El sueño feliz

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Mamá: Niña, era sólamento un sueño. Estás sano y salvo.

Mamá: Es bueno que expliques tu sueño. Es necesario que enfrentes tus miedos.

Niña: Pero Mamá, me preocupa que mis sueños siempre sean malos.

Mamá: Siento que tus sueños te asuste a tí, pero necesitas volver a la cama.

Niña: No, no puedo volver a la cama. Temo que el sueño vaya a regresar.

.Mamá: Recomiendo que tú inventes un final nuevo por tu sueño.

Niña: ¿Qué tipo de final?

Mamá: Un final feliz para que tu sueño malo se converta en sueño feliz.

Niña: No pienso que el sueño pueda ser bueno.

Mamá: Insisto que escriba tu sueño de nuevo para convertirse en bueno. Yo puedo, en tu sueño, protegerte.

Niña: No, mamá. No quiero que la lava te lastime.

Mamá: Pero yo fui de camping contigo, ¿verdad?

Niña: No. Yo acampaba sola. No creo que tú estuvieras allí. No pude encontrarte.

Mamá: Osito puede protegerte. Mira. Él es grande y fuerte. Es importante que tú escojas un lugar en tu sueño para empezar.

Niña: Corrí lejos de la lava…

Mamá: ¿Y Osito corría contigo? ¿Que hiciste?

Niña: Osito no le gustaba la lava. Él gruñió. Yo no podía correr tan rápidamente que él, pero él no me dejó.

Mamá: ¿Qué pasó cuando Osito y tú llegaron al pie del volcán?

Niña: Yo no sabía nadar, pero Osito sabía. Nosotros saltamos en el océano y escapamos.

Mamá: Bueno. Ahora, ¿Cómo te sientes?

Niña: No tengo miedo de mi sueño.

Mamá: Ahora, ojalá que puedas volver a la cama.

Niña: Buenas noches, mamá.

Mamá: Buenas noches, hijita.

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