11/Septiembre/2016
Sé que duelen mis palabras mujer, soy parte de la vida, no hay nada personal. Cuando mi mano alcance tus pasos o los de alguien más sólo deja de andar. Mi trabajo es simple, me llevo las cosas a mi mundo.
Aparezco en todos lados a cada minuto. Tengo que transportarlos al más allá. No hago distinciones, entre pobres y ricos, ni en vestiduras, facciones y tallas. Vengo a dar paz, a finalizar el guión que redactaste, a concluir tu contrato que firmaste. Concluirá tu camino al compás de tus horas, al ritmo de tus sueños y aspiraciones.
Soy tu única imposibilidad, tu limitante humano.
Cuando me veas no huyas que te alcanzaré tarde o temprano.
Puedo llevarte de la mano, como amigos. No seas ansiosa, ni tomes más aire que tus pulmones no servirán al verme llegar.
Toma mi mano como tu abuelo, que me había visto tantas veces que nos sentábamos a ver el atardecer y anochecer en el porche de tu casa. Viendo al infinito. Me lo llevé como un favor, porque él me lo pidió.
Ahora es feliz, vive con sus perros y tu abuela. Soy la muerte mi niña hermosa, no me odies que yo no sé lo que es amar, ni siento nada al verlos partir. Solo puedo imaginar lo que sienten pero nunca lo experimentaré.Pd. Te manda saludos el abuelo y dice que de amor nunca antes alguien murió.
Atte. La muerte
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Monstruos
PoetryAndrea ha vivido en los últimos años infinidad de problemas, desesperada y al borde la locura recibe este libro en blanco que diario va llenando sus paginas con cartas de quién no conoce, pero ellos a ella sí