Primer capítulo

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Se suponía que sería un día lluvioso, el pronóstico para este día era este: nublado con lluvia, pese a esto, salieron los rayos solares, vah, detesto el sol, y justamente hoy tenía teatro, ¡qué horror! aunque por una parte.. no, ninguna parte, era un día horrible. El día comenzó como cualquier otro, levantarse, cambiarse el uniforme, desayunar, lavarse, esperar a la movilidad e ir a mi encierro, el colegio, volver a ver los rostros hipócritas de mis compañeros. Los profesores con sus estúpidas preguntas de las faltas que de vez en cuando daba, las tareas, los fastidiosos, todo igual que siempre. El día se pasó rápido, y sin darme cuenta ya era salida, ¡por fin! ahh, pero hay teatro, cierto, debía de correr a casa, al llegar no la encontré, la casa estaba igual que la dejé, no había comida y mi hermano tardaría en llegar este día por un trabajo de la u, no sabía que comer, había cereal en el refrigerador y leche, emm, buena mezcla, buen almuerzo.

Era ya tarde, debía de ir al ensayo, ahh.. ¡el papel! ¡rayos! ah, ya no importaba, hoy era ayudar en la escenografía. Legué y allí estaba él.. con su novia, joder, que mal me sentía verlos juntos, no paraban de mostrar su afecto enfrente mío, ¡qué melosos! por suerte se fue la homúncula JAJAJA, faltaban más personas para apoyar, estaba él.. el profesor, una amiga y yo, no podríamos terminar todo nosotros solos. Su sonrisa seguía siendo la misma después de dos años, su parada, su risa, y para colmo el profesor nos manda a los dos a limpiar con la manguera el toldo! el muy hijo de fruta me mojó con la manguera y por venganza lo correteé por toda la avenida con un trapo sucio y mojado, fue el mayor roche de mi vida pero, estaba él, cuando él estaba me olvidaba de todo y.. solo eramos él y yo..

Al terminar de corretearlo llegó un miembro más, un chico alto y delgado, muy muy delgado que me había hecho reír en una ocasión cuando reemplazó a mi compañero con el cual me tocaba, llegó tarde, la mayor parte estaba hecha y el profesor tenía que ir a buscar tela con uno más, quería irme con él y decirle que aún me gustaba, que aún lo quería pero el destino me tenía planeado otra cosa, el profesor lo mandó al chico alto que me acompañara a mi casa, y acepté porque ya era noche y me daba miedo irme sola. En el transcurso del camino no sabía que decirle, no sabía si hablarle o no, parecía sobrado y sentía temor al rechazo, pero, no fue así, estaba con su celular a mi lado y al guardarlo me comenzó el habla, me habló de las parejas de mi salón de los chicos y las chicas, de los exámenes, me hizo reír. Tenía una sonrisa muy linda y unos ojos gigantes que al sonreír se le achinaban, no sabía como se llamaba y decidí preguntarle, su nombre era Daniel, él acudió a lo mismo, y respondí, era la primera vez que algún chico lo pronunciaba de esa forma, y también quería que sea el único, nos despedimos al llegar a mi casa y se alejó entre la oscuridad de aquella noche que me sacudió hasta el alma.

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