【Introducción】

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Se que nadie me recordará, lo tengo muy presente, ya sea como aquella cucaracha que mataste por que te daba asco, pero que ya ni siquiera recuerdas. Esta es mi historia, sin nada de especial, pero que aún así quiero relatar por si él... La única persona que si me querría recordar la escucha. Esta es mi historia, la estría de la vida y muerte de Akaru Tamashi.
Mi historia comienza a mis 13 años, cuando vivía con mi papa, un hombre de estatura media, moreno de cabello negro y con uno que otro rizo; mi mama, pequeña, blanca de cabello rubio y liso. Por ultimo tenemos a mi hermano gemelo, Haruji Tamashi, un chico alto de ojos azules bastante intensos y cabello abellana largo, un poco desordenado.
Yo soy... bueno lo mismo que Haru (como yo le digo) pero mas enana. Eso siempre me lo recalca.
Nuestra relacion entre hermanos era bastante normal, peleabamos mucho, pero claro, enseguida nos volvíamos a querer y cuidar el uno del otro. Eramos inseparables. Como una sola persona que a veces quería cambiar cosas de si misma.
Un día que me encontraba a las afueras del colegio (tenia como 13 años) mientras que esperaba a mi ''queridicimo'' hermano Haru para que me acompañará a casa, creí haber sentido que alguien me observaba, a si que me voltee para ver de quien se trataba, pero lo único que vi fue una pared que tenía un grafiti que decía abajo el gobierno, refiriéndose a sus estúpidos experimentos; en resumen el estado empezó a experimentar con animales Enfermos en un pequeño intento de devolverles la salud. Al notar que lo que hacían no sólo funcionaba si no que también los hacia más fuertes y agresivos cambiaron su objetivo de curar las enfermedades para ayudar a la población a crear armas biológicas para ganar cualquier guerra que se viniera de frente. Luego de unos años de seguir con sus experimentos al parecer hubo una especie de accidente que provocó que las bestias escaparan y claro, el gobierno no hizo nada para reparar el error.

Mientras observaba los vivos colores de aquel mural, alguien toco mi hombro haciendo que me girará instintivamente para terminar viendo mi reflejo... Era Haru. Por fin se había dignado a venir. -Al fin apareces.- dije con un tono de fastidio que se hizo notar. -Tsk... Agradece que te acompaño, ya deberías irte sola, no es como si fueras una bebe- idiota, idiota, idiota, idiota, que se creía?- calla, no es como si fuera contigo por gusto.- suspiro él pesadamente para después brindarme una sonrisa y pasar su brazo por detrás de mi hombro. -Mentira, jej, siempre seras mi pequeña hermanita a la que tendré que cuidar- lo mire con fastidio al notar ese tono sarcástico suyo, aunque luego sonreí y lo abraze -sip, y tu siempre seras el idiota que me gaste de tragar. -Que ternura, se nota lo mucho que me quieres.- hizo una tos falsa -interesada- a lo que yo respondí entre risas con el más cariñoso... -Idiota- sonrió -¿me odias?- pregunto haciendo un puchero y yo solo le conteste lo más sería y fría posible -te odio- Al escuchar eso me dio un beso en la mejilla a lo que yo respondí con una mueca de fastidio -en cambio yo te amo- dijo triunfante para después tomar mi mano y empezar a caminar a casa.
Luego de un rato de caminar en silencio, Haruji empezó la conversación. -Oye...Karu- me voltee para verle -¿que pasa hermanito?-bueno..¿si has oído que han habido muchos ataques últimamente?- lo mire confundida, ¿a que venía el tema? -Si, ¿y?¿cual es el problema?- parecía preocupado -todos han sido lugares cercanos a este, y no quiero que nuestro pueblo sea el siguiente, no soportaría que te pasara algo o a mamá o a papá.- estaba muy preocupado. Yo odiaba verlo así, el siempre me cuidaba, de hecho, el era mi único amigo, siempre habíamos sido el y yo contra el mundo. -Haru...- lo abraze fuertemente, aferrándome a su pecho -eso no va a pasar...tranquilo, tu sabes que mamá y papá nos defenderian, sin contar que sabemos luchar como nadie.- bajo la mirada para verme a los ojos -gracias- y aquella hermosa sonrisa volvió a su rostro. -¿vamos?- le pregunte sonriente -vamos- y seguimos caminando de la mano.
Cuando llegamos a casa lo primero que hice fue tirar el bolso al lado del mueble de los vinos para dirigirme a la cocina por algo de comer. Haru, por su parte dejo el bolso en nuestra habitación para después ponerse a ver televisión; el primer canal que salió al encenderlo fue "noticias de la tarde" -excelente, otro ataque- lo oí mustiar molesto, así que enseguida pase el canal y me senté a su lado. -Haru~- hice un puchero como si fuera una niña pequeña -¿eh?- me miró confundido -no te enojes, luego te desquitas conmigo...- el sonrió de una manera bastante malvada -¿a sí?- creo que cometí un error... -Haru... ¿Que piensas hacer?- dije nerviosamente mientras escuchaba su risa "diabólica" -esto- se tiro sobre mi y empezó a hacerme cosquillas -mierda- pensé, yo odiaba, odio y odiare las cosquillas, son lo peor. Empeze a moverme como loca en un desesperado intento por quitarme de encima a ese idiota, ya no soportaba reírme de esa manera. Logre atinarle una patada en el estomago haciendo que cayera al suelo apretando su barriga. -¡te lo mereces!- gruñi. -No...tenias que ser tan ruda- se quejaba mientras se intentaba  poner en pie. -esto te costará caro...- desia cuando el sonido de la puerta abriéndose lo interrumpió, haciendo que gritaramos al unísono -¡papá!- corrimos para abrazarlo -¿como te fue?- pregunto Haru -Bien, mi jefe ya me dio la paga- le sonreímos mientras lo guiabamos a la mesa -Me alegra pa, ¡Oh! Adivina, yo hice la comida y no quemé la casa.- dije prgullosa mientras Haru sonreia al igual que mi papi -adivina que hizo- dijo en tono de burla, lo que intrigo más a mi pápa -¿qué?- pregunto enarcando una ceja -huevos revueltos y milo- me adelante a Haru victoriosa, pero ellos solo se empezaron a reír, ¿valoraban mi esfuerzo? Fruncí el entrecejo y empeze a servir los platos. -¿mamá?- pregunto Haru por fin. -Ya viene, le salió trabajo extra -umm, ya veo- mustie seguido de sentarme a la mesa.
La cena fue tranquila. Al terminar cada uno se puso a hacer algo diferente. Yo me puse a dibujar; Haru se puso a practicar con la batería; y papá empezó a leer un periódico. Ya cuando me encontraba consentradisima haciendo los últimos detalles del dibujo que había empezado hace algunos unos días, la puerta se abrió de nuevo, habia llegado  mamá. Deje mis cosas y salí corriendo a abrazarla igual que como había echo con papá. Fue un error. Estaba empapada y me moje toda. -wa...mi ropa.- mi mami me sonrió y acarició mi pelo bajando hasta una de mis dos trenzas. -somos dos- la volví a abrazar, ya estaba mojada ¿que me iba a importar? -¿Por que no te vas a bañar?- pregunto mientras saludaba a papá con un beso en la mejilla -esta bien- sonreí y entre a la habitación -¡oye idiota!- le grite a Haru llamando su atención haciendo que dejará de tocar -¿que quieres? Si que eres pesada- frunció el ceño y yo solo me diriji al baño -nada. Solo te iba a decir que ya llego mamá- abrió los ojos como platos y corrió a la sala -idiota, je- cerré la puerta del baño para empezar a quitarme la ropa que había mojado al abrazar a mamá que obviamente, la logró alcanzar la lluvia. Entre en la bañera que ya había preparado con anticipación, era totalmente relajante. -Creo que también me mojarse el cabello- dije para mi misma soltandome las trenzas. Nada podía arruinar ese momento conmigo misma; momento de paz; momento en el que me podía relajar...pero, (siempre tiene que haber un pero ¿por que el mundo es tan cruel?) cierto golpeteo en la puerta me distrajo de mis pensamientos -¡sal de allí, lenta!- arg, Haru. -¡No lo pienso hacer, tendrás que sacarme a la fuerza!- el era muy tímido en ese tipo de cosas, no se atrevería ¿o si? No. -¡abre o voy a entrar!- que lo intente jamás lo hari...¡¿que?! ¿Ese fue el sonido de la puerta? -Sal de una vez...- dijo con los ojos cerrados y con sus mejillas totalmente rojas, probablemente del mismo color que las mías en ese momento -¡i-idiota, sal de aquí!- tartamudie sumergiéndome en el agua. Se que éramos gemelos pero... ¡¿Quien no se avergonzaria de que lo viesen desnudo?! -Callate, necesito el baño, por favor, Karu- dijo firmemente aunque se notaba que también estaba avergonzado -e-esta bien...solo no me veas- fue lo único que logre articular mientras salia del agua -volteate pervertido- mustie molesta mientras sentía mis mejillas arder de la pena. -¡No soy pervertido!- alegó mientras se volteava para que yo tomará una toalla y tapara mi cuerpo desnudo. -Pervertido- dije por última vez antes de salir del baño de un puertaso.
Me puse mi pijama morada que mi madre hizo a juego con la de Haru para luego tirarme en la cama sin cuidado alguno. No se cuanto tarde en quedarme dormida pero se que no fue mucho tiempo. Cuando desperté a la mañana siguiente lo primero que vi fueron los ojos azules de cierto castaño que yo conocía. Mi reflejo se encontraba mirándome fijamente a los ojos, (sabrá dios desde hace cuanto), con la pijama manga larga que hacía juego con la mía. Estaba con los brazos en el colchón de mi cama y con la cabeza recostada en ellos. -buenos días, panda gordo y dormilon- dijo con una sonrisa, mientras que yo medio adormecida me voltie y le di la espalda. - Karu ~ levántate, no quiero desayunar sólo- lo ignore, pero lo único que logre fue que se me echará encima. -Si no te levantas me acostare a dormir contigo- dijo desafiante, ya que el dormía igual que yo...técnicamente tiraba patadas cuando duerme. Me había atrapado. -Voy- dije con el mal genio que me da siempre que me despiertan. -Pero antes- tome el pie de Haru y lo tire de la cama -no me aplastes.- se empezó a ver mi mal humor. Por alguna razón le parece divertido ¿será retrasado?
Salí completamente despeinada, cansada y malhumorada de mi cama, mientras daba tumbos para llegar al comedor en el cual mi hermanito ya me esperaba con el desayuno; sándwich de mortadela con queso y milo (tengo una adicción hacia el milo que comparto con Haruji) Me senté a la mesa y empeze a comer sin ganas, aunque a medida que iba saboreando lo que mi clon Maligno había preparado para mi desayuno se me bajo el mal genio y de echo, me puse bastante alegre, me levanto por completo y el se había dado cuenta de eso. -Veo que lo disfrutas- me hice la sería y lleve mis platos a la cocina -claro, ¿como no lo disfrutaría si es milo?- empeze a lavarlos y vi como Haru se puso detrás mio esperando que le sediera el espacio para lavar los de el, así que me apresure a quitarles el jabón y dejarlos en el mesón de la cocina. -Gracias estaba muy rico- dije finalmente, siempre digo eso cuando terminó de comer. -De nada, todo por mi hermanita- dijo mientras lávava sus cubiertos haciendo énfasis en la palabra "hermanita" queriendo reprocharme la baja estatura que al parecer le heredé a mamá, que por cierto, estaba en el trabajo igual que mi palito lindo, como yo le decía.
Era sábado, por lo cual no teníamos que ir a la escuela, sin mencionar que teníamos todo el día para flojear o hacer lo que quisiéramos.
-Haruji Tamashi- lo llame mientras miraba un álbum de fotos que había encontrado en la repisa de libros -¿que pasa señorita Akaru Tamashi?- dijo en un tono, que según nosotros, usaban los ricachones. -Mira lo que encontré- dije sonriendo - a ver... ¿Esos somos..?- pregunto Haru al ver la primera foto del álbum -sip, somos nosotros la primera noche que usamos estas pijamas, nos quedaban grandes- sonreímos al recordar aquella noche. Mamá y papá habían dicho que nos tenían una sorpresa por que nos portabamos muy bien, entonces cuando llego nuestra hora de dormir papá y mamá nos dieron un regalo, eran la pijamas. Insistimos en dormir juntos y como no cambiamos en la cama nos tocó en el suelo, fue divertido.
-Los viejos tiempos ¿no?- dijo Haru con una sonrisa -Si, los viejos tiempos- sonreí igualmente dejando el álbum sobre la mesa -¿sabes? En ese tiempo no eras tan molesta- se burló aunque no obstante yo le devolví la bromita -ni tu un imbécil- Y así pasamos la mañana haciendo tonterías hasta que por fin llego la hora de almorzar, en la que nuestros padres, esta vez, habían traído pollo a la plancha. El almuerzo fue muy alegre, creía que no podía pasar nada que arruinara aquel momento pero me equivoque.

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Hola chicos, aquí una nota de la escritora: bien, si quieren que continúe con la historia semanalmente, por favor pongan un comentario que me lo haga saber y su voto que no les cuesta nada. *3*
PD: hize lo posible para que esta parte no fuera muy aburrida, aunque creo que no funciono muy bien T^T. También, solo quería decirles que por favor, por favor, por favorsito, apoyen mi historia, esta muy buena, lo prometo. Estoy abierta a criticas constructivas y consejos.
Bueno, chau, besos, se les quiere.

Escapando del destino. [en Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora