Sinceramente llegas a un momento en donde ya no te importa los rumores, las miradas, las risas y todo lo que se supone que te tiene que doler.
Llegas a un punto en donde simplemente los miras y les dices con una gran sonrisa GRACIAS. ¿Por qué gracias? Porque ese tipo de personas sin saberlo te hacen más fuerte en cambio ellos siguen siendo vulnerables por dentro.