Capítulo 2

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Las cosas entre Isabela y Emiliano iban muy bien. Los dos habían vivido muchas experiencias juntos desde que Amanda nació, experiencias que los unieron como pareja y como una familia. Se habían dado cuenta del gran amor que se tiene uno al otro y de que a pesar de todos los problemas estaban logrando salir adelante con su hija.

 Era increíble que una desgracia no haya pasado en esa casa. Un consumidor y vendedor de marihuana, junto con una simple jovencita sin estudios, y el fruto de ellos, Amanda, una niña que no sabe absolutamente nada de su realidad. Esa era la familia de Amanda.

Una tarde, mientras Isabela tranquilamente amamantaba a su pequeña hija, tocaron fuertemente la vieja puerta de la casa.

- ¿Quién es? - gritó Isabela aún estando sentada en su mecedora con su hija en brazos.

- Somos la policía - contestaron.

Amanda corrió desesperadamente a la habitación donde se encontraba Emiliano durmiendo, - despierta Emiliano despierta, la policía está aquí, debes huir. - Emiliano se levantó rápidamente de la cama y tomó a su hija. - Ve y abre la puerta, diles que no estoy, no te preocupes por Amanda, yo la protegeré. -  Amanda siguió las órdenes de Emiliano y abrió la puerta.

- ¿Qué se les ofrece? – dijo Isabela muy nerviosa.

- Andamos buscando a este joven – dijo uno de ellos mostrándome una foto de Emiliano.

- Lo siento, no sé quién es.

- Le molesta si revisamos su casa, tenemos un permiso - dijeron mostrando dicho papel.

- Adelante – contestó Isabela temblando, ella sabía que Emiliano se encontraba arriba, en la habitación.

Los policías no encontraron nada, al parecer Emiliano se fue de la casa inexplicablemente, junto con él Amanda.

Pasaron tres horas y Emiliano no había vuelto, Isabela comenzó a pensar que seguramente no volvería más, así que soltó el llanto. - ¿Por qué lloras amor mío? - dijo Emiliano con una voz suave abrazando a Isabela. -Pensé que no volverías más, que me abandonarías. - Eso jamás Isabela.

Emiliano tomó en brazos a Isabela, había dejado a su hija en su cuna, los dos se besaban y las lágrimas de Isabela caían por sus mejillas, Emiliano se las secaba cada vez que veía caer una gota. Emiliano acostó lentamente a Isabela y con mucha ansiedad le quitó la blusa para luego besar sus pechos. Quitó su short y su ropa interior, Isabela estaba completamente desnuda en el sofá, gozando de los placeres que le daba su novio. Emiliano entró en ella de manera salvaje, ella gritó suavemente y se dejó llevar. Cerró sus ojos y se dedicó a sentir a Emiliano entrando en ella. Isabela rasguñaba la espalda de Emiliano, estaba a punto de tener su orgasmo cuando de pronto escucharon un fuerte golpe en la habitación donde se encontraba Amanda. Emiliano cubrió a Isabela con una pequeña manta situada en el sofá, y subió a investigar. Cuando llegó al cuarto lo primero que hizo fue dirigirse hacia la cuna de Isabela, notando que ella no estaba ahí. Miró por la ventana y pudo ver a una mujer corriendo con Amanda en brazos, hacia un carro negro que él ya conocía.

Emiliano tomó un arma que tenía muy guardada y bajo las escaleras lo más rápido que pudo y le dijo a Isabela que no saliera de la casa, menos estando así como estaba.

El carro avanzó y Emiliano se subió a su vieja camioneta, él haría todo lo posible por recuperar a su hija, daría la vida por ella si fuese necesario.

Cuando la camioneta de Emiliano se encontraba a pocos metros del carro negro, Emiliano disparó a una llanta, el carro derrapó y se detuvo. Emiliano bajó del carro, estaba armado, no tenía miedo. Se acercó al carro y apunto con su arma a la mujer que se encontraba en el volante, sin darse cuenta de que en el asiento trasero había alguien más con Amanda.

- Dame a mi hija - gritó Emiliano apuntando con su arma a Chris, un narcotraficante de los Estados Unidos, con el cual Emiliano tenía un negocio y muchas deudas.

- Entrégame todo el dinero que me debes y nadie saldrá herido – respondió Chris.

- Esto es lo único que tengo - Emiliano sacó un rollo de billetes.

Los vecinos del pueblo estaban asustados y uno amenazó con llamar a la policía.

- Esto es apenas la mitad de lo que me debes, tienes un mes para pagarme la otra mitad y un poco más.

- Entrégame a mi hija, es lo único que quiero – dijo Emiliano desesperado.

- Aquí tienes a tu hija, y salúdame a tu novia, dile que le daré una visita si tu no me pagas – dijo Chris montándose al carro.

Cuando Emiliano llegó a su casa, Isabela le pegó una bofetada y le dijo: - ¿Cómo se te ocurre dejarme sola sin saber nada que lo que estaba pasando? – Emiliano la tranquilizó y la sentó en el sofá para explicarle todo lo que había pasado y como se metió en ese problema con Chris. Isabela le dijo que quería trabajar para ayudar con la deuda, pero Emiliano no aceptó. – Debes cuidar a nuestra hija, con todo lo que acaba de pasar debes tenerla siempre contigo, no puedes dejarla sola – le dijo Emiliano. – Te prometo que todo estará bien amor mío, las voy a proteger y jamás dejaré que algo les pase, te amo. – dijo Emiliano dándole un beso en la frente a Isabela.

AmandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora