10 - "Tal vez amar es otra cosa."

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"...y comprender qué tal vez amar es otra cosa."

CHIARA
Abro los ojos muy, pero muy lentamente como si fuese una vida qué no dormía.
Definitivamente tengo una mala relación con el alcohol.
El alcohol! De repente me acuerdo lo qué hice la noche pasada. No sé cuántas veces me maldigo mientras me asiento, causándome mareo inmediato tanto qué tengo qué mantenerme a la cabecera de la cama. Mi primer pensamiento va en Paulo y en el beso qué me dio poco antes de llevarme en casa. Una sensación de miedo se apodera de mí cuando pienso a lo qué podría haber pasado con él sin ser realmente consciente. Tiro la sábana en el piso dándome cuenta - con mi gran alivio - de tener todavía mi vestido y de no haber hecho la peor estupidez de toda mi vida.
De repente mi cabeza va en cuando Jorge me prestó su camisa y me dejó dormir sobre el sofá mientras él se durmió en la alfombra para no dejarme ni un solo segundo... Y una leve sonrisa se me dibuja en los labios.
Mi celular empieza a sonar y por un momento pienso qué a llamarme sea él, así qué todavía un poco aturdida deslizo con gran velocidad mi iPhone.

Anita : Chiari quieres venir conmigo a dar un paseo? Me gustaría ir en Palermo ❤️

La sonrisa me desaparece en un instante de mis labios. Me siento una traidora solo por haber pensado qué el menaje pudiera llegar del mismo chico qué gusta a mi amiga.
Le contesto mientras siento un gran peso en mi corazón... Y no conozco el motivo.

Chiari 🎶 : Claro... Vamos al jardín japonés?
Anita : Perfecto, me encanta!

No tengo mucha gana de ir porqué me siento todavía dormida y aturdida. O al menos creo qué sea solo eso.

-

Con dos licuados en las manos y gafas de sol porqué hoy casi no parece invierno, Anita y yo nos sentamos en un banco bajo a un árbol de sakura.
"De qué si no?" Pregunto tomando un sorbo de mi licuado. "Estoy enamorada de ese árbol. Y cuando salen las flores en abril... Pues es increíble" digo mirando estática los ramos ya secados.
Anita me mira con una sonrisa socarrona. "En serio amas solo el árbol de sakura? No hay un cierto Pablito contigo?"

Katja habla demasiado.

"A parte qué se llama Paulo y no Pablo" rodeo los ojos aún tengo un tono divertido "no estoy enamorada de él"
"Enserio? Pensaba qué si" suelta un pequeño suspiro como si fuese realmente desilusionada.
Sonrío enternecida, a veces Anita me parece una niña inocente. "Pensabas mal" digo subiendo las cejas "pues no todos encontramos el príncipe azul a una fiesta de cumpleaños" ahora soy yo qué la miro con una sonrisita picada.
Anita deviene de repente más roja qué un pimiento y sus ojos miran hacia abajo. "Chiari..."
Asiento ligeramente para qué continúe a hablar pero ella me pone una mano sobre mi hombro y me mira bastante avergonzada. "Crees qué Jorge me podrá nunca ver de otra manera y no sólo como amiga?" Pregunta toda una vez como si fuese un peso del cuál quería liberarse.
"No sé Ann, porqué me lo preguntas?.. Yo..." Tartamudeo pasando los dedos entre las mangas de mi suéter. La verdad es qué esta situación está bastante incómoda pero no tendría qué haber ningún motivo para serla.
"Tú no podrías hacerle una pregunta para ver si... Ay... Es tan difícil" Anita toma un sorbo de su licuado para tratar de disimular lo ansiosa qué está. Sus mejillas siguen siendo rojas y las manos le tiemblan un poquito, lo puedo notar mientras estrecha el vaso de licuado a la cereza. Algo dentro de mí me dice qué tendría qué ayudarla en lo qué necesita, además qué una pregunta a Jorge no sería nada de demasiado difícil o desafiante.
"Trataré de preguntar" digo subiendo los hombros, sin hacer ninguna promesa porqué ya sé qué será algo qué me avergonzará definitivamente. Anita mira hacia arriba y por ende una pequeña sonrisa se dibuja en sus labios. "Le dirás qué algo puede cambiar y qué muchas veces las personas qué te están más cerca son las qué te aman de verdad y..."
"Ok" la paro poniendo mis manos sobre sus hombros. "Esto es demasiado cursi"
Anita mira otra vez abajo desconfiada. Me siento una bruja cada vez qué le digo lo qué pienso olvidando qué con ella mi ser instintiva se queda muy mal. Trato de reparar, sintiéndome un poquito en culpa. "Ann, hablaré con Jorge pero el texto lo decido yo, mh?" Le sonrío divertida.
Ella asiente soltando una pequeña risa. "Olvido siempre la sincera qué eres" me dice. "Aunque sigo pensando qué sobre el tema de ese muchacho... Pedro, no eres franca"
"Paulo" repito riendo "y sí que soy franca, no pasó nada con él porqué tendría qué mentirte?"
Anita achica los ojos como si estuviese pensando si hablar o no. Subo las cejas para qué me diga todo, no puedo aguantar esta aire de misterio. "Tal vez porqué propio Jorge ayer te vi con él... Me dijo qué el chico te estaba llevando en casa, nada más. Por eso en seguida he pensado qué pasó algo entre vosotros"
"No, no pasó nada, nada ok?" Digo una vez molesta. Me paso una mano entre mis cabellos cuando me doy cuenta de cómo he reaccionado mal. "Perdón es qué... Como me vio Jorge si era tardisimo? Ni siquiera yo me acuerdo qué hora fuese..."
Anita me mira extrañada y puedo entender el porqué. Reaccioné de una manera exagerada, y tampoco yo sé la razón. Solo sé qué no quería qué justo Jorge me viese ebria a aquella hora de la noche con Paulo qué me estrechaba y me besaba... Me estremezco al pensar qué puede haber visto todo y yo qué como una tonta no podía estar lúcida. Pues siento la mano de Anita qué se pone sobre mi brazo. "Estas tranquila amiga no tienes qué explicarme nada si no quieres. Jorge estaba afuera con Mike y lo vi un poco extrañado por esto le he preguntado... Y solo esto es lo qué me ha contestado. Pero sabes cómo son los chicos, cuentan las cosas sin ni siquiera saber bien lo qué pasa"
Asiento ligeramente un poco avergonzada. Parece qué lo qué pasa a Anita inmediatamente después tiene qué pasar a mí también, porqué ahora soy yo la qué tiene las mejillas acaloradas aunque el licuado está fresco.
"Mejor si vámonos, hay un gran calor acá" digo con velocidad y agradezco el cielo por el hecho qué mi amiga no se da cuenta qué el calor acá viene de mi cabeza y de mis pensamientos qué no paran de sucederse. "Hay una zapatería hermosa justo detrás del parque qué está abierta también el domingo" digo tratando de ser convincente, aunque me siento poco adapta a disimular.
"Ay, vamos Chiari!" Exclama ella feliz, y yo trato de hacerme contagiar de su entusiasmo para no pensar en Jorge y en el hecho qué me vio en uno de mis peores momentos... Y que esto me da mucha vergüenza. No quería que él me viera así.

Jiara - Un destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora