3.

74 12 2
                                    

Realmente el chico rubio era la unica razón por la que Michael seguía recibiendo su paga. Nadie solía pararse en un negocio de estúpidos calcetines cuando éste estaba en una calle casi desierta.

Ese día no era la excepción, a demás de la fuerte tormenta que había afuera mantendría a cualquier persona despistada alejada del local bastante tiempo.

Así que Michael decidió encender la pequeña cafetera que había ahí.

Casi rezaba para que su jefe no llegara en el momento que cambiaba la música clásica que ambientaba el lugar por algo más fuerte.

Habían pasado uno o dos minutos, la taza de café seguía demasiado caliente como para tomar si quiera un sorbo cuando unos pasos sonaron; un cansado y empapado Luke de pie en la entrada del local.

"Luke." El teñido lo miró de pies a cabeza. "Te ves horrible."

Bien, tal vez había sido demasiado directo. Pero a demás de traer la misma ropa desde hace ya tres días, estaba pálido, ojeroso y... Ni hablar de esos ojos rojizos e hinchados.

"Ven aquí." Rodeó el mostrador y caminó hacia el otro chico, tomándolo por la muñeca y llevándolo al pequeño cuarto donde había pares de repuesto. "Quitate esa playera y ponte esto. No quiero que te enfermes."

Y el rubio seguía sin hablar. Asintió tomando lo que Michael le extendía (una sudadera.) sacándose inmediatamente la prenda causando que el otro soltara un ruido extraño al ver algunas manchas repartidas por su espalda y torso.

"Huele bien." Murmuró el rubio antes de ponerse lo que el otro le había dado.

"¿Está todo bien?" Preguntó el vendedor.

"Vine a una tienda de calcetines en la que conozco a un chico al que he visto diez veces para buscar ayuda. Esa pregunta se responde sola, Mike."

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 24, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Socks and miracles✨ »Muke«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora