Afirmar que el hombre sufre no significa desconocer los problemas del sexo femenino. Las mujeres se han preocupado por su emancipación desde hace tiempo, y han expresado su sentir por todos los medios disponibles a su alcance: un ejemplo a seguir por los hombres. Además, no creo que la liberación masculina deba establecerse sobre la base de la incriminación, la condena y la subestimación por el sexo opuesto, tal como lo hicieran los pensadores de finales de siglo, como Schopenhauer, Nietszche y Freud; ni tampoco a partir de una autodestructiva culpa milenaria por todos los desastres de la raza humana, como lo han querido sugerir algunos varones arrepentidos de su propio género. Asumir la responsabilidad absoluta del deterioro del planeta y la humanidad es una expiación innecesaria, además de injusta.
Si consideramos las aparentes prebendas con las que cuenta el sexo masculino, algunas mujeres de asombran de que ciertos varones modernos insatisfacción con el papel que nos toca desempeñar: "¿Liberarse de qué?, "¿Más liberación?","¿No les parece que nos han hecho ya bastante daño apropiándose de todo cuanto hay?". Basta hacer referencia a la insatisfacción masculina, para que algunas voces femeninas alcen: "¿Y acaso nosotras no sufrimiento? ". Nadie lo niega.
Una mujer que conocí no hace mucho era incapaz de sostener una conversación con un hombre sin esgrimir alguna consigna antimasculina. Cuando pude expresarle mis opiniones frente a los problemas de la vida diaria que debemos enfrentar los varones, me responsabilizó de las paupérrimas condiciones laborales a las cuales eran sometidas las mujeres durante la revolución industrial. Cuando le repliqué que yo todavía no había nacido en aquella época, se levantó furiosa y se fue, sin antes increparme por la explotación que el señor feudal ejercía sobre las " siervas" de la gleba (obviamente, no sobre los discos).
Si bien este caso podría considerarse a simple vista como una caricatura del feminismo (causa que respeto y apoyo), no es ficción y suele ser más bien la manifestación del llamado "hembrismo" o si se requiere una distorsión de lo que representan los movimientos de liberación femenina; diría yo, una generalización cognitiva que a la postre se convierte en un sexismo reverso, es decir, un estereotipo sobre la masculinidad R ad n tóxico para las relaciones hombre-mujer como lo es el machismo.
¿Por qué se subestima el sufrimiento masculino?