Visita.

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¿Y si es una broma? No me causa gracia, no tiene gracia alguna. Vuelvo al salón de clases, nerviosa, creo que es un poco notorio, siento la mirada de alguien clavada en mi, levanto la cabeza y busco quien me está mirando…pero que raro, no noto a nadie, vale, esto me preocupa, miro hacia todas las direcciones, pero no veo nada fuera de lo normal. No lo sé, creo que quizás sea una paranoica, pero algo no me da buena espina.

Terminan las clases de ese día, y me voy a mi casa, no me despido de nadie siquiera, no me apetece. Llego a mi casa, y mi madre no está, llega hasta las 5 pm, y son las 3; subo a mi habitación y entro al baño, me doy una ducha rápida, bajo por algo de comer, y gracias a Dios la cocinera había hecho comida, porque estaba muerta del hambre, me como el pollo con papas, y subo a mi habitación; minutos después llega mi madre, bajo a saludarla.

-Hola mamá, ¿Cómo te fue hoy en el trabajo?

-Bien, muy bien cariño, gracias –dice dándome un beso en la mejilla –por cierto, hoy vendrá un amigo, así que por favor alístate.

-Bueno mamá –digo subiendo a mi habitación-.

Decido ponerme un pantalón negro de talle alto con una blusa de encaje dorada, unos tacones negros con una cinta dorada, y me hago una trenza de manantial. Bajo las escaleras y voy a la cocina, donde me encuentro a mi madre.

-Hola mamá, ¿crees que así estoy bien? –Pregunto señalando mi vestimenta-.

-Si hija, claro, los invitados llegarán en cualquier momento –dice aplicándole una especia de salsa a la carne para la cena-.

-¿Los invitados? –digo haciendo cara de reproche –dijiste que era sólo un amigo.

-Ah sí, un amigo y su hijo –dice concentrada en la preparación de la cena-.

15 minutos después, el timbre suena, y mi madre sale de la cocina, tan esbelta como siempre, abre la puerta y sonríe, entra un señor de mediana edad con un traje, y detrás de él viene un chico, guapo, no sé puede negar. Es alto de estatura, tiene el cabello color negro y los ojos grises, cuerpo atlético, y trae unos vaqueros negros y una camiseta blanca, con unos tenis blancos. Él señor se me acerca y mi madre lo presenta.

-Cariño, él es el Señor Stone, y su hijo Chad –dice haciendo alusión a las dos personas de pie frente a mí, agarro su mano en un saludo y me presento, acto que repito con Chad-.

Mi madre los invita a seguir al comedor y ellos siguen, mi madre nos sirve la cena y comenzamos a comer.

-La cena está realmente deliciosa Alice, a decir verdad, eres muy buena cocinera –dice el Sr. Stone con una sonrisa y un singular brillo en sus ojos-.

-Oh, no es nada, estuve en una escuela de gastronomía durante un tiempo-.

Chad y yo permanecemos en silencio durante toda la cena, la comida estaba deliciosa, extrañaba la comida de mi madre, ella siempre estaba tan ocupada con su trabajo que casi nunca se dedicaba a la casa, y casi nunca cocinaba, casi nunca lo hacía desde que yo tenía 11 años. Terminamos de cenar y ayude a mi madre a levantar la mesa y a llevar los platos al fregadero; después mi madre se fue con el Sr. Stone a la sala a hablar un poco.

-¿Necesitas ayuda? –Me dice Chad acercándose a mí-.

-No gracias, estoy bien –digo y sonrío-.

-¿Segura? –Me pregunta de nuevo, esta vez con algo de insinuación en su voz-.

-Sí, en serio gracias-.

Termino de lavar y organizar los platos y me siento en una de las sillas de la cocina, Chad se sienta al frente mío.

-¿Y qué me cuentas de ti?

-¿Qué quieres saber? –digo mirando a mis uñas pintadas de negro-.

-Lo que se te apetezca decirme linda –Oh, conocía esos trucos, son los típicos trucos para conquistar a una chica-.

-Dime que te interesa y te lo digo –Digo de manera indiferente-.

-¿Cuántos años tienes?

-18.

-¿En cuál instituto estudias?

-William Clark.

-¿Hace cuanto?

-Hace 2 años.

-¿Tienes novio?

-No.

 -¿Te gustaría uno? –Dice guiñándome un ojo, sabía que él quería llegar a este punto-.

-No, gracias, estoy bien así, ahora, si me disculpas, estoy un poco cansada, subiré a mi habitación –Digo poniéndome de pie y saliendo de la cocina-.

Subo las escaleras hasta mi habitación y entro, me quito los zapatos y me siento en la cama, pero me siento en algo. Oh Dios, otra nota. Me pongo de pie de repente, y me doy cuenta que es sólo un folleto de un restaurante que tenía en mi mochila. Estoy paranoica, me digo a mi misma. Entro al baño a lavarme la cara, pero al entrar, veo un pequeño sobre blanco en el lavabo, salgo de baño y me siento en mi cama a leer lo que dice esta vez la nota, es la segunda del día, estoy por leer la nota, pero alguien abre mi puerta sin siquiera tocar.

-Vaya, vaya, vaya… -dice la persona que entro a mi habitación, que es…

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Babys, las amo, espero que les este gustando la novela, estaré subiendo nuevos capítulos más seguido.

KISSES. 

Oscuro Misterio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora