Capítulo 1

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El reloj color platino marcan las 8:01 de la noche, los coches continúan pasando rápidamente, y aquel joven no para de llorar, las personas le ven y le ignoran de inmediato. Cruzar por las aceras de Caracas y encontrarse a un vagabundo llorando en plena esquina, no es algo que suele suceder habitualmente. Aquellas lagrimas no cesan, y su cuerpo; cansado, no puede hacer mayor esfuerzo. El poste, continúa alumbrando y aquel semáforo se encuentra a media cuadra. El joven no para de llorar. Y en su mente una pregunta le atormenta: ¿Hay aun alguna solución?

***

El sol radiante no logra cruzar los cristales de aquel gran edificio, en donde se encuentra el señor Franco, sentado en su oficina y esperando su visita. Al frente hay dos escoltas, quienes aseguran la entrada a la misma. Tiene un gran escritorio, repleto de cosas de caras, y la oficina con muy buena decoración, e inclusive, una carpeta repleta de fotos, para la ocasión.

Al momento entra el joven Anthony, vestido como siempre con un traje elegante y unos lentes oscuros, nada distinto al uniforme de los escoltas.

-Señor Franco, vuestro invitado se encuentra en el despacho.

Una sonrisa descabellada se figura en el rostro del señor Franco.

-Tráigale hasta acá. Ahora mismo.

-Como ordene, señor.

Se retira con cautela al mismo tiempo en que los escoltas abren la puerta. Y con un pequeño murmullo el señor Franco dice:

-Llego tu hora, infeliz.


Mientras, en el despacho se encuentra el dichoso invitado, esperando, vestido con un grandioso smoking, y aquellos empleados que le rodean simplemente, le ignoran. Al momento en que ve al joven Anthony, este se levanta y le sigue.

-Así que una entrevista. -susurro Anthony.

-El éxito no hace al hombre, niño.

-¡Como voy a disfrutar esto!

***

Era un jueves, diciembre del 2000. Las calles oscuras al igual que el cielo, Cayros camina con algo de prisa, no como quisiera debido a que carga una caja súper pesada. Ve a los lados, no hay más que árboles, y bajo esos árboles un gran barranco de montaña. Él sabe que falta poco para llegar y en sus adentros como desearía tener un coche, o dinero para pagar un taxi. Y al mismo momento recuerda aquella frase: "Familia de miserables, miserables serán sus vidas". Afortunadamente le han criado valorando a la familia y no al dinero.

Esboza una sonrisa al saber que falta sólo cruzar la esquina próxima. Muere de ganas por ver la cara de alegría de su padre.

Una casa enorme, ubicada en la cima de la montaña, hay muchísimos árboles, plantas, y monte que les rodean, y aquella calle inexplicablemente tiene asfalto. Pero aquella sonrisa no duro mucho. De lejos y cada vez más cerca se escuchan fuertemente unas sirenas, las calles tiemblan un poco, y voltea para saber que sucede. Y ese instante fue el inicio de su peor primer recuerdo.

Las sirenas son vistas; son 2 grandes camiones de bomberos, cuales cruzan en frente de Cayros, y de inmediato al cruzar la esquina, ve una gran llama, un fuego que se expande y crece cada vez más. Un magnifico incendio.

Cayros deja caer aquella caja, sus pupilas; impactadas, le impiden reaccionar. Cayros quiere correr, pero para él se ha paralizado el mundo. Cuando inconscientemente ya va corriendo hasta su casa, observa todo desde otra perspectiva, aun no cree lo que está viendo, sólo desea que no le haya pasado nada a su padre, ni a su hermano, quienes le esperan con ansias.

-¡Padre! -grita con fuerzas y con lágrimas cayendo en su mirada. Ve que los bomberos comienzan a apagar el incendio, y algunos ya han entrado... del cual uno saco un cuerpo. Corre hasta él.

-¡Padre! ¡No, padre! ¡Por favor! ¡No! -se arrodilla de inmediato abrazando a su padre, quien se encuentra totalmente quemado y sin pulso alguno.

Los bomberos dan seña de no encontrar otro cuerpo, y salen corriendo porque aquella casa comienza a derrumbarse.

-¡Hermano! -grita mientras abraza a su padre en el suelo. Su hermano no apareció. Pero si las lágrimas que durante ese día, no pudieron secarse.

***

Dentro de la oficina, el señor Franco quien está sentado, aprieta fuertemente su puño, sus ojos comienzan a llenarse de ira, causa de aquel recuerdo que vuelve de inmediato al saber con quién va a hablar.

Las puertas se abren. Y ve nuevamente a su invitado.

-Ha llegado, señor Franco.

De inmediato se levanta de su escritorio, ordena a servir un poco de vino. Y aquellas puertas son cerradas.

-Por favor, siéntese, tenemos mucho de qué hablar.

Deja a un lado su maletín, toma asiento y sube su pierna a la otra, extiende sus brazos y le ve con mucha atención.

El señor Franco esboza una sonrisa descabellada, al ver la manera en que se ha sentado su invitado, dirige su mirada al escritorio, mientras que con su mano derecha da vuelta al vino que le han servido. Y luego se centra en él.

-Quizá sea la última vez que puedas sentarte así. -toma la copa y camina hasta el frente de su escritorio, se sienta en el dejando inclinar sus piernas, e intentando calmar la ira, para poder disfrutar lentamente.

-Oh, claro, disculpe, nunca pensé que fuera mal visto por usted. -responde asombrado. Y de inmediato se sienta como es debido.

-Realmente estoy sorprendido. No sé cómo.

-¿Podríamos comenzar con la entrevista? -dice el invitado.

-Creo que aún no te has presentado con mis colegas. -señala con la copa a sus escoltas y al joven Anthony, quien se encuentra sonriente.

-No he venido a perder el tiempo. -respondió.

-Sabes, aun no sé cómo pudiste tener tanto éxito. -vuelve a centrarse en él. En su mente sonríe, al ver el gesto de sus colegas ante tal respuesta.

-Soy muy bueno en los negocios.

-¿Seguro? -con el típico tono arrogante. Bebe un poco de aquella copa. Y continúa viéndole.

-¿A dónde va todo esto? -pregunta, disgustado con la entrevista.

El señor Franco arquea un tanto la ceja, fruñe los labios y sonríe.

-Dime algo, ¿disfrutas el ver morir a las personas?

Aquel entrevistado quedo impactado por segundos, pero luego reiteró.

-¿Podríamos volver a iniciar con la entrevista, señor?

-En serio, ¿aun crees que es una entrevista?

Anthony sonríe al ver tal escena, está muy asombrado por la calma que tiene el señor Franco. Y en su rostro vuelve aquella descabellada sonrisa.

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Quiero vuestras mas sinceras opiniones.

Esto recién esta comenzando...

*

¿Por que el señor Franco decide llamar a Thomas a una entrevista?

¿Que sucederá con Thomas en manos del señor Franco?

¿Su padre murio en el incendio?

¿Que paso con su hermano menor, donde estaba?

¿Tiene que ver la muerte con Thomas?

*

Esto y mucho mas en Cayros Franco... ¿Te atreves a leerla?

Cayros Franco -JesúsC. (Actualiza cada Viernes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora