La niña tenía el cabello amarillo y los ojos verdes, parecía un ángel.
-¡Hola buenas noches!- dije extrañada porque ya era muy tarde y era pequeña para estar sola.-¡Hola buenas noches! Estoy pérdida necesito hospedaje- dijo la niña con su dulce voz.
-Esta bien pasa- dije haciéndome a un lado para que pasará la niña.
Ella entro y se sentó en el sofá de la sala al frente de la chimenea para calentarse un poco.
-¿Como te llamas y cuantos años tienes?- pregunte con curiosidad.-Me llamo Ángela y tengo 8 años- respondió la niña- ¿y tu?
-Me llamo Abigail y tengo 16 años- respondí.
Nos fuimos a dormir, a las doce sonó el reloj cu-cu, me desperté y vi si estaba Ángela pero no era así. Me levante a buscarla bajando las escaleras y me dirigí al pasillo que va a la cocina mientras caminaba comenzaron a parpadear las luces y al final del mismo estaba Ángela diferente casi irreconocible. Tenía el cabello negro, los ojos oscuros completamente, tenía el pelo en la cara, no se distinguía los pies y un vestido rojo sangre. Salí corriendo hacia la puerta pero se cerró con seguro y no pude abrirla dejándome a solas y a oscuras con esa cosa