El rojo era demasiado y el verde me hacía ver como la sirenita así que el lila fue la mejor opción.
La blusa es suelta así que decidí usar una pollera negra ajustada, ¿tacos? Demasiado para una fiesta en una casa, mejor borcegos.Maquillaje simple, algo de corrector, contorno, rubor y labial color durazno. Me enarco las pestañas y coloco un poco de rímel. ¡Voila!
Escucho la bocina del auto de Anna, bah, mas bien el auto de su padre, se lo presta los fines de semana y así se asegura de que no beba. Una buena estrategia si me preguntas.Tomo mi cartera de charol y bajo las escaleras, mis papás no están en casa, se quedan trabajando hasta las diez de la noche en la oficina, ambos son contadores y eso les demanda bastante tiempo. No es un problema para mi la verdad, tengo la compañía de mi perro y además Anna y yo casi siempre estamos juntas, jamás me he sentido sola.
—Sabía que esa blusa se te vería genial.—comenta cuando entro al auto.
—El color es bonito, fue una buena inversión.
—Bueno las demás ya están allá, así que no perdamos tiempo.
Al llegar a la casa de Rachel una fila de autos estacionados nos recibe, Anna estaciona en uno de los pocos lugares que quedan.
Bajamos y caminamos juntas hasta la entrada, la puerta está abierta, como en cada fiesta que Rachel hace, como si todo el mundo que quisiera pasar estuviese invitado pero la verdad es que los del equipo de fútbol te sacarán de una patada si no conocen de nada tu cara.La música resuena llenando el lugar por completo, la sala, a la izquierda, está llena de gente bailando mientras que la cocina, a la derecha, es el lugar de bebida.
—¡Anna, Mery!—Hanna levanta la mano entre la multitud mientras que se acerca junto a Clara, ambas ya con un vaso en la mano.
—No pierden el tiempo eh.—comento señalando el vaso con la cabeza.
—Relájate, Mery, no nos pasaremos.—responde Clara.
—Eso espero, no tengo ganas de limpiar vomito otra vez.
Hanna está a punto de hablar pero su mirada se pierde detrás de mi y cierra su boca repentinamente.
—¿Que...?—comienzo a decir.
—¡Fosforito!—Cameron me rodea los hombros con su brazo, coloco toda mi atención en él—Linda blusa, por cierto. ¿Quieres tomar algo?
—Estoy con mis amigas, pero gracias.—le digo.
—De hecho, ya se están yendo—contesta, lo miro confunda y señala con la cabeza a la dirección de la pista.
Miro sobre mi hombro, todas se alejan de a poco con pequeñas sonrisitas en sus bocas. Malditas.
—Bien—bufo—Vayamos por esa bebida.
Cameron me da una de esas típicas sonrisas coquetas.
—Sabía que aceptarías.
—Eres realmente un engreído.
Nos dirigimos a la cocina, una rubia voluptuosa de la cual estoy segura de que es mayor que nosotros le sonríe a Cameron de forma bastante insinuante, él de da una sonrisa de boca cerrada y se abre paso hasta el refrigerador.
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Notas de amor a Mery Jane
Teen FictionMery Evans, unicamente le habla a Cameron (su amor platónico) para enseñarle matematicas. Las cosas comenzaran a cambiar entre ellos cuando Mery comienza a recibir notas anónimas de un admirador secreto y Cameron la ayuda a descubrir quien es, aunq...