1. Lisa

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Lisa caminaba de un lado a otro. Wendy no había vuelto anoche y eso no era normal en su hermana. Siempre había sido muy responsable e intentaba no preocuparla.

Se sentó en la mesa de la cocina con su taza de té en la mano. Temblaba mucho, los nervios la carcomían por dentro. ¿Y si le había pasado algo malo? Su hermana nunca hacia eso y si se iba a dormir a casa de Rose o de Sally avisaba. Bebió un poco del té y miró el reloj de la pared, las nueve de la mañana, debía irse a trabajar. Suspiro y le dejo una nota a su hermana en el frigorífico, se calzó, cogió sus cosas y salió de casa corriendo. Bajo los 60 escalones que separaban su tercero de la calle, en ocasiones odiaba ser claustrofóbica y no poder ni subirse a un ascensor, pero esta no era una de esas veces. En cuanto estuvo fue giro a la derecha y camino en esa dirección con paso rápido. Al fondo de la calle había varios coches de policía y cordón amarillo del que ponían cuando había alguna escena de algún crimen. Entonces sonó su móvil, era el móvil de Wendy. Se alegró infinitamente y contestó.

— ¡Wendy! ¿Donde estabas? Me...

— Perdone, soy el agente Smith, siento ser brusco pero acabamos de encontrar el cuerpo de su hermana...

En ese punto Lisa dejo de escuchar y empezó a correr en dirección a los coches de policía. No podía ser. Su hermana no. Nunca se había metido en problemas. No se drogaba y bebía muy de vez en cuando. Y ahora estaba muerta. Debía de ser una broma, una mala pasada del destino. Seguía corriendo, tropezando repetidas veces con las baldosas del suelo, pero nunca se detenía. Hasta que llegó. Vio a un policía con el móvil de su hermana en la mano, y un bulto al final del callejón tapado por una sábana.

— A-agente Smith, soy Lisa, la hermana de Wendy–. Le tendió una mano temblorosa sin apartar sus oscuros ojos del bulto.

— Hola señorita–. Le estrecho la mano con firmeza. En otra ocasión Lisa se hubiese fijado en las juveniles facciones del agente de policía, pero ahora simplemente no podía–. ¿Podría identificar el cadáver?– Lisa asintió lentamente sintiéndose peligrosamente cerca del llanto.

Le pasaron una cámara con la que fotografiaron el crimen y tras ver el rostro de la víctima empezó a temblar mas que antes y las lágrimas empezaron a salir de sus ojos. Era su hermana aquella chica que se encontraba bajo la manta. Era tan joven y alegre que le costaba creer que fuera ella.

Le devolvió la cámara al agente y murmuro un simple: “es ella”. El policía la miro con pena. Se le notaba en la cara a la joven que amaba a su hermana y que perderla en verdad era doloroso. El hombre no supo descifrar si era lo ultimo que le quedaba a la chica, pero dedujo que seria lo mas probable.

— Nos gustaría hacerle unas preguntas en cuanto a su hermana–. Lisa asintió sin mas. No le quedaba nada por lo que seguir respirando. Primero su padre y ahora su hermana. Seguramente a su madre le quedase poco tiempo también.

El policía la guió hacia el coche y le abrió una puerta de atrás. Lisa se sentó y miro al hombre recoger una libreta y una grabadora. Se giro hacia ella–. Esta bien, comencemos, ¿cuantos años tenia tu hermana?

— Dieciséis, dentro de una semana haría los diecisiete... Estaba muy ilusionada–. Sonrió triste al recordar a su hermana corriendo por el pequeño piso que compartían pensando en el viaje que harían para celebrarlo.

— ¿Estaba metida en algún asunto ilegal?

Lisa contesto todas y cada una de las preguntas mientras el agente las apuntaba en la libreta.

— Las dos ultimas preguntas, ¿donde estudiaba?

— En el instituto Lightwood–. Se mordió el labio imaginándose la ultima pregunta.

— ¿Y me podrías decir cuales crees que fueron las ultimas personas que la vieron?

Lisa asintió y le dijo el nombre de los 9 amigos que compartían ambas hermanas. En ocasiones Lisa se sentía rara teniendo como únicos amigos chiquillos de 15 y 16 años, pero no tenía ningún amigo desde que se mudo a aquel lugar con su hermana. Con 24 años hacia de la hermana mayor de aquellos 10 muchachos y muchachas. Aunque en aquellos momentos serian 9.

Se le vino a la cabeza el rostro de Rose, Sally y Steve. Las dos mejores amigas y el novio de su hermana. Se le encogió el corazón tan solo al pensar en otro entierro.

El policía la miro con pena al verla llorar en silencio. Le paso un brazo por los hombros y empezó a consolarla. El sabia perfectamente lo que era perder a tu hermano pequeño. Tras un rato la chica se pareció tranquilizar y el hombre se ofreció a llevarla en su coche hasta su casa. Sabia que no último que quería la chica era ir a trabajar tras ver la horrible manera en la que se encontraba el cadáver de su pequeña hermana. Lisa acepto. Solo quería llegar a casa y quedarse en el cuarto de su hermana mirando los dibujos de las constelaciones que ambas habían hecho de decoración. Ahora lisa sabia que Wendy era una de las estrellas que formaban aquellos dibujos celestiales que de niñas tanto observaban y que a medida que crecían tenían una mayor importancia para ambas. Su padre les había enseñado a amar el firmamento, a diferenciar cada constelación y a contarles maravillosas historias sobre aquel lugar infinito que era el cielo. Aquellos recuerdos hicieron llorar a Lisa como nunca lo había hecho. En su mente aparecía el rostro iluminado de su hermana al mirar a través del telescopio que tenían en el balcón. Al llegar a casa corrió al cuarto de su hermana. Esta igual que la noche anterior. La ropa esparcida por las esquinas, el maquillaje en el tocador y la enorme corchera donde tenia fotos con todos. Lisa se acerco y tomo entre sus dedos una foto en la que salían las dos el verano pasado sonriendo. Las lágrimas empezaron a salir de nuevo de sus ojos. Siguió mirando las fotos. Con Rose abrazada, con Matt sonriendo y hasta una con Steve besándose. También había algún selfie. Wendy era la chica mas hermosa a que había visto. Los pequeños rasgos asiáticos que ambas tenían y habían heredado de su madre (mas notorios en Lisa) la hacia una chica preciosa. Lisa vio la foto mas reciente. Se la habían sacado ese año todos en la fiesta de halloween que había preparado Michael. Aparecían todos abrazados. Wendy y Lisa estaban la una al lado de la otra disfrazadas de animadoras zombie.

Lisa dejo las fotografías y se tumbo en la cama de su hermana recogiendo a Happy, el conejito de peluche que había cosido para ella y abrazándolo.

— Wendy... ¿Por qué me has tenido que dejar? Prometiste nunca hacerlo...

Lisa lloro toda la tarde abrazada a los recuerdos de su hermana, pero ya entrada la noche dejo de llorar y tomo su móvil. Cogió la tarjeta que le había tendido el agente Smith y le llamo.

— ¿Si?– La voz adormilada del hombre la hizo sentirse un poco culpable de haberlo llamo a las tres de la madrugada.

— Quiero ayudar a buscar al asesino de mi hermana–. Su voz sonaba sorprendentemente dura.

— ¿Como?– El hombre estaba atónito.

— No pienso descansar hasta que ese hijo de puta que mato a mi hermana pague por ello.

— Pero señorita Lis...

— Mañana estaré en su despacho–. Le corto ella y colgo.

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⏰ Última actualización: Oct 10, 2016 ⏰

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