2. El Inicio De Algo ¿Nuevo?

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¿Quién creía que la gente podía llegar a pelearse por el color de un vestido?

La cosa es, Mario, como buen internauta, entro a una red social, algo así como un lugar donde subes fotos y escribes cosas que pueden ver tus amigos, y platicar con ellos, ¡Demonios,  que eso es la mejor idea que alguien pudo tener! ¡La gente estará unida! (claro, la mejor idea del mundo (?), esa red era conocida por su nombre (si, mira que si no la conocían por su nombre...) se llamaba... Eh... ¿Es mal momento para inventar nombres feos? ¿Si? Bueno pues esa cosa se llamaba... Mmmm... Se llamaba... BookCara, en ese tiempo, no era el demonio azul que es en este momento, y bueno, Mario por suerte no la conocía del todo bien.

Mira que era divertido ver que llegaran notificaciones y los famosos jueguitos, todo bien,  para iniciar estaba bien ¿No crees?

Pues cuidar a tus vacas virtuales era divertido, ¿No? Pues no, no lo era, tu granjero virtual vivía en la intemperie, siendo esclavizado por un alcornoque que no lo dejaba descansar hasta que este no pudiera más, o simplemente terminaba su sesión de "juego", o dime, ¿Qué tal estaba tu ciudad? Eras el dueño de eso, ¿No?, o eso era dueño de tí, trabajando sin fin en tu paraíso urbano e infernal donde todo dependía de tí hasta que la energía se terminase. O tu hotel, ya sabes, ese que cerraron. Muy divertido todo.

Muy buenos tiempos perdidos en publicaciones e imágenes, una que otra publicidad, muy tranquilo todo.

Un tiempo después (vamos, que no fue tanto) Mario descubrió que la gente hacia imágenes por ocio y diversión, algunos tan divertidos como un muerto, más famosos que Jesús, eran los... Los... Este... Se llamaban emems.

Divertidos y aburridos, exagerados y sin sentido, los emems eran algo con lo cual era posible entretenerse durante horas, era algo desconocido, era algo divertido (pues ni tanto, sabes, era algo muy aburrido, pero entretenido, por algunas horas).

Todo bien, era magnífico, era maravilloso, simplemente perf... PERO QUE MIERDA ES ESTA.

Mario, con inocencia, conoció lo que en primer instancia es grotesco, aveces inhumano, eso no lo se, pero ¿A quién se le ocurriría enviar cadenas en los chats de las personas?, eso es terrible (si señor lector, esto parece ridículo, y lo es, pero recuerde lo ridículo que se ve reenviando cadenas en BookCara).

Asqueado de cosas como esa, Mario, con algo de cólera, veía como las practicas comunes de ese pequeño sector de... Bueno, pues... No lo se, aveces la gente... Pues... Eh... Hemm... Pues este... Personas, ¿Si?, Dejémoslo en eso, ese pequeño sector de personas que dejaba liberar su yo interior a través de imágenes, en se mayoría ridículas, y algunas frases robadas, cursis y vacías (como los libros de John Green), chistes malos y forzados, este otras muchas cosas, Mario sentía decepción, y también enojo.

Uno de esos días, mientras veía los mismos chistes repetidos con otros contextos, descubrió algo que le llamó la atención, un pedazo de texto en color azul, subrayado, diferente a los demás textos, era un enlace a otra dirección web, muy buena idea si tienes tres dedos de frente aunque solo veas dos, ¿No crees? ¿No?, pues ese es tu problema.
La idea de esto es que Mario, como el ser humano y curioso que era, apunto al enlace y presiono el botón izquierdo del ratón, divertido, para todos.

Entonces la página cambio, "Redireccionando..."

El Cuento Sin Nombre... (Otra Historia Sin Sentido) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora