Final

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Estábamos sentados alrededor de una pequeña hoguera.

Me gustaría decir que yo había sido capaz de prender el fuego. Pero no era así. Ella tenía muchas habilidades de las que jamás me di cuenta. Era más misteriosa y enigmática de lo que me esperaba. Sabía que me ocultaba algo, lo notaba en su mirada. Pero eso ya no me importaba, lo único que quería era que se marchara, que se alejara de mí y me olvidara.

Aunque eso rozaba lo imposible. Había destrozado su vida y no podía hacer nada para arreglarlo.
-¿Por qué me sigues escribiendo notas? Estoy aquí, me lo puedes decir a la cara.

Tenía una voz muy dulce. Sonaba inocente como la de una niña. Me encantaba oírla hablar, me encantaba todo de ella. Aún así debía irse, esta "fuga" se había alargado demasiado. Me pregunto en qué estaba pensando cuando acepté marcharme con ella. Seguimos siendo unos críos...

-Supongo que por costumbre. Era lo que más me gustaba hacer. Al escribirte era yo, sin tener que ocultarme, sin mi...

-Máscara-me interrumpió ella. Tenía un gesto serio y frío. Si algo la caracterizaba era su tremenda bipolaridad. Pronto volvería a parecer feliz, la chica normal con una vida normal en un mundo anormal. Así era ella, así era Jacqueline Monroe. Más conocida como la Chica con Gafas. Mi gran obsesión. El motivo de mi locura.

-Creo que debería llevarte a casa, pronto amanecerá-el momento de su ida ya había llegado, y sin duda no estaba listo para abandonarla.

-Sí supongo que sí-dijo con la voz entrecortada. Se notaba que algo la pasaba, pero para un ser insensible como yo era difícil averiguar el qué. Supuse que tendría miedo o algo por el estilo, no sé, las emociones no son mi fuerte.

Caminamos despacio un trecho de bosque. Ninguno decíamos nada, simplemente no había nada que decir. Todo lo que teníamos que hablar ya estaba hablado. Ahora sólo había que separarse.

-Adiós, supongo que nunca más volveré a verte.

-Eso espero al menos, ahora sólo nos queda olvidar todo esto. Pasar página y seguir adelante.

Sonrió de una forma extraña, noté su respiración más rápida y nerviosa. Un par de lágrimas discurrieron por su rostro. Pero ahí seguía esa sonrisa que tanto la caracterizaba, esa sonrisa inmune a casi cualquier cosa, casi...

Se dio la vuelta, y dio un par de pasos. Poco a poco su cuerpo fue desapareciendo entre los matorrales hasta el punto en que difuminó dentro de la oscuridad de la noche. Me dispuse a hacer lo mismo, pero sentí un toque en el brazo.

Me giré, deseando que no fuera ella, pero mis deseos casi nunca se cumplen. Antes de que pudiera reaccionar me dio un fuerte abrazo. Conseguí mantenerme firme y no caer. Pero eso a Jacqueline no la importaba, estaba muy metida en lo que hacía.

-Lo siento, pero no soy de esa gente que olvidan a las personas que quieren de un día a otro-noté un nudo en la garganta. ¿Cómo podía quererme?-personas como... Larissa.

Sentí un intenso dolor en la pierna y caí al suelo. Mis manos se habían teñido de sangre y la incomprensión se apoderaba de mi mente. Intenté levantarme, pero recibí una patada en la espalda.

-Tú al suelo y ahora me vas a escuchar, ¿entendido?-asentí con seguridad por miedo a lo que pudiera ocurrir si no lo hiciera-Bien, te he clavado un cuchillo Bowie del 45 atravesándote la tibia. No tienes ninguna incisión en venas muy importantes, de modo que sobrevivirás. Tranquilo, ya he avisado a la policía, llegarán en unos diez minutos. ¿Alguna pregunta?

-¿Por qué me haces esto?-eso fue lo único que se me ocurría en esos momentos.

-¿En serio?¿Eso es todo? Te tomaba por un chico listo, veo que me equivocaba. En fin, no tengo nada que perder así que te lo contaré todo. Tú me has convertido en lo que soy, han sido tantas las veces en las que he dado vueltas y vueltas a lo de la máscara, mi monstruo interior... que he acabado siendo uno. Siento un enorme deseo de derramar sangre que me reconcome por dentro y no sé por qué-su voz iba aumentando de tono y se volvía quebradiza- Me has hecho pasar de la chica dispuesta a sacrificarse por sus amigos a lo que hoy tienes delante. Si supieras las ganas que tengo de matarte ahora mismo te sorprenderías. Y lo único que me detiene es el pensar que Larissa no querría que lo hiciera. Además, me parece mayor condena el que te pudras en una cárcel el resto de tus días que el que yo te mate en este momento.

El panorama me resultaba devastador. Así se debió de sentir el Dr.Frankenstein al ver su creación:repulsión, miedo e incluso asco. Me invadió un enorme deseo de poner fin a mi vida, pero sabía que Jacqueline no me permitiría acabar tan rápido con mi taciturna existencia.

-¿Oyes eso? Son las sirenas de la policía, hasta nunca Cody.

-Por favor...perdóname, no quería hacerte eso-probablemente fuera la frase más cierta que había dicho nunca, no me imaginaba que pudiera pasar esto.

Jacqueline se dio la vuelta. Un sonoro suspiro salió de su boca y dijo:
-Nota 40:Esta es la última vez que nos veremos. Llamé a la policía y les dije que me secuestraste y que te he herido para poder escapar. Ojalá nunca nos hubiéramos conocido. Ojalá solo hubiéramos sido un momento pasajero en la vida del otro. Ojalá todo vuelva a ser como antes de que nuestras vidas se fuesen al carajo. Ojalá solo sufras lo justo en la cárcel. Se despide para siempre, Chica con Gafas...

(Suena la radio)
La joven Jacqueline Monroe de 17 años, tras dos meses desaparecida, ha sido rescatada de las garras de su secuestrador, Cody Fidgerald, después de que esta consiguiera herirle en la pierna.
Tras una confesión del raptor es condenado a cadena perpetua y la joven Jacqueline ya podrá dormir de nuevo tras lograr hacer justicia a la muerte de su amiga Larissa Smith)

N/A
Hola mis lectoras.

Ya he conseguido acabar la historia y espero que les haya gustado.

Hasta otra.

Chica con Gafas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora