Capítulo 2: Kirche la Ardiente

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La misma noche en que Saito hablo dormido avergonzando a Louise, bruscamente ella tiró el montón de paja al pasillo.

—¿¡Qué estás haciendo!?

—Sería una molestia si te metes de nuevo en mi cama, ¿verdad?

Parecía que todavía estaba molesta de lo que pasó antes en clase.

—¡Pero hace mucho frío afuera!

—Bueno, sin duda vendré a calentarte en tus sueños. —dijo Louise, arqueando las cejas bien formadas. Ella es una chica amarga, decidida a que Saito duerma en el pasillo no importa lo que pase.

Saito tomó su cobija, y salió al pasillo. En el momento en que él salió de la habitación, la puerta fue cerrada con un fuerte chasquido. El viento entro por la ventana abierta, haciendo temblar a Saito.

Murmurando por el frío, Saito se envolvió con la cobija y se acostó en la paja. El frío del suelo de piedra se filtraba en su cuerpo. No hay calentadores tampoco. Me estoy congelando. ¡Me hace sufrir así sólo por un sueño! Saito pateó la puerta de Louise. Por supuesto, no hubo respuesta.

Saito comenzó a tramar su venganza. Cortar el elástico de sus bragas ya no es suficiente. Mientras temblaba preguntándose cómo iba a conseguir su venganza contra esa niña, la puerta del cuarto de Kirche se abrió.

La salamandra, Flame, se arrastró fuera, con su cola encendida emitiendo un tibio brillo. Los dos se miraron. La salamandra se acercó a Saito, quien inconscientemente empezó a alejarse.

—¿¡Q-qué estás haciendo!?

—Kyuru kyuru. —gruñó satisfactoriamente. Parecía inofensiva, hasta que clavo su mandíbula en la manta de Saito, sacudiendo su cabeza como si estuviera pidiéndole que le siguiera.

—¡Hey, suéltame! ¡Vas a quemar mi manta! —le dijo Saito a Flame que seguía insistiendo y tiraba con más fuerza.

La habitación de Kirche permanecía abierta. ¿Está tratando de arrastrarme allí? De hecho lo hizo. No creo que Flame me lleve por el gusto de hacerlo. ¿Qué querrá Kirche de mí? Tuvo una lluvia de ideas sobre las razones. Tal vez ella sólo quiere darme lecciones sobre como pelear contra Louise. Como si estuviera en trance, Saito entró en la habitación de Kirche.

~ 89 ~

El cuarto estaba totalmente oscuro, a excepción del brillo suave de Flame. La voz de Kirche desde la oscuridad dijo: "Cierra la puerta", y Saito obedeció.

—Bienvenido a mi habitación.

—Está bastante oscuro aquí.

Oyó a Kirche chasquear los dedos. A partir de la más cercana a él, las lámparas se fueron encendiendo una a una hacia Kirche como luces flotando por encima de la calle.

Bañada con ese resplandor suave, Kirche se sentó en su cama, con una mirada de preocupación en su rostro. Llevaba ropa interior atractiva, o mejor dicho, sólo ropa interior normal. Una cosa era segura: soportados sólo por su sexy sujetador, sus pechos eran del tamaño de melones.

—No te quedes ahí parado. Ven conmigo. —Kirche arrullaba con esa voz cautivadora.

Saito temblorosamente camino hacia la sonriente Kirche, como si estuviera en un sueño.

—Siéntate.

Saito se sentó a su lado. Su mente se llenó con el cuerpo casi desnudo de Kirche.

—¿¡Q-qué pasa!? —Preguntó Saito nerviosamente. Kirche simplemente lo miró fijamente mientras lentamente agitaba su pelo rojo de fuego. Bajo la tenue luz de la lámpara, la piel bronceada de Kirche se veía salvajemente erótica, como si tratara de capturar a Saito para cumplir sus órdenes.

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⏰ Última actualización: Sep 21, 2016 ⏰

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