3

121 4 0
                                    

Otro día más.
En la noche de ayer, le dije a mis vecinas que me acompañaran a aquel culto, les conté sobre él, sobre aquel chico, ya no estaba triste, pensé que tenía que ser positiva.

Llegamos a el culto y de nuevo todos nos miraban, ese día me sentí más alegre porque iban mis amigas.
Al terminar de orar nos integramos a el grupito, mis amigas se presentaron y continuamos con la clase.
Sonó el timbre, enseguida corrí a el comedor a comprar unos pepinos, debo confesar que solo los compraba por él.
Demonios no podía dejar de mirarlo.
Pagué y en seguida me aleje.

-Miren, es él. Digo señalando con la vista.
-Vaya, pues no es feo
-Lo sé, pero ya es mío ¿ok?
-Esta bien, está bien.
- Bueno, ¿nos vamos?
-Sí, vamos.

Comimos, caminamos, platicamos hasta que sonó el timbre para entrar y continuar con las clases.
Al finalizar la clase fuí a la cocina para ver si él estaba ahí, pero no estaba, supongo que subió a su recamara, así que salí de la cocina.
Volví al culto y realizamos algunas actividades, en poco tiempo sonó el timbre para la salida y nos fuimos a nuestras casas.

-Esta guapo, se ve que es muy lindo (dije con una sonrisa y ojos brillosos)
-Pues no esta mal... dice Esmeralda
-Mujer, ese chico te gusta!
(Interrumpe la otra)
-Obviamente le gusta habla de él como si fuera el último.
-No, ¿qué les pasa? ¡no me gusta, solo se me hace atractivo! (Grite), bueno, en fin mañana nos vemos a la misma hora, adios.

Entré a mi casa y ellas a la suya.

Su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora