Prologo.

101 1 3
                                    

Desde que la mansión Evolett se construyo por ordenes de Jonathan Evolett a finales del siglo XIX, Jonathan nunca pensó que tal construcción dejaría tal legado muchos años después desde sus inicios; durante el tiempo que el vivió en la mansión con su familia, ningún tipo de irregularidad había ocurrido, al estar algo alejados de la población mas cercana, todo era tranquilidad en la mansión, el tiempo paso y Jonathan y su esposa Claire, tuvieron 4 hijos y le agregaron nuevas habitaciones a la mansión, pero en el verano de 1903, después de que Jonathan no se presentara a trabajar durante una semana, la casa fue registrada al no verse algún signo de actividad dentro, lo que hallaron, se convirtió en noticia de primera plana en la gran ciudad, los cuerpos de los hijos Evolett fueron encontrados, masacrados en su totalidad, y el cuerpo de Claire Evolett fue encontrado colgando en la biblioteca de la casa, sin mas no hubo rastro alguno de Jonathan Evolett, como si se hubiera esfumado de la faz de la tierra, ninguna investigación dio resultado alguno o explicación lógica de lo que había ocurrido en la mansión ese verano, la casa paso a manos de Roman Evolett, el hermano de Jonathan, al no aparecer su hermano y con el tiempo pasando, comenzaron a salir muchos rumores sobre la mansión y la familia Evolett, provocando vergüenza en la familia y sus lazos con Jonathan, se decidieron por vender la casa, pero nadie ni siquiera se le acercaba, todos decían que había algo diabólico viviendo en ese lugar.

Pero en Otoño de 1933, la mansión fue vendida a Keith Robinson, un gran inversionista que había sobrevivido al crack del 29, y su esposa Selma Robinson, que se dedicaba a actuar en grandes películas de taquilla de Hollywood, mientras trataban de remodelar la casa, le agregaron un hermoso jardín trasero con una alberca incluida, la pareja adoraba tener fiestas y cenas lujosas en compañía de sus amigos, y exactamente en una de estas grandiosas fiestas fue cuando después de una llamada de emergencia, las autoridades se encontraron con una escenario similar al que habían presenciado en 1903, dentro había cuerpos esparcidos por todos lados, algunos mas mutilados que otros, el Sr. Robinson no se le hallo por ningún lado y Selma fue la única sobreviviente que en estado catatónico se declaro culpable de todos los asesinatos, el arma homicida nunca fue encontrada, al igual que el Sr. Robinson, del cual la Sra.Robinson nunca supo dar razón de donde se encontraba; al hacérsele varias pruebas psicológicas la pobre Sra.Robinson fue recluida en un instituto mental, del cual nunca salio, hasta el día de su muerte siguió asumiendo la culpa del crimen, desde ese momento la casa paso a un propietario anónimo quien nunca hizo caso de la casa y esta se fue deteriorando con el paso del tiempo y del vandalismo, muchos durante esa época apodaban ala mansión “La Mansión del Infierno”.

Fue hasta 1973 que la mansión paso a un extraño dueño, Jesse Hartmen, hombre soltero de ciudad, lo cual puso a todo mundo a especular, al cabo de varios meses, rumores sobre Jesse utilizando la mansión para rituales de ocultismo fueron creciendo y haciéndose mas creíbles ya que a Jesse no se le solía ver con casualidad fuera de la mansión, durante ese Otoño varios asesinatos fueron cometidos en la ciudad, todas las victimas sin ninguna relación aparente, fue en la investigación en la cual se logro identificar huellas que coincidían con las de Jesse Hartman, cuando la policía llego a la mansión, el grupo ocultista liderado por Jesse estaba en proceso de un ritual en el cual utilizaban a una joven mujer como sacrificio, al verse interrumpido Jesse se dio ala fuga desapareciendo en plena persecución dentro de la mansión, que se encontraba rodeada por cuerpos policíacos por todos lados, nadie encontró explicación y el caso fue cerrado dejando la propiedad de la mansión al gobierno.

En los años siguientes y hasta el 1985, muchas investigaciones fueron hechas en la casa, mas que nada para explicar las misteriosas desapariciones desde 1903, expertos en arquitectura y analistas trabajaron dentro de la casa para hallar una solución a sus grandes dudas, no dio ningún resultado, y la casa fue puesta a subasta en el 1993, y terminando siendo comprada por Arnold Evolett, y a si la mansión volvió a sus respectivos dueños por derecho, los Evolett, ahora una poderosa familia de origen neoyorquino con buen estatus social y económico, pero ante la sorpresa de todos Arnold, solo decidió restaurar la casa, no vivir en ella, dejándola intacta y regresándola a su buen estado, contrato a un cuidador que habitaba en el pueblo cercano ala mansión para que se hiciera cargo de ella y la cuidara de vandalismo, mientras la gente solo espera por otro atroz acontecimiento que suceda y deje mas sangre en el legado de la misteriosa mansión.

Y aquí es donde nuestra historia apenas comienza…

The Evolett MurdersWhere stories live. Discover now