Una dulce plática

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Al entrar al bar, me percaté que el piso estaba lleno de aserrín y que olía entre a madera, a viejo y a encierro.
Habían algunos hombres en la barra y otros en las mesas, dos meseras iban de mesa a mesa con una jarra de cerveza. El uniforme de las meseras era algo bonito, era un corsé de color café, una falda rojo oscuro que les llegaba hasta los tobillos y unas zapatillas negras de tacón.
Busqué a Garret con la mirada por todo el bar, lo encontré en una esquina tomando una cerveza, me acerco a él y digo:

K: Hola guapo ¿por qué tan solo?-y le guiño un ojo antes de sentarme-
G: Es que estoy esperando a una amiga, pero por lo que veo, no le interesa que nos veamos porque lleva 10 minutos de retardo.
K: Ay, no te pongas de payaso. -suelto un soplido de cansancio-
G: Como sea, ¿que es lo que querías venderme?
K: Ve con calma, guapo. No hay tanta prisa para que te pongas así. -me lamo el labio inferior y le guiño el ojo-
G: Conmigo no funcionan tus trucos de ramera. -Le da un trago a su cerveza-
K: ¿Por que estás tan enojado? ¿Acaso es por lo de la señora Giordanna? Ya sabes que no era personal. -le sonrío-
G: Bien sabías que llevaba semanas preparando ese robo, en cambio tú solo llegas, te ligas a un guardia, entras a la casa y te llevas todo.
K: Que no se te olvide que también tuve que desactivar varios sistemas de seguridad, pasar por ductos de ventilación y hacer varias piruetas para llegar a una caja fuerte, forzarla y robar un chip. -Digo en tono cansado-
G: Lo peor es que yo estuve investigando y un día solo lees todo lo que investigué, tu robas el chip y te quedas con todo el dinero.
K: ¿Esperabas que te diera las gracias? -Lo veo de reojo y me empiezo a ver las uñas-
G: Aún recuerdo cuando recién empezabas a robar, te emocionaba mucho y cuando te salía bien, me dabas las gracias o una parte de lo que ganabas.
K: Esa pequeña niña ya no existe, lástima - sacó el collar de mi chamarra de cuero y se lo enseño a Garret- Esto es lo que venía a venderte.
G: Vaya vaya, veamos lo que tenemos aquí. -agarra el collar y se pone a verlo de cerca, lo muerde y lo talla con las manos- ¿Que porquería vienes a venderme? ¿Era esto por lo que gasté mi tiempo? $500 es lo más que te daré.
K: Ambos sabemos que es un collar de oro, y que el colgante que tiene es de plata. En lo mínimo que te lo daré será en $1400.

El siempre trata de hacerme creer que lo que le vendo es de mala calidad o que es barato, así el paga menos y lo vende más caro.
No sé quién crea que soy, pero si aprendí a diferenciar es por un amigo de él que se llama Byrne, el se encargaba de robar y vender joyas.
El fue quien me enseñó a diferenciar las gemas, y los materiales de los que estaban hechos los collares, anillos, etc.

G: En estos momentos son en los que me arrepiento de haberte presentado a Byrne...
K: Que pena. -hago una mueca de tristeza- Ahora paga.

Me da el dinero y lo meto en mi chamarra de nuevo, me levanto del asiento dispuesta para irme y me doy cuenta qué hay un chico en la barra que se me queda viendo.
Es algo guapo, tiene piel morena, el cabello lo trae corto y de un tono entre castaño y negro, sus ojos son cafés y es algo pequeño, es como de mi estatura. Me sonríe y yo le regreso la sonrisa.
Garret se da cuenta y me empieza a hacer burla:

G: Así que vas de nuevo a zorrear, espero que este tenga dinero o algún objeto de valor.
K: Por lo que veo, trae un collar de cuero con una amatista. Te lo traigo enseguida, así que no te gastes tu dinero en tragos.

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⏰ Última actualización: Jul 27, 2018 ⏰

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