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"Lo malo de mi lado oscuro es que se aclara cuando te ve."

👀👀👀👀👀👀

Louis

Música ensordecedora se cuela por mis poros y deja mi sangre vibrando. Las pistas se ven abarrotadas por cuerpos sudorosos que se refriegan de forma salvaje mientras intercambian sonrisas inebriadas.

¿Por qué demonios me permití ser arrastrado a esta locura?

—¡Vamos perra, mueve ese bote!—el blondo vociferaba luchando por hacerse escuchar por encima del infierno de sonidos que nos rodeaba.

Sin embargo por más que tratara yo no podía compartir su entusiasmo. No cuando era constantemente pisoteado y tenía que moverme para esquivar codazos de chicas hiperactivas que saltaban como chigüagas en celo.

Definitivamente esta no era mi idea de un viernes perfecto.

Reacomodo una de las tiras de la musculosa con la banda "The Who" que se encuentra situada muy por debajo de mi hombro izquierdo dejando mis clavículas bien expuestas. Hace un calor de mil demonios y me siento sudado hasta la medula. El dorso de mi mano seca parte de la humedad en mi frente de forma involuntaria al tiempo que le otorgo al irlandés una sonrisa, agradeciéndole silenciosamente por haber forzado mi flequillo en un hopo bien alto. Mis manos descansan momentáneamente sobre mis muslos, rascando de forma irreflexiva la tela que se adhiere como segunda piel a mi cuerpo.

Estúpido Niall y su estúpido sentido de "moda".

Una palabra. Dos siglas. O2...

Mis piernas no fueron diseñadas para estas trampas mortales ¡JODER! Y ni hablar de mis glúteos...

Siento que el mínimo roce con mi parte posterior me hará estallar cual piñata cumpleañera.

Como si fuera poco no dejo de recibir miradas sugestivas de un morocho con ojos otoñales que se encuentra al otro lado de la pista en un sector un tanto apartado de los demás. Las personas que se encuentran allí deben ser importantes ya que son pocas y todas van trajeadas. Orbes añiles se encuentran con doradas otoñales y el dueño de las últimas humedece sus labios en reacción al contacto. Bilis se acumula en mi garganta y trago ruidosamente apartando mi mirada del sector VIP y del morocho cazador pero aun así no escapo de la sonrisa lobuna que el ultimo me regala.

—Necesito aire.—susurro en la oreja de la bola de energía que tengo como acompañante. Sus ojos azulados observan con confusión los míos y ladea la cabeza.

—¿Quieres que te acompañe?— Declino su oferta con una pequeña sonrisa.

—Volveré enseguida, no enloquezcas más de la cuenta, ¿Si?— Un guiño seguido de un exagerado contoneo de caderas es su respuesta. Ruedo los ojos con humor y comienzo a abrirme paso entre la masa de adolescentes calenturientos que intercambian sexo seco de forma entusiasta.

FIFA.

FIFA.

FIFA.

Repito el nombre del juego que obtendré como recompensa en forma de mantra al tiempo que logro salirme de la pista. El patovica que vigila la salida de emergencia se encuentra inmerso en pasar un nivel del patético Candy Crush así que aprovecho su distracción para colarme por la salida, haciendo presión en la barra de metal que la atraviesa horizontalmente para abrirla.

El aire helado golpea mis facciones una vez que me encuentro afuera y siento como mis pulmones respiran una gran bocanada, finalmente relajándose.

L͓̽u͓̽r͓̽e͓̽ M͓̽e͓̽ I͓̽n͓̽ (Larry AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora