Gire mi cabeza pero no había nadie, vamos Vicky sólo a sido tú imaginación, intentaba tranquilizarme y realmente no podía, ya que me situaba en frente de la casa de Nick, mis piernas temblaban cada vez que miraba hacía ese edificio, ¿qué por que seguía corriendo por esa parte? pues no lo sé, yo creo que por necesidad de ver algo suyo, realmente me estaba volviendo loca. Seguí andando hasta llegar a mi edificio, subí a zancadas las escaleras y abrí la puerta. Un esquisito holor a pasta invadio mis fosas nasales, como echaba de menos comer pasta. Me dirigí a la cocina y salude a mi madre con un beso.
''Cariño no entiendo porque corres tanto tiempo'' Yo sólo me encogí de hombros.
Saqué una botella de agua y tome un trago, mi padre apareció por la puerta sugetando los vasos, yo le ayudé y los deposite en la mesa del salón, nos sentamos y esperamos a que vinieran los demás. Eche un poco de tomate a mis queridos macarrones y los deposite en mi boca, mastique tranquilamente y tragué, así una tras otra.
'' Si que tienes hambre ¿no?'' Insinúo mi padre.
'' Normal si se pasa todo el día corriendo...'' Replicó mi madre.
Yo no era una chica de comer mucho, comia lo justo y necesario, pero hoy era distinto, mis tripas crugian furiosamente. Trague un poco de agua para bajar la comida y pasé al postre, una natilla de chocolate, las hacía mi madre, eran artesanas y estaban realmente deliciosas. Era uno de los mayores placeres de esta vida para mi. Nada más terminar miré el reloj que colgaba de la pared de la cocina.
21:30 pm
Dejé el plato en la encimera y me metí en la ducha, me desvestí rápidamente y entre, esto de no tener estufa en el baño era asqueroso, deje que el agua caliente cayera por mi cuerpo y se hiciera a mis curvas. Lavé mi pelo y lo deje reposar mientras disfrutaba de mi momento de gloria.
No más pensamientos.
[...]
Me coloqué el pijama que consistía en una sudadera de mi hermano y un pantalón de chandal viejo, me quite las lentillas y hice mi cartera, agarré el móvil y me zambuyi entre mis sabanas, me tape entera y me metí en mi perfil. Una mención de Raquel.
@ConRdeRamera:
No sabes lo mucho que te quiero @Vicky_253.
Era increíble lo que puedes querer a una persona que esta a tantos kilometros de tí. Y entonces vi un tweet de él.
@Nickmorales789_:
Te echo mucho de menos @Rociamador2345_
Mi corazón se cayo al suelo rompiendose más de lo que estaba, Vicky el ya no se acuerda de ti. Nunca le importaste, pero... ¿Donde quedaron esos: Ey canija te echo de menos? Me encantaban sus apodos, él me hacía estar entre nubes, me hacía estar en el cielo sin darme de la cruel realidad, por eso cuando caes al frio suelo te das cuenta de que nada es verdad, de que el sólo a jugado contigo, y que le importas una mierda. Odiaba recordar esos momentos, cuando me abrazaba y dejaba pequeños besos en mi pelo, sentía que... Le importaba.
Pero no, nunca le importe, nunca le importado y nunca le importaré. Se que muchos me dicen, vamos tienes que seguir adelante, ya encontraras a alguien que te haga felíz... pero ¿y si no lo hago? Y si me quedo sola, odio la soledad. Muchos me han dicho: '' Olvidalo, mejor sola que mal acompañada''. Pero es que él no me hacía mala compañía todo lo contrario hacía que el sol saliera cuando había tormenta, que cesaran esos gritos en mi cabeza. Que mi humor fuese realmente cálido, que no fuese tan mala con la gente, que pareciera que tuviera corazón. Él me salvo de caer en una oscura soledad, de querer y poder, de no quedarme sola.
@Vicky_253:
Normal que la prefieras a ella, yo también lo haría.
Odiaba tener un nudo en la garganta imposible de tragar, agarré un cojin y lo estampe en mi cabeza seguido de gritos y algunas lágrimas. ¿Desde cuando yo lloraba por alguien? Me había vuelto alguien humilde y una persona destrozada, el había echo salir de mi pecho miles de sentimientos nunca vividos. Había revivido palabras que pensaba que nunca más saldrían por mis labios, había perdonado y olvidado, pero... Ya no más.
Aparte las lágrimas que cruzaban mis mejillas de norte a sur y termine con un:
@Vicky_253:
Podría amarte, pero prefiero odiarte.
Segundos depués apagué el móvil, no más sufrir por él. O por lo menos por hoy.