiar la madriguera.
Una vez en la cocina me encargue de cargar el lavaplatos, organizar la compra y limpiar los gabinetes, mientras en todo el apartamento se podía escuchar la melodía de la bicicleta, la nueva canción de Carlos Vive y Shakira; es una gran canción.
-Ella es la favorita la que canta las zonas, se mueven sus cadera como un barco en las olas, tiene los pies descalzos como un niño que adora y su cabello largo son un sol que te antoja, le gusta que le digan que la niña la lola, le gusta que la miren cuando ella baila sola, le gusta más la casa que no pasen las horas, le gusta Barranquilla le gusta Barcelona- cantaba a todo pulmón mientras barría la casa.
Voy a admitir que luego de que Harry y yo retomáramos nuestra relación las cosas se sentía más correctas, estaba siendo algo más feliz, se sentía como vivir un poco y no solo estar existiendo.
Ya hacían dos semanas desde aquella noche, nos estábamos absteniendo de tener relacionas hasta que mi período viniera y pudiéramos tener la píldora, por ahora no queríamos hermanitos para Jayden. Según mis cálculos la pasada noche todo estaba bien, así que supongo que no hay nada que temer.
Dos horas y muchas canciones después todo estaba limpió, la casa tenia un delicioso aroma a frutas frescas, Jayden y Harry aún no hacían acto de presencia por lo cual he decidido llamar al señor Cosart.
-Hey, flaca- luego de varios pitidos contesto.
-Hey, Harry- dije a modo de saludo- ¿donde están? Pensé que los encontraría en casa, hace más de dos horas que he llegado.
-Debiste llamar en cuanto llegaste, Jayden y yo estamos donde la abuela Sofia- contesto
-Saluda de mi parte a tu abuela, no llame antes porque estaba haciendo la limpieza aprovechando que no estaban en casa, solo que no pensé que tardarían tanto.
