Sólo queda el silencio

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Ya estaba cansada de pasar siempre por lo mismo , el tener que aguantar tus rabietas únicamente porque no me he vestido como tú querías que lo hiciera pero como siempre prefiero quedarme callada y cambiarme de ropa para evitar verte molesto conmigo todo el día. Salimos tarde y de todas formas te has molestado conmigo, a pesar de que haya sido tu culpa, no te digo nada y seguimos caminando hacia tu coche, yo solo te escucho gritarme y aguanto las miradas curiosas de la gente.
No importa que haga o no haga siempre terminas gritándome, por lo menos no has vuelto a golpearme después del incidente del año pasado, incidente que me llevó al hospital inconsciente y llena de sangre y moretones.
-¿me estás escuchando?- claro que te escucho si te la pasas gritando todo el tiempo, pero como siempre me quedo callada y en cambio te digo que sí con la cabeza- más te vale porque no quiero terminar siendo el hazme reír de mis amigos por culpa de tu incompetencia - escupes esas palabras llenas de veneno sin embargo, a mí ya no me afectan, he aprendido a aminorar el dolor después de cinco años de matrimonio llenos de gritos y dolor, mucho dolor. Aún me pregunto por qué sigo estando contigo.
Llegamos a la fiesta de compromiso de tu mejor amigo y cambias el semblante inmediatamente, pones esa sonrisa de la que me enamoré y de la que ahora me siento asqueada, me tomas de la mano e inmediatamente quiero alejarla pero me controlo y sonrío, ahora las sonrisas me salen mejor y ahora pueden pasar como una verdadera, pero tu amigo me ve con algo de pena. Durante la fiesta me he quedado sola viendo a la gente divertirse, es una fiesta muy bonita, estamos al aire libre y la música es muy buena, los camareros van de un lado a otro ofreciendo bebidas a los invitados, puedo ver a tu amigo Javier y su
prometida felices, se ve que se aman sólo espero que él no sea como lo eres tú, un maldito mentiroso.
Te acercas a mí y por la manera en la que caminas, la brusquedad en la que tomaste mi brazo y tu aliento puedo notar que estás irremediablemente tomado, quiero zafarme de tu agarre pero es demasiado fuerte y me arrastras por todo el lugar atrayendo las miradas curiosas de los invitados, camino tratando de alcanzar tu paso pero mis piernas son demasiado cortas para poder lograrlo.
-Espera- digo en voz alta y te detienes repentinamente y me ves furioso, ya estamos en la calle buscando tu coche - Óscar, no deberías manejar en este estado ,podríamos accidentarnos- me quedo callada por la bofetada que me acabas de dar y las lágrimas acuden a mis ojos sin poder contenerlas, te volteo a ver sorprendida, habías prometido no volver a golpearme pero tú solo me ves con indiferencia.
-No llores, me das asco- escupes torpemente por el alcohol pero tu mirada es de repugnancia - y si yo quiero manejar, voy a manejar.
Llegamos a la casa y empiezas a besarme con brusquedad y torpeza e intentas arrancarme la ropa con rudeza, yo trato de alejarte pero me das un golpe en el ojo que me tumba a la cama y aprovechas ese momento para posicionarte sobre mí, me besas el cuello y tus manos recorren mis piernas hasta llegar a mi ropa interior, de nuevo intento alejarte y tus manos se clavan en mi hombro.
-Detente, no quiero - te pido entre sollozos, me estás dañando como hace un año. Me vuelves a golpear y esta vez siento que me sangra la nariz.
-Y si yo quiero coger con mi mujer lo voy a hacer - me muerdes el labio hasta hacerlo sangrar - que solo sirves para eso, zorra.
A la mañana siguiente me he despertado con un dolor fuerte en toda mi anatomía , me pongo de pie y me ducho tratando de quitar la sensación de tus manos por todo mi cuerpo , me doy asco y me tardo media hora en bañarme , me he hecho algunos raspones por lafuerza con la que me talle.
Te levantas de mal humor, que novedad, y como es domingo te vas al bar como ya es tu costumbre, temo que llegues ebrio e intentes abusar de mí nuevamente, me da miedo de lo que eres capaz de hacer, pero eso no era así. Antes de que me demostraras realmente como eres me pintabas la vida de colores, me llenabas mi oído con palabra dulce y cálida, día tras día pintábamos juntos un nuevo paisaje y pasábamos grandes momentos, aún recuerdo el día en el que te conocí.
Ese día de marzo estaba agotada y estresada por el calor que hacía, sentía el sudor recorrer toda mi frente hasta llegar a mi cuello y perderse entre la ropa que para esa hora de la tarde ya estaba empapada , acababa de salir de trabajar en mi nuevo empleo así que no tenía muchos amigos , iba sola como de costumbre , me gustaba ir al bar que estaba cerca del edificio en el que trabajaba pues era moderno , fresco y lo acababan de abrir así que las instalaciones eran casi nuevas , ese bar es el mismo al que fui con mi hermana para celebrar que había obtenido el trabajo como diseñadora en una pequeña empresa y mi nueva independencia pues me iría a vivir sola . Había entrado como de costumbre sin ver a mi alrededor dirigiéndome directamente a la barra para pedir una cerveza, algo ligero para aliviar la sed provocada por el calor.
-Disculpa - habías dicho al chocar accidentalmente conmigo provocando que mi cerveza se derramara encima de mí, te volteé a ver molesta.
-¿Es que acaso no ves?- te grité.
-Lo siento, realmente no era mi intención dañarte - me dices con un matiz de culpa en tu voz - permíteme comprarte una cerveza - dijiste con tu famosa sonrisa que me cautivó.
-Es lo menos que puedes hacer - te reclamé azorada, después de que me dieran mi nueva cerveza te sentaste junto a mí, platicamos un poco, al inicio incómodos pero el ambiente nos absorbió a ambos éramos nosotros únicamente y de un modo inexplicable aunque esperada, terminamos en mi departamento, ese día tuve el mejor sexo que no había tenido nunca y quedamos fascinados y simplemente quedamos.
Después de encuentros ocasionales decidiste pedirme ser tu novia y yo acepté gustosa, éramos tan felices juntos, que no podía creer la suerte que tenía al estar junto a alguien tan maravilloso como tú. Y ahora me doy cuenta de la mierda que eres.
El tiempo pasaba y no creía que pudiera ser más feliz y me equivoqué. En el día de marzo que te conocí pero un año después me pediste matrimonio en el mismo lugar, en donde nos encontramos por primera vez, repetiste la escena de cuándo nos conocimos pero en vez de ofrecerme una cerveza me diste el anillo. ¡Dios! me sentí intensamente feliz en ese momento, me sentía como en un cuento de hadas que duró hasta nuestro primer año de casados, luego sucedió, el detonante de nuestra actual situación.
Veo el reloj que hay en la cocina , acabo de terminar con los quehaceres y debo hacer la comida así que me dispongo a salir al mercado , tomo mi monedero y un abrigo , al pasar frente al espejo que hay en la entrada veo los moretones que ya empezaban a verse violetas , no podía salir así ¿qué pensarían los vecinos? ¡Ja! Eso dejo de importarme hace mucho tiempo , seguramente ya lo saben porque tus gritos se han de escuchar por todo el vecindario , no me importa , pero no soporto sus miradas de pena sobre mí y el murmullo de sus voces compadeciéndome que me acompaña por todos lados. Por lo que me dirijo a nuestra alcoba y pasó por la habitación que siempre está cerrada, que DEBE estar cerrada, para ponerme un poco de maquillaje en las manchas y ya lista salgo al mercado.
Hace frío , ya estamos a finales de octubre, el mercado no está muy lejos de la casa pero tampoco está tan cerca y mientras camino siento la brisa que grita a voz viva la llegada del invierno , debí ponerme guantes y bufanda , pero el viento en mi rostro me hace sentir viva - como me deje de sentir hace tiempo-.
Llego a la casa agitada, enojada, triste y decepcionada. Cuando iba de regreso con las compras choque con mi hermana, ya hacía mucho tiempo que no la veía, la verdad es que no esperaba encontrármela en esa zona pues vivimos en extremos diferentes, con la sorpresa inicial le dejo paso al pánico pero no pude huir de ella y me invitó a tomar un café, estuvimos sentadas en silencio un buen rato hasta que por fin ella habló.
-Me alegra verte después de un largo tiempo - sonríe, pero su sonrisa no llega a sus ojos- ¿cómo has estado?- me quedo en silencio y bajo la mirada, no estaba lista para enfrentarme a ella, no todavía- yo he estado muy bien, mi esposo y yo somos muy felices, porque estoy casada ¿si lo sabías? - sigue hablando pero ahora su voz está llena de reproche - te invite a mi boda pero nunca llegaste, pensé que siendo mi hermana harías el esfuerzo de ir, pero no lo hiciste ¿cuál fue tu excusa?- me pregunta retándome con la mirada - ¡Ah, sí! "Discúlpame hermana, pero mi marido está muy malo del estómago y no podremos asistir" - me imita - yo te creí, pero después lo vi pasando por la calle mientras nos tomábamos las fotos, él llevaba unas cervezas. Me dolió ¿sabes? El que mi hermana me mintiera para proteger a su marido por qué si fue para protegerlo a él ¿verdad? O ¿fue para protegerte a ti del qué dirán?- siento el peso de su mirada fija en mi persona.
-Yo- empiezo a hablar pero me interrumpe.
-La verdad es que ya no importa, ahora soy feliz con mi marido que NO me golpea- me mira burlona y siento que ya tuve suficiente, por fin levanto la vista y decido enfrentarla.
-¿Tú crees que eres feliz, que ya no importa? ¿Crees que tu marido es perfectos?- le pregunto con una sonrisa burlona - ¿sabes? Yo creí que Óscar era perfecto, no podía creer lo afortunada que era y ahora no puedo creer lo desafortunada que soy.
-Tú eres desafortunada porque quieres- me dice.
-¿Sabes qué pasó el año pasado?- me mira interrogante- ¿cómo ibas a saberlo? Si no me hablabas desde el día de tu boda y eso ya hace 3 años , te contaré - me acomodo en el asiento y ella se pone tensa- yo ya me había cansado de sus tratos y decidí abandonarlo e irme con nuestros padres a vivir , y para resumirte la historia , él llegó borracho a casa y me vio con mis maletas , a él no le pareció y me golpeó tan duro y repetidas veces que terminé en el hospital , de milagro no terminé muerta y ahora deseo tanto que así fuera para ya no tener que tolerarlo más y todo por un maldito accidente , lo del bebé fue por culpa de un accidente - para ese punto yo ya lloraba y atraía las miradas de los comensales .
-¿bebé? ¿Cuál bebé?- pregunta extrañada.
-¿tampoco sabías que yo había estado embarazada?- le digo - pues eso fue hace 3 años, la verdadera razón por la que no pude ir a tu boda fue porque había tenido un aborto involuntario, sólo tenía tres meses, habíamos estado tan ilusionados con la idea de tener un hijo, después de eso yo ya no quise volver a intentarlo y él me odia desde entonces, la única razón por la que estoy con él es porque me siento obligada, culpable y sobre todo tengo miedo.
-Que patética - auch, me dolió, no sólo tenía que aguantar sus insultos, sino también los de mi hermana.
-Sí solo vas a repetirme lo que él me dice, lo mejor será que me vaya - me puse de pie y salí corriendo sin mandado y sin despedirme de mi hermana, éramos inseparables en el pasado y ahora todo se perdió.
No tengo las cosas para el almuerzo, si llegas ahora mismo y no tengo la comida hecha te enojaras y me golpearas de nuevo, solo le pido a dios que me dé la fortaleza de aguantar y si no es de ese modo que me lleve lo más pronto posible, ya no puedo tolerarlo, ya no puedo aguantar este dolor, esta humillación, simplemente ya no puedo más. Me dejo derrotar.
Llegas borracho, como ya lo suponía, me gritas, estás enojado y no sé por qué, acudo a tu llamado. Cuando estoy enfrente de ti puedo notar que traes las bolsas del mandado que había olvidado con mi hermana y puedo notar que los jitomates están explotados derramando su jugo por toda la bolsa blanca, viéndolo así parece sangre. Tus manos están temblando, tienes las mandíbulas apretadas, y puedo notar que una de tus mejillas está roja.
-¿Me puedes explicar por qué la zorra de tu hermana me golpeó, gritoneó y me arrojo las cosas que compraste?- dices entre dientes pero puedo notar lo colérico que estás y comienzo a sentir miedo-¡respóndeme!- gritas y escupes mientras lo haces.
-Yo...yo- intento hablar pero las palabras no me salen.
-¿Sabes lo humillante que fue?- me lanzas una de las bolsas que me cae en mi hombro derecho y me encojo del dolor, las lágrimas comienzan a acudir a mis ojos e intento contenerlas porque si las dejo salir te molestarás más.
-Yo no sé por qué lo hizo- te digo con la voz estrangulada, se me ha formado un nudo en mi garganta.
-¿No?- preguntas con el sarcasmo marcado en tu voz pastosa por el alcohol - tu hermana vino hacia mí como una perra rabiosa, gritándome que era un malnacido y lanzándome las putas bolsas a la cabeza.
- Sólo me la encontré cuando iba de regreso a casa y platicamos un poco.
-¿Platicaron un poco?- te burlas - ¿qué le contaste a tu 'hermanita' sobre mí?- te acercas tambaleante a mí y me hago hacia atrás, por cada paso que das yo doy otro para alejarme hasta que toco pared y me quedo inmóvil viendo como cada vez estás más cerca. Estás tan cerca que puedo sentir tu calor y el olor a alcohol inunda mis fosas nasales, y siento asco.
Quiero hablar pero me pones una mano en los labios tan fuerte que me duele, para ese momento las lágrimas ya han salido una cae a tu mano, me miras con asco y me avientas al piso con fuerza, me he lastimado el brazo, me miras desde arriba y me pateas en el estómago, me he quedado sin aire.
-ya basta – te ruego con dificultad arrastrándome lejos , pero me tomas del cabello tan duro que siento como si me lo fueras a arrancar , llevo mis manos a las tuyas intentando arrancar las tuyas de mi cabello- para, me haces daño.
-¡Cállate, zorra!- me gritas y me das una cachetada que me tumba de nuevo al piso y comienzo a gimotear- deja de berrear – ahora me das una patada en el abdomen- he dicho que te calles, maldita sea – me pateas una y otra y otra vez en el abdomen, me intento proteger como puedo con mis manos pero es inútil, solo siento mucho dolor y cierro los ojos, puedo escuchar el roce de tu cinturón con el pantalón al quitártelo y me pongo alerta-
-¡No, no, por favor!- te ruego con más lágrimas abundando en mi rostro- detente- susurro sin fuerzas, me siento agotada, ya no aguanto más ¡Dios mío! , si en verdad existes, ¿qué te he hecho para merecer tal castigo?
-¡Te he dicho que te calles!- repites y siento el cuero del cinturón en mi rostro , estoy segura que me has cortado la mejilla , comienzas a pegarme con el cinturón por todo mi cuerpo, la cadera, las piernas y con cada golpe siento que muero , mi cuerpo se retuerce del dolor pero ya no emito sonido alguno – he quedado totalmente humillado enfrente de los vecinos metiches y pagarás por ello- y sonrío en medio del agotamiento que comienzo a sentir , ya he pagado desde que perdí al bebé . Ya no siento nada, tampoco escucho nada todo ha quedado en silencio, mis ojos se sienten pesados, la cabeza me va a estallar y todo se ha puesto oscuro. Ya me siento en paz, ya nada puede herirme, lo siento por mi hermana, por mis padres y lo siento por él, porque nunca podrá ser feliz y espero que pague por todo el daño que ha hecho.
Para mí solo queda el silencio.

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