II

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Se había quedado dormido en las piernas de una chica tan pura que recordar su aura de bondad le causaban náuseas....era eso o el olor a galletas recién hechas.

¡¿GALLETAS RECIÉN HECHAS!?. Y, ¿Que carajo era esa música?.

El payaso se levantó tan rápidamente que una punzada lo obligó a acostarse con la misma velocidad que fue impulsado. "¿Pero que mierda es esto?" Pensó para sí mismo cuando tocó su abdomen bajo la sábana blanca que tenía encima y miró el techo por reflejo. Suspiro y aspiro el olor del entorno; definitivamente el olor a galletas recién hechas lo mareaba. Giró su atención a su costado izquierdo y entrecerro los ojos para distinguir no muy lejos de él unas maletas color crema, una chamarra por encima de ellas y un maletín de primero auxilios ¿acaso no fue un sueño todo lo que paso? ¿Quien sería lo suficientemente tonto para llevar al joker a su departamento? Si, un extranjero.

Volvió a concentrarse en la herida que casi lo mataba. Tanto el abdomen como el brazo estaban perfectamente vendados, su cabello estaba seco y su cuerpo tenía una esencia a antiséptico. Volvió a levantarse esta vez más despacio, examinó cada rincón del departamento en busca de alguna de sus armas o cuchillos aún que desde un inicio tenía poca esperanza de encontrarlas después de haberse lanzado al agua con tanta urgencia. Sea como sea, asesinar a un civil no sería tan difícil...

-¿¡Que esta haciendo!?- el peliverde miró curioso al ver que se trataba de una mujer. Definitivamente se divertiria.- Es poco probable que la herida haya cerrado aún- pero al mirarla todas esas ganas de aprovecharse de ella desaparecieron, no por ser fea si no todo lo contrario: jamás había visto a una mujer tan..Ella.

El no dijo nada, solo la observaba con detenimiento, era más que obvio que la mujer que había visto antes de desmayarse era la misma que estaba frente a él, creía que la había imaginado pero desafortunadamente era real; tanto su piel pálida como su olor a vanilla y su largo y rizado cabello rojizo.

La presente sonrió con amabilidad y regreso corriendo a la cocina; el peliverde sólo identifico que el sonido de esa espantosa música bajaba y la chica se volvía a acercar a él a paso apresurado ¿acaso era tan tonta?.

-hice galletas para usted- y era cierto. En sus blancas manos traía una charola plateada con galletas y chispas de chocolate encima de ellas, el vapor salía de tal postre desprendiendo aún más el olor tan empalagoso.

-¿me estas jodiendo?- preguntó. Pero no se imagino que tales palabras le costarán tanto salir de su boca. El dolor que sentía le provocaba una especie de asfixia. La chica lejos de ofenderse dejo la charola en la mesa de té que había frente el sofá en el que había recostado al hombre.

-lamento tenerte aquí- se explico con la mirada baja- el departamento es nuevo y no tuve tiempo de ponerte en la cama antes de que tu glucosa se nivelara y...-

El hombre que tenía frente a ella no podía creerlo ¿existían personas así de incrédulas en el mundo?.

-¿Como sabes que no voy a matarte?- preguntó con una sonrisa. Sus ojos azules penetraron en los de ella; la chica se callo un momento, lejos de espantarla el joker noto como su curiosidad crecía y cuando las cosas parecian tornarse mas ridículas la pelirroja volvió a sonreír. -¿Que te causa tanta gracias, basura?-

-Es que aun esta débil- y sin más cambio de expresión se sentó delicadamente frente a el- mi responsabilidad es pensar en su salud pasando de las objeciones que tenga-

-¿Que clase de mierda dices?- en definitiva, torturarla y matarla no quitaría el hecho de que ella seria su primer víctima en poder frustrarlo. No sabía si estaba jugando o era muy tonta.

-No sabía que no le gustaban las galletas con chocolate, lo lamento. Pero debe comerlas para recuperar el azúcar que perdió durante el desangre-

-¿quien eres tu?- preguntó al darse por vencido. Aun que quisiera matarla en ese momento no podía; estaba débil, si hacia un movimiento en vano la herida podría abrirse y además el olor le provocaba náuseas.

-Mi nombre es Alissandra Mordine, mucho gusto- le volvió a sonreír de una manera amigable.

El joker la veía con frialdad, tenía tantas ganas de matarla en ese momento pero no podía. ¿Dónde estaban los malditos lamesuelas del payaso? Le urgía que lo sacarán de ahí o el olor empalagoso de las galletas lo haría vomitar.

-¿Tienes un teléfono?- preguntó dando solución a su problemas.

La pelirroja asintió y se paró con dirección a la cocina. El de ojos azules aprovecho el desvió de atención para dar otra examinada más profunda al deparamento; todo estaba nuevo y las maletas se veían a simple vista que no habían sido acomodadas aún, en los muebles no había nada y ninguna foto estaba colocada, mas paredes estaban vacías, la sábana que tenía encima desprendía un olor a vanilla que en vez de empalagarlo como el chocolate le fascinaba y no sabía de que manera mientras que la música le parecía muy anticuada para la edad que aparentaba la chica.  Miro la mesa de té otra vez con las galletas frente él, las chispas de chocolate estaban derretidas lo que hacía ver a esos círculos de más mas apetitosos aún. Tenía hambre era cierto, pero no quería agarrar esas cosas tan patéticas como si fuera una niña Scout que se prepara para vender.

-¿usted como se llama?- escuho su suave voz venir de lejos, intuyó que aún buscaba el celular ¿tan distraída era? Y lo que es peor aún  ¡No lo conoce! ¡No conoce al más temido villano de ciudad gótica!.

-llamame señor J- susurro. Estiro la mano para tomar una galleta pero el jalón que un cable le ocasiono impidió que tomara tal postre.

Examinó su muñeca contraria, no habia sentido en absoluto que estaba conectado a una transfusión  de sangre, examino como la inyección intravenosa sobresalía de su inchada mano y sin sentir dolor alguno comenzo a palpitar la sección del conducto venoso.

-Bueno señor J- los pasos de la pelirroja se aproximaron a él. El pálido hombre solo la siguió con la mirada una vez estando frente a él y luego de verla estirar un teléfono móvil cambio su expresión a una mas relajada -¿quiere que marque por usted? ¿no le molesta la intravenosa?- el peliverde negó.

-Dame ese teléfono querida- sentenció ahora con un tono seductor. La chica sin importarle mucho su cambio de humor acepto.

Marco el numero, unos Beep repetitivos se escucharon en la línea hasta que el receptor contestó.

-¿si?¿quien...?-

-¡Miserable inútil!- la de ojos celestes se sobresaltó y abrió los ojos el doble de su tamaño. El chico al verla así de perpleja le sonrió.

-¡Mr. J!-

-¡Por supuesto que soy yo! ¡PEDAZO DE MIERDA!-

-Pero usted..-

-¡MUEVE TU PEDAZO DE CULO Y VEN AQUÍ DE INMEDIATO!- la chica miró como el peliverde de enfrente  se quedaba callado. Unos momentos después negó solamente y suspiró- sólo ven tu con la camioneta; ...si, si ¡MUEVETE!- Y colgó.- Gracias preciosa-

La pelirroja asintió y tomo de vuelta su celular.

-¿hay algún problema Señor J?-

-Si- fulminó desafiante a la par que se estiraba en el sofá- Dentro de 10 minutos viene por mi-

-¿eh?- se quejo con un puchero. El joker se hecho a reír de ello, se tapó la boca ya que es risa no era para nada tétrica y luego se miro la muñeca.- Pero señor J...aun tiene el azúcar baja, su herida esta fresca y..- 

La olió todavia un poco más por la distancia que había entre ellos ¿Cómo era posible que una mujer oliera todo el tiempo a Vanilla?;  Por otra arte el hambre lo mataba lentamente y si no comía algo iba a volver a desmayarse. Se quejó lentamente y atrajo a su boca una galleta, la chica sonrió satisfecha.

-a que son deliciosas-

-para oler asqueroso se siente bien tener algo en la boca-

Alissandra asintió, tomó una galleta y se la comió.

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Ella [The Joker & tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora