Lengua de gato ~ [Wigetta] Minific

Contagio ~

Bienvenidas de nuevo a este juego que a user le gusta llamar: Comento un <3 cuando creo que willy ya valio verga, esta vez un invitado especial se nos une al juego ~

POV'S Samuel~

Guillermo tiene unos ojos pequeños y oscuros, brillantes y llenos de vida y felicidad; un negro frio y casi tan profundo y vacío como mi alma en el momento en que logré atraparlo de nuevo en mis garras, solo hizo falta un tirón de mi mano para sacarle del escondite que él creía perfecto. Al igual que un pequeño ratón escurridizo que se había metido entre la chatarra, un hueco pequeño en el que apenas y pudo caber mi brazo para traerlo de vuelta a mis pies.

Estaba aterrorizado, sobre sus ojos negros ya no podía verse aquel brillo y sobre sus labios ya no estaba dibujada esa sonrisa amable y cálida con la que vi que recibía a todos los clientes de aquella tienda de alimañas; sé porque esta asustado, estoy consciente de todas las pequeñas razones por las cuales se había escondido en un lugar como este, arriesgando su propia vida solo para mantenerse alejado de mi, y es que la locura dentro de mi cerebro no puede ser detenida ni siquiera por el dolor en la mirada de este niño.

− Yo gané, ahora quiero mi premio - dije, luego de que su cuerpo golpease contra el suelo y sus pequeños huesos hicieran ese traqueteo cuando intentase volver a moverse para huir de mi. Pero no iba a permitirlo, no dejaría que se fuera otra vez, me gusta y quiero que sepa cuanto estoy dispuesto a hacer para que me acepte junto con este lado "entusiasta" que tengo. No me importa cuanto me tome o lo que tenga que hacer para que se dé cuenta de mis sentimientos, mis ganas de tenerlo conmigo, en mis brazos bajo mi cuerpo... lo necesito, lo quiero ahora mismo.

− ¡No! - quiso levantarse de nuevo, arrastrando su cuerpo entre la tierra húmeda luego de que la lluvia comenzara a caer, sin embargo, volví a impedir que se moviera colocando mi pie sobre su espalda. Empujando lo suficientemente fuerte como para hacerle volver al suelo escuchando un jadeo sofocado luego de que mi bota impactara contra sus entrañas; si soy verdaderamente honesto ahora mismo me estoy conteniendo mucho, debería parar y darle la mano, disculparme y decirle que todo va a estar bien para llevarle a su hogar y no volver a molestarle jamás... eso es lo que haría un buen hombre.

Pero nosotros sabemos que yo no soy bueno... y que tampoco soy un hombre, ya no.

− ¡No te muevas! - no pude evitar gritar, el sonido de la lluvia golpeando contra el metal lograba hacer un ruido que poco a poco estaba colmando mi paciencia, y el hecho de que mi compañero estuviera deseoso de dejarme tampoco me ayudaban a conservar la calma. Si, ahora mismo estoy tranquilo... puede que no lo parezca chicos, pero soy un tipo algo temperamental y que defiende su propiedad, en este caso el pequeño Guillermo estaba tentando a su suerte desde el momento en que se me apareció aquella noche. Y todos sabemos que la paciencia tiene un limite, incluso un monstruo como yo puede llegar a "salirse de control" y nosotros no queremos ver eso ¿Cierto?...

Es broma, a todos nos gusta soltarnos cada que podemos ¿no?

Muy dentro de nosotros a veces deseamos hacer cosas malas; el tipo de cosas que te harían ver mal ante la gente, desobedecer esas reglas que te vuelven un miembro sereno y productivo de la sociedad, romper tantos huesos como para ser calificado como un maldito monstruo sin sentido de la piedad, ¡Terminar con todos y cada uno de los que se aparecen en nuestro camino solo para reclamar lo que nos pertenece...! Pero eso es solo un pensamiento y no debe salir a la luz de nuestras mentes a menos que quieran que los tachen de locos, así como yo. Es solo un sueño, un secreto, nuestro pequeño secretito del cual vamos a aprovecharnos solo un poco.

- ¡Detente... por favor! - el sonido de su jadeante y débil voz volvió a traerme a la realidad. Olvidé por completo que lo tenia debajo de mi fuerza, por lo que apenas y pude moverme lo tomé de nuevo por las ropas, al igual que un pequeño costal que atraje hasta mi, el costal más adorable.