Y ella le cae bien [Elektel Delusion]

Y ella le cae bien

Publicado originalmente: No tengo la menor idea, porque solo lo publique en Wattpad, y esta plataforma solo dice cuándo fue la última actualización, así que, voy por el 16 de marzo del 2019.

Advertencias: Genderbend [¡Mujer Shunpei!] + conocimiento del manga borroso + cursilería.

Aclaraciones: Sí, lo sé, el punto de este manga es que los dos son hombres y por ello pasan por conflictos específicos, pero no sé, me llamo la atención intentar esto así que... espero que nadie me mande odio [?]. Por último, aquí Fumi y Shunpei tienen seis años. 

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Y ELLA LE CAE BIEN

Palabras: 500.

A Fumi le agradaba Shunpei.

Quizá esto no le parecería extraño si las otras chicas también le cayeran bien, pero para él sus demás compañeras de clase resultaban algo molestas.

Soltando risitas por todo y viéndolo con fijeza, con ojos tan brillosos que lo hacían sentir incómodo, era casi como ser visto como algo más allá de lo real, quizá como un príncipe o un héroe de cuentos de hadas. La situación sería más soportable si ellas no desbordaran tanta adoración (idealización), al comentar sobre cada acción que él realizaba, como si cada cosa que él hiciera fuera digna de llenarse de cientos de elogios.

Por ese motivo la compañía de las niñas le resultaba fastidiosa.

Fumi no sentía nada de culpa cuando las rechazaba cada que ellas lo invitaban a almorzar o a jugar a la casita. Se consideraba tan común como los otros, por lo tanto, esperaba ser tratado de forma amable y normal, no como una especie de estrella.

Y no era solo porque eran mujeres, Fumi tampoco se llevaba bien con los hombres, éstos usualmente se burlaban de su aspecto hasta el punto de hacerlo llorar.

Debido a esto no tenía amigos. Nadie lo miraba tal y como era, ni estaba interesado en conocerlo. Por eso, Fumi pensaba en distintas cosas para distraer a su joven mente y mantener su ánimo arriba. Sin embargo, aquello no evitaba que cada que regresaba a casa y miraba el cielo, deseara haber nacido con otro aspecto.

O al menos eso creía hasta que conoció a Shunpei.

Ella era su vecina y tenían la misma edad (seis años), siempre portaba shorts y camisetas de superhéroes, le faltaba un diente, sus ojos eran algo pequeños y su cabello desastroso, era muy enérgica y sonriente.

Shunpei le ofrecía de sus galletas y le hacía conversación cada que tenía oportunidad.

Al principio Fumi guardó su distancia, pero la niña (más alta que él), parecía tener una especie de poder mágico que la hacía capaz de escalar la alta pared que Fumi puso entre él y los demás.

Algo que más tarde dejó de asustarlo, para volverse tan a gusto, parecido a cuando su mamá por las noches acariciaba su cabeza y le cantaba canciones de cuna.

No pasó mucho para que Fumi se sintiera como en casa, cada que Shunpei se sentaba a su lado y le platicaba sobre sus programas favoritos de televisión.

A Fumi realmente le agradaba Shunpei, y no era porque ella lo defendiera de los demás niños, sino por su risa contagiosa, sus malas imitaciones de personajes de TV, y porque no tenía miedo de ensuciar su ropa, rasparse la rodilla por una caída o capturar insectos.

Y lo más importante, porque Shunpei lo miraba y trataba como un igual.

— ¡Hey Fumi!, juguemos en los columpios, ¿sí?

Sonriente asintió ante el rostro reluciente de su primera amiga.

A Fumi realmente le gustaba Shunpei.

Y probablemente ella sería la niña con quien más amaría pasar el resto de sus tardes.

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¡Gracias por leer!