Como siempre me subí al metro en la estación "Vicente Valdéz" de vuelta del liceo, en el mismo vagón se subió una pareja, uno de ellos era bajito y parecía muy tierno, en cambio, el otro era alto y con el seño fruncido... Mietras el bajito se le acercaba esperando una caricia de vuelta, lo que no precisamente recibió, más bien, solo rechazo de parte del tipo alto y para colmó se puso al otro lado de la puerta, quedando así yo en el medio. El pequeñito con cara de tristeza se quedó en su lado mirando con melancolía mi pañuelo que traigo siempre en la mochila, el de arcoíris, en ese momento me sentí algo mal por recordar a su amor.
Al llegar a la estación "Los quiyalles" el bajito se le acercó y como un símbolo de despedida le dio un pequeño beso en los labios con timidez, bajandose así del vagón cabizbajo, al anuncio del cierre de puertas el alto se bajó de prisa esquivando las puertas al cerrarse. Solo la luna es testigo de lo que ocurrió esa noche tibia de fines Agosto.

ESTÁS LEYENDO
Aventuras en el metro
De TodoAventuras en el metro es más o menos lo que observó en el motro todos los días una maravillosa hora para escribir y hablar de la sociedad y de mis pensamientos...