Les parece bonito llegar a un lugar completamente nublado, lleno de personas con abrigos, uno que otro un buen gorro, era tan elegante. Desde el cristal de mi ventana podía verlo todo, habían debajo , parques de diversión, liberarías, boutiques, todo. Hasta me parecía mentira que de un día a otro estuviera en otro lugar, pero aun así, tenía unas tremendas ganas de regresar a Manchester con mi nana y mi antigua vida… ¿Antigua? Parecería mentira si dijera que no, todo para mi era nuevo, es cierto Manchester es una ciudad, muy bonita, por cierto. Pero Londres tiene algo, no lo sé, es algo mágico, por decir así.
Al llegar a mi nueva casa, me encontré con un decorado bastante rústico, madera y calor reconfortante por todas partes, una chimenea justo en el centro de la cálida , cuadros, al parecer colocados por mi padre hace algún tiempo atrás, ya que era de mi familia. Era una fachada hermosa, y a decir verdad, parecía un hogar.
Llegue a mi habitación, una puerta totalmente de madera rojiza, giré la manija y entre por completo a aquella habitación, era grande, y tenía una pared completamente blanca, un tocador con una pequeña peineta dorada en el medio de este. Tenía una nota detrás.
“ Querida ___, espero que este recuerdo mío te acompañe siempre, no es mucho, tú mereces más, pero mis posibilidades sólo me permiten darte este pequeño presente y mi cariño por siempre, estarás siempre en mi corazón pequeña – Clarisse Anne Adams. “
Mis lagrimas comenzaron a correr por mi ya agitado rostro, extrañaba mucho, de una manera inexplicable a mi nana, y pensé en quien pudo traerlo hasta mi recamara, tenía que esperar a que todos estuvieran en casa de nuevo para poder comenzar con esto de una vez.
Comencé por sacar todo de mis maletas, 18 años de ropa y zapatos, no se desempacarían solos , así que comencé, saque prenda por prenda hasta lograr tener sin un solo trapo aquellas valijas doradas . Estaba exhausta, mi cama era muy agradable a la vista de cualquiera, y más si esa persona había estando arreglando su nuevo cuarto pro 2 horas. Me puse una pijama afelpada color rojo, y me metí a dormir.
-Despierta pequeña- Escuché una voz proveniente de mi lado derecho.
-¿Qué pasa?-Pregunté entreabriendo mis ojos.-¿Qué hora es?
-Son las 10 y media hija, es hora de levantarse, ¿cómo dormiste?-Preguntó mi padre.
-bien, gracias, ¿ a dónde tengo que ir?- Pregunté en el momento en que me ponía de pie.
-Vamos a buscar escuelas hija, aquí entran en 2 días y es urgente buscar una escuela para ti.
-No tuve casi vacaciones- refunfuñe.
-Lo sé, pero es que la escuela en la que quiero que entres tiene otro nivel educativo, superando al Liceo de Manchester.
-¡Wow!, debe ser muy buena.-Exclamé , pensando en lo bueno que esto será.
-Si , así es, ve a esperar a tu madre a su recamara, yo estaré abajo hablando con Esteban- Se rascó un poco la cabeza- Ya sabes, es una ciudad más grande y necesito que se ubique bien.
-¿Esteban vino con nosotros?, pregunté feliz, él era mi segunda compañía, después de nana Clarisse.
-si pequeña, el se quedó.
-Bueno, iré con mamá después de bañarme, no tardo- dije tomando mis cosas de baño.
-Esta bien, no tardes- contestó mi padre saliendo de mi habitación.
Corrí a bañarme y me abrigué un poco, a decir verdad hoy no hacía tanto frio, solo tenía que cubrirme lo necesario y listo. Sequé mi cabellera, tomé un mecho de cabello y lo hice hacia atrás, dejándolo un poco de lado y coloqué la peineta justo en el lugar indicado.
Camine hasta el cuarto de mis padres y toqué, una y luego otra vez.
-Adelante- Respondieron desde adentro.
-Hola mamá- Saludé ante ella.
-Hola hija, pasa.- e respondió mientras se maquillaba de rojo sus carnosos labios, si que es bella.
A mi siempre me gusto admirar a mi madre, es una mujer tan hermosa, tiene el cabello rubio cenizo y le llega justo debajo del busto, piel blanca, yo tengo un tono un poco más durazno, pero ella es simplemente perfecta, siempre me ha parecido la mujer más hermosa del mundo, aunque muchas veces creo que para ella es más importante ganar más dinero, del tiempo que pasa conmigo, y eso, es malo, a mi parecer.
-Tu padre ya nos está esperando- Dijo moviéndome de mis pensamientos.
-Cierto, está abajo con Esteban.-Respondí con una sonrisa.
-Vamos, antes de que comience a molestarse, ya conoces a Robert.-Dijo mientras dejaba una corta risa salir de su boca.
-Si, lo sé.
Bajamos y nos subimos a la camioneta, me paré un poco hacia el frente de la camioneta y saludé a Esteban, al menos lo tendría a el, para ser mi cómplice de muchas más travesuras, y eso era jodidamente bueno, no estaba del todo sola aquí.
Llegamos por fin al “The Imperial College of Science, Technology and Medicine”, era enorme y su fachada es simplemente preciosa, era obvio que no cualquier persona entraba en dicho lugar, y me estremecí un poco, era nueva, y conozco a las personas de mi país, se creen mejores que los demás. Así que todo esto sería un reto para mi.
Avanzamos un poco más y habían un montón de alumnos con uniformes completamente azul marino, las mujeres llevaban una falda arriba de la rodilla, con camisa blanca y una mascada. Era precioso, pero vaya que haría frío en el momento en que me lo pusiera.
Seguimos avanzando y llegamos a la dirección general, al parecer había direcciones distintas dependiendo la carrera que tomaras como estudiante, era completamente fría, y cuando por fin cerré por completo la puerta, una señora de aproximadamente 50 años se giro, dejando ver su raíz comenzando a ponerse un poco blanca por los años, y el resto era negro. Se paró al fin.
-Buenos días, este el el Colegio Imperial de Londres, la aseguro que su hija tendrá una educación de excelente calidad, y por su puesto le ofrecemos los diferentes planes de estudio. Qué grado cursará?
-El último año de preparatoria- Respondió mi entusiasmado padre , mientras me miraba y me regalaba una sonrisa.
-Muy bien, tenemos los 3 años de preparatoria y los 4 años de carrera universitarias, maestrías, y doctorados en todas las áreas que el alumnado nos solicite.-Contestó explicándonos.
Diablos ,esta escuela es buenísima, eso pensamos todos al instante.
-Se queda- Agregó mi curiosa madre.
Papá y yo la miramos, era apresurada su decisión, pero a decir verdad, ella tenía razón, este lugar es perfecto para alguien que quiera salir adelante, cuando de estudios se trata.
-Bien señores firmen aquí ,por favor ,y esta es la cuenta a la que se depositarán las mensualidades de su hija-Pidió y nos mostró una cantidad de números bancarios.
-Bien, listo- Dijeron cuando terminaron.
-ahora si señorita Boleyn, bienvenida al colegio.-Dijo y me estrechó la mano.
-Gracias- respondí tímidamente.
Salimos de la dichosa escuela y nos guiamos al departamento de uniformes, elegí el mio, a decir verdad ni me lo probé, solo quería irme lo mas pronto posible a casa y comenzar a alistarme ara mi “nueva vida”.
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