Capítulo 3: Leyenda

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El Señor Colbert era un profesor el cual le había dedicado veinte años de su vida a la Academia de Magia de Tristain, y era ahora una figura de apoyo principal.

Su apodo era "Colbert La Serpiente de Fuego" y como este lo indica era un mago especializado en la magia de fuego. Desde la Ceremonia de Invocación de Familiar de hace pocos días, él se encontraba preocupado por el chico plebeyo que Louise había invocado o más precisamente, no se encontraba preocupado por él, sino de las runas que habían aparecido en la mano izquierda de ese chico las cuales eran realmente extrañas. Por ello, durante las últimas noches, se había mantenido confinado en la biblioteca investigando en algunos textos.

La biblioteca de la Academia de Magia se encontraba ubicada en la misma torre donde estaba ubicado el comedor. Las estanterías eran increíblemente inmensas de alrededor de unos treinta mails de altura y de esa manera como se encontraban alineados contra la pared era un espectáculo para la vista, con toda razón debido a que este lugar se encontraba repleto de historias sobre todo aquello que proseguía a la creación del nuevo mundo de Halkeginia por el Fundador Brimir.

Colbert se encontraba ahora mismo en una sección llamada "La Biblioteca de Fenrir" a la cual solo los profesores tenían acceso.

Las estanterías comunes a las cuales los estudiantes tenían acceso libre, no contuvo una respuesta que pudiese satisfacerlo.

Él había levitado hasta un estante que se encontraba fuera de su alcance y observo detenidamente un libro en particular. Sus esfuerzos fueron recompensados cuando su mirada cayó sobre el título del libro, era un texto muy antiguo que poseía las descripciones de los familiares que habían sido utilizados por el Fundador Brimir.

Su atención se centró en un párrafo en particular de este libro y mientras lo leía con fascinación sus ojos se abrieron como un par de platos. Comparó el libro con el dibujo que había hecho de las runas en la mano izquierda del chico.

—¡Ah! —grito sorprendido y en ese momento perdió la concentración necesaria para mantener su hechizo de Levitación y por poco cae en el piso.

Sosteniendo el libro en sus manos, rápidamente descendió hacia el piso y corrió fuera de la biblioteca, cuyo siguiente destino era la Oficina del Director.

La Oficina del Director estaba ubicada en el piso más alto de la torre, Él director Osmond, actual director de la Academia de Magia, se encontraba sentado con los codos

apoyados sobre la mesa la cual se encontraba elegantemente construida con sequoia, luciendo insoportablemente aburrido mientras sacudía su cabellera y su barba blancas.

Distraídamente mientras estaba arrancándose los pelos de la nariz, murmuró suavemente "Umm" y abrió un cajón del escritorio, del interior de este saco una pipa para fumar. La señorita Longueville, su secretaria quien había mantenido escribiendo algo en su escritorio ubicado del otro lado de la habitación agito su pluma. La pipa floto a través del aire y aterrizo en la palma de la mano de la señorita Longueville, el director Osmond murmuró un poco desanimado:

—¿Es divertido quitarle sus pequeños placeres a un anciano, señorita? Mmm...

—Cuidar de su salud es también parte de mi trabajo, Viejo Osmond.

El director Osmond se levantó de su silla caminando hacia la fría y serena señorita Longueville, deteniéndose detrás del asiento de la señorita, cerró sus ojos con expresión grave.

—Si los días se mantienen pasando de esta forma tan pacifica, hallar la manera de romper la rutina se convertirá en un gran problema.

Las arrugas grabadas profundamente en el rostro de Osmond sólo eran pistas de la historia de su vida. La gente pensaba que él tenía cien años de edad e incluso unos trescientos, pero su verdadera edad nadie la sabia, realmente era hasta posible que ni él mismo tampoco la recordara.

La Familiar de ZeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora