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Si, ambos nos atraíamos, nos coqueteabamos, pero ambos teníamos miedo a perdernos uno al otro...
A que toda esa felicidad la termiramos dañando con nuestra actitud...
Eso lo respondía todo, lo que sucedía era que no éramos los polos opuestos que deberíamos ser, somos muy parecidos y ese era el problema..

El Diario De RileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora