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One Shot publicado desde el móvil, corregiré los errores cuando tenga una computadora a mi disposición.

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Dos meses, dos malditos meses y sería encarcelado en ese maldito infierno de nuevo.

¿Estaba exagerando? ¡Claro que no! Dos meses, 8 semanas, 60 días. Si, estaba calculando todo.

Lo que no hizo en todo el año, lo estaba haciendo ahora; ordenar su mochila.

¡Ahí estaban todos sus lápices! Ahora Junhui ya no se enojaría por estar pidiéndole los útiles, bueno, si es que quedaban juntos este año.  Encontró varias hojas de estudio, trabajos prácticos, útiles que algunas ves pensó que había perdido, un que otro chicle y muchos papeles, sobre todo cartas, aquellas cartas impresas con sus más honestos sentimientos, aquellas que alguna vez le quitaron el sueño noche tras noche.

Vaya, cuantos recuerdos le traían esos pequeños recados. Cuando sus palabras, sentimientos y pensamientos más profundos le pertenecían a Seungcheol.

Todos de diferentes colores, tamaños, con distintas letras o colores de plumones, todo escondido en lo más recóndito de su mochila, donde permanecían desde que terminó las clases. Todas las cartas que en algún momento pensó en entregar. Pero jamás llegó la oportunidad perfecta, o al menos esa es su forma de pensar para esconder la cobardía que tanto aborrece.

"No sé que comunicar en realidad, hace tiempo que me gustas pero no puedo dar la cara. Eres una gran persona y un muy buen partido Seungcheol."

"¿Estas bien? Te vi llorar de tras de las gradas. No me gusta verte triste Cheol. Desearía a verte abrazado hasta que la noche cayera sobre nosotros como un manto, protegiéndote, protegiendonos."

"Sonríe, la vida es un campo que te prepara para un futuro lleno de problemas que tendrás que afrontar con la mirada en alto, no dejes que estos problemas te intimiden."

Todas y cada una de ellas nombrado las virtudes que el más alto poseía, todas y cada una transmitiendo el amor que sentía por ese joven de cabellos castaño, todas con su corazón puesto en ellas.

Pero, todo ese esfuerzo para nada.
Seungcheol era un año mayor, por lo que ahora estaba en la universidad. ¿Y él? Éste año ingresaría a último año. Vaya suerte que tenía. ¿No?

"Me gustan tus ojos, además de ser grandes, si te fijas bien, veo tus sentimientos reflejados en ellos como si fueran las cristalinas aguas de un rió. Cuando estás triste, feliz, enojado... Puedo ver cómo te sientes con sólo  mirar tus bellos orbes, son tan transparentes."

"¡Hey! Felicidades, supe que tienes una relación... No puedo desearte el mal ya que no sabes quién soy y no soy capaz de eso, bueno, no cuando se trata de tí... Ella es muy afortunada, espero que te cuide como se debe."

¿Por qué se obligaba a leer esto? ¿Por qué sonreía? ¿Por qué lloraba mientras lo hacía? ¿Por qué guardaba todas y cada una de esas cartas? Su corazón latía rápidamente mientras que su respiración era acelerada, sus ojos picaban debido a las lágrimas que se acumulaban. Esas diversas hojas de colores le traían demasiados recuerdos, y le hacían revivir cada uno de los sentimientos que empleó al hacerlas.

Soltó una risa mientras limpiaba con lentitud las lágrimas que poco a poco, manchaban las miles de cartas. Amplió su sonrisa divertido, sus lágrimas parecían pequeñas gotas de lluvia, cayendo una tras otra disolviendo la tinta que estás poseían.

Un pequeño y constante "Ding" se escuchaba en la habitación, su teléfono mostraba que estaba recibiendo una llamada, y se pregunto quién llamaría en esos momentos tan inoportuno.

Tomó con lentitud el aparato electrónico, dejando escapar una de de tantas sonrisas, al ver nombre del contacto.

Jihoonie, ¿estás en casa?❞

❝Si, estoy en mi habitación, ¿Vienes?❞

❝Estoy en cinco, alístate. Te amo bebé.❞

❝Yo igual te amo Seungcheol.❞

❝No más que yo, Jihoonie.❞

Y si, tal vez esas cartas no ayudaron en cuanto a la relación... Tal vez, amenazar a Seungcheol (inconscientemente) con su guitarra fue acción de conquista.

Hace cuatro meses su relación se había formado, una muy rara, si se podría decir, que ellos encajaban perfectamente con el viejo cliché "Los opuestos se atraen". Varias citas ayudaron en el proceso de conocerse, mensajes de texto y alguna que otra llamada no se hicieron de esperar.
Y con el paso de los días, ambos ya habían entablado una hermosa relación. Una que Jihoon anhelo por un (muy) largo tiempo.

Seungcheol era la luz de sus días, el causante de sus sonrisas, Seungcheol era el dueño de su corazón. Él único dignó de sus escritos.

. . .

¡Hola! ¿Qué les parece? ¿Les gusto?
Antes que nada, este One Shot no hubiera quedado mejor si no fuera por la ayuda de 10Mabell 💕 gracias bebé.

Esto se me ocurrió cuando casualmente limpié mi mochila, encontré miles de cosas que pensé que había botado o perdido.
Espero que les guste esté pequeño escrito.
¡Y agradezcan a Mabel por haberme ayudado!

Sin más, adios. ❤

bag ― jicheolWhere stories live. Discover now