Algo era diferente en el gimnasio aquella tarde.
El aire parecía más espeso, las pelotas hacían más eco al rebotar. Todos estaban jugando a medio gas, sin apenas concentración. Y Akaashi sabía por qué.
Porque el alma del equipo estaba más apagada que nunca.
Lo más habitual era que Bokuto fuese ruidoso en el buen sentido: que entrase en el gimnasio con un derroche de alegría que encendía las energías de todos. Quizá con una frase como "¡Akaashi! ¡¿Sabías que los perros y los gatos pueden ser zurdos?! ¿A que es impactante?" y le miraría con una sonrisa, esperando la reacción del setter.
Era la situación más habitual, pero no la única. Había veces en que Bokuto entraba en el gimnasio arrastrando los pies y gruñendo algo ininteligible que sonaba a "estupidoprofedematesnotienesqueponerteasísóloeraunejerciciomalprepotentenoteniasquehacermesaliralapizarraparaeso..." y seguía así hasta que Bokuto golpeaba la primera pelota y se hinchaba de aire y felicidad.
En el tercer caso, menos corriente, Bokuto entraba lloriqueando algo como "Akaashi han dicho que van a cancelar mi serie favorita de la Juuuump ¿por qué?!!!" pero también se solía calmar con el volleyball.
Lo que no había pasado nunca era aquello.
Bokuto había entrado como una persona más. Con un "buenos días" educado, y un silencio sepulcral a su alrededor. No estaba concentrado, y no había gritado "¡¡¡¡heyheyhey!!!!" al conectar uno de los mejores spikes del día. Simplemente estaba pensativo todo el tiempo.
Y si el equipo tenía escalofríos, Akaashi estaba aterrado.
¿Qué extraño estado de ánimo era ése? ¿Cómo se curaba? ¿Qué iba a pasar a continuación? Veía esas preguntas en las miradas furtivas de sus compañeros, pero no tenía respuestas para ellos.
Cuando el entrenamiento acabó, Konoha le hizo una señal con la cabeza hacia el lugar donde estaba Bokuto secándose con una toalla. No hacía falta se se lo dijese. Suspiró mientras el equipo se escabullía furtivamente para dejarles solos.
-Bokuto-san...
-Ah, Akaashi -Bokuto sonrió muy poco, sin mirarle-. Dime.
-¿Te encuentras bien?
-Sí. No te preocupes.
Había respondido muy rápido. Calmado. Se parecía mucho al capitán que Akaashi siempre había rezado por tener, pero aquello en Bokuto era tan raro que le ponía la piel de gallina.
-Bokuto-san, si alguna vez quieres hablar, de lo que sea, puedes contar conmigo, ¿de acuerdo? -insistió Akaashi.
El capitán le miró finalmente. Sonrió.
-Suenas muy serio, Akaashi. No quería preocuparte. La verdad es que sí que me ha pasado una cosa, pero es una tontería... una chorrada. No me hagas mucho caso. Ya sabes que suelo exagerar y...
-Si algo te preocupa, entonces no es una tontería, Bokuto-san. Eres tú el que parece preocupado. Si te puedo ayudar...
Bokuto se movió nervioso, separó un par de veces los labios, indeciso. Quería hablar pero no se atrevía. Finalmente suspiró.
-Es que creo que he hecho enfadar a Kuroo.
Eso no lo esperaba. Akaashi se limitó a asentir, dándole tiempo para continuar. Pero sintió un poco de rabia en su interior. ¿De dónde venía?
-Bueno, hice algo malo, y creo que se ha enfadado. Tengo miedo de que no quiera volver a ser mi amigo, Akaashi.
Bokuto se sentó en el banquillo y apoyó los codos en las rodillas. Estaba sonriendo a Akaashi, pero era como un libro abierto. Estaba más triste que después de perder un partido. El setter se sentó a su lado, con un peso en el pecho.
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I kissed a boy and I liked it...
FanfictionBasado en la serie Ore Monogatari, y en el mismo universo que mi otro fic Kimono Max (aunque ocurre antes). Tuve que escribir esto lol.