Capitulo 4: el baile de mascaras

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Una semana después y luego de un largo día de escuela en el que se había enterado de una gran fiesta que habría en honor a una joya y su princesa, Serena estaba con ellas. Cansada porque estudiar le representaba un gran esfuerzo, estaba de mejor humor porque sabía que podía contar con Amy. En esos últimos días y gracias a que estudiaban juntas, su amistad se había vuelto más fuerte. Pasándole algo similar con Rei al reunirse muchas veces en su templo con Amy y Luna después de las clases para hablar sobre el cristal de plata y la búsqueda de su princesa, no perdía las esperanzas. Ilusionada con poder ir a aquella elegante fiesta, escuchaba los consejos de Rei.

—no vayas a esa fiesta Serena, tengo un mal presentimiento.

Y mientras Rei alertaba a Serena del peligro inminente que le revelaba su premonición, Neflyte estaba junto a las cenizas de Jedite.

—Jedite...para resucitarte necesitamos el cristal de plata. Juro que lo recuperare y acabare con quienes te hicieron esto ¡lo juro!

—tienes mucha razón Neflyte—rio.

—reina Beryl—se inclino ante ella—permítame preguntarle con todo el respeto que usted me merece pero ¿qué aspecto tiene ese cristal de plata? ¿Es en verdad tan poderoso?

—sí, lo es—lo miro con una profunda maldad en sus ojos y sonrió—gracias al poder del cristal de plata podremos revivir a Jedite y no solo a él, también a su majestad. Es ahí en donde llegara la era del reino de las tinieblas.

Mientras Beryl reía cual sádica fuera al imaginar su futuro reinado en la tierra, Serena bajaba y se encontraba con su padre. Su padre era Kenji Tsukino. Hombre honesto, trabajador y estricto, estaba esa noche muy elegantemente vestido.

—¡wow papa! ¿Qué haces con ese traje tan elegante? ¿Para dónde vas?

—el periódico para el que trabajo—respondió mientras su esposa le retocaba el corbatín—me envió para que haga un reportaje sobre la fiesta de esta noche. Después de todo se trata de la embajada real y de una princesa.

—oh papa—se le acerco suplicante— ¿no me puedes llevar?

—no, pero no te preocupes hija—rio con su esposa—lo podrás ver todo por televisión o en los periódicos de mañana. Pero bueno... es tarde, ya me voy ¡deséenme suerte!

Serena estaba muy deprimida porque en verdad quería ir. Fue por eso que tomo la pluma de especial para transformarse en una delicada princesa e ir a la fiesta de mascaras. Con la desaprobación de Luna y luego la de las chicas cuando la vieron, llegaron al baile para mezclarse con los demás.

—ya, ya Luna, no me regañes más que después de todo ¿no es este nuestro trabajo? ¿Buscar a la tal princesa y a las demás scouts?

—sí, sí lo es Serena pero es que tu...

—olvidas que es un baile de mascaras Serena—le dijo Rei en tono reprobatorio—no será tan fácil y tu estas más preocupada por el vestido, que por la verdadera razón por las que estamos aquí.

—tienes razón Rei pero ya es hora de entrar—le tomo la mano Amy en un bello vestido de gala—vamos. Entre más rápido encontremos a la princesa de este lugar, mas pronto saldremos de dudas.

Las tres entraron. Luciendo irreconocibles en aquellos bellos trajes, perdieron a Serena muy rápidamente. Algunas como Rei refunfuñaban y otros como el padre de Serena que se había impresionado al ver a Serena sin saber que se trataba de su hija, hablan para sí mismos.

—vaya, esa chica se parece mucho a mi pequeña Serena. Ojala cuando crezca se parezca mucho a esa princesa.

Y mientras su padre se maravillaba de la belleza de esa chica sin saber que se trataba de ella, a Serena le derramaban una bebida encima. Apurada porque no quería dañar su perfecto y hermoso vestido en el que en verdad se sentía como toda una princesa, corrió al baño para limpiarse un poco.

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