ONE-SHOT ITASASU

El Conde Uchiha.

Diario de Sasuke Uchiha.
Salí de Munich el primero de mayo, y algunas horas más tarde ya estaba en Budapest, lugar maravilloso ante mis ojos.
Me pondría en marcha muy pronto, para en poco tiempo llegar a Klausenburg, al anochecer.
En Londres, antes de salir, había estudiado muchas cosas sobre Transilvania, y eso me sirvió de mucha utilidad.
Soy un abogado inglés, y el Conde Uchiha me ha llamado para un trabajo, no sé nada sobre él, solamente me indicó en una carta que fuera hacia Bistrita, un lugar que al parecer ningún habitante de estos lugares conoce, es como si no existiera.
El Conde Uchiha me había indicado que fuese al hotel 'Coroana De Aur'. Me esperaban, porque al acercarme a la puerta, salió un hombre a recibirme.

- ¿Es usted el Sasuke inglés?.

- Si. - Dije - Soy Sasuke Uchiha.

Sonrió y le avisó a una mujer que se fue, pero regresó con una carta en sus manos, y me la entregó.
Ésta decía así:

'Amigo mío. Bienvenido a Cárpatos. Lo espero con impaciencia.
Le quiero decir que; Mañana a las tres saldrá la diligencia para Bucovina, en ella esperará mi carruaje que lo traerá hasta mí. Su amigo, Uchiha.'

Miré hacia el hombre, quien me veía asustado, le pedí más detalles sobre la carta, pero fingió no entender mi alemán. No podía ser, ya que antes me había comprendido sin problemas. Cuando le pregunté si conocía al Conde, y si podía mencionarme algo de su Castillo, el hombre se persignó, y negó a agregar una palabra más. Me resultó sumamente misterioso.
Subí a la habitación, y tan pronto entré, el hombre llegó y entró.

- ¿Usted tiene que ir allí realmente? ¿De verdad tiene que ir joven Sasu?

Parecía que olvidó el poco alemán que sabía, y lo unía con un idioma desconocido. No dije nada, y me giré a acomodar mis cosas para mañana temprano, ya que saldría justo a las 12:00 am.

- ¿Sabe usted que día es hoy?

El hombre preguntó preocupado, le contesté que era cuatro de mayo. El negó con la cabeza y dijo otra vez:

- ¡Es la víspera de San Jorge! ¡Esta noche al dar las doce, todos los seres malignos serán visibles! ¡Y usted va hacia allá!.

Se arrodilló y suplicó que no partiera. Aunque la escena me pareció ridícula no me sentía tranquilo. Pero tengo un asunto que resolver con el Conde, y no lo arruinaría, por unas simples palabras asustadas de un viejo.
El hombre, se levantó y me dio un crucifijo que me puso alrededor del cuello, se persignó, y salió de la habitación.
Justo a las 12:00 de la mañana, el carruaje que me llevaría hasta el otro punto de encuentro con el otro carruaje, llegó y el cochero me miró asustado. Subí al carruaje junto a mis maletas, el hombre hizo restallar su látigo y partimos. Delante de nosotros partía un enorme bosque, con fuertes árboles, y la oscuridad penetrante.
El camino fue silencioso, y a lo lejos, vimos otro carruaje que venía hacia nosotros.

- No deberían caminar por aquí.

El hombre que conducía el otro carruaje, paró junto a nosotros, no pude ver su rostro, porque lo ocultaba con un sombrero negro y una capucha, sus caballos comenzaron a relinchar y me mostraron sus colores negros.

- Esta noche ha llegado pronto, amigo.

Le dijo el cochero de al lado, mi conductor tartamudo le contestó:

- El inglés tenía prisa.

El cochero recién llegado me miró y oyó con una sonrisa radiante. Extendió su mano hacia a mi, entonces entendí que el me llevaría hasta el Castillo.
Bajé de la caja y pasé mis pertenencias al otro carruaje, aunque con mucho miedo, me despedí cordialmente del que me trajo aquí y enseguida se retiró velozmente de allí.