Capítulo 17: (¡sí!) sailor Júpiter

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—Serena, tranquila.

—Se llevaron a Amy. —Decía muerta en llanto— ¡A ella también se la llevaron y no es justo!

—Lo sé.

La abrazó Darien y la cubrió con su capa.

—Nunca me imaginé que iba a pasar algo tan dramático como esto pero debes tratar de conservar la calma mi amor. Si sigues llorando de esa forma mi princesa hermosa, —le tomó el rostro en ambas manos y la miró—te vas a enfermar y no vamos a solucionar nada. ¿no crees?

—sí, tienes razón mi amor.

Se limpió el rostro y le sonrió.

—es solo que se las han llevado delante de mis ojos y yo no he podido hacer nada para ayudarlas Darien. ¡Nada!

—lo sé.

—¡¿Quiénes son?! ¡¿Que buscan?! ¡¿Por demonios se han ensañado así con nosotras eh?! ¡¿Por qué?!

Como ya no había nada más que hacer y además ya cambiamos de escenario en el manga y me toca pasar a otro, Serena estaba en su casa y estaba tendida en la cama llorando sin saber qué hacer.

Mientras lloraba, Rini y su luna P entraban.

—¡no llores Serena! ¡No llores Serena!

—¡¿qué?!—Se levantó y vio como la pelota rebotaba y le hablaba— ¡¿habló?! ¡¿Esa cosa habla Rini?!

—por favor Serena, cálmate. Asustaras a luna p si sigues gritando de esa manera.

—¿qué es luna P? ¿Le has puesto así porque se parece a Luna?

—oye, —se le acercó y le extendió el muñequito de mi amor bello—ten, te lo presto. Sé que te ayudara a sentirte mejor porque a mí me ayudó.

—gracias.

Lo recibió con la misma dulzura con que ella se lo había pasado. Luego al detallarlo dijo...

—oye pero, ¿de dónde sacaste un muñeco de mi Tuxedo Mask?

—me lo dio Darien el otro día que me quede en su casa. —Se le sentó a un lado de la cama— ¿lo recuerdas?

—ah...ya veo.

Contestó con tristeza.

—qué suerte tienes Rini. Al parecer eres amiga de mi Darien y no solo eso, te ha regalado este muñeco tan lindo. Él, es mi novio y aunque sé que me quiere mucho jamás me ha hecho un regalo como este.

—bueno pero no le des tanta importancia a eso porque no la tiene. Después de todo yo soy una niña y tal vez esté pensando en darte un regalo más adecuado.

Luego la miró con preocupación al ver cómo había estado llorando y le preguntó con algo de pena...

— pero Serena, ¿Por qué llorabas de esa forma? ¿Qué es tan grave?

—¿ah? tu... ¿tu estas preocupada por mi Rini?

—claro que sí. —Le sonrió y fue hasta la cabecera de la cama con ella—Vivimos juntas y es normal que me preocupe por ti. Me has recibido en tu casa y me has tratado bien. Sé que no me he portado de la mejor manera contigo pero lo siento. Ven.

Le extendió las manos en señal de abrazo.

—¿quieres contarme que es lo que te duele tanto? ¿Por qué lloras Serena?

—ay Rini.

Fue con ella y apoyó la cabeza en sus piernas mientras empezaba a llorar de nuevo.

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