Capitulo 11: Lucy y Javier

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-Anna, necesito hablar contigo- Dijo la señora Laurano

-Si, ¿Qué pasa?- Pregunto Anna que estaba ayudando a Pamela mientras terminaba su turno, había llegado temprano-

-Vamos a contratar a un nuevo empleado, la cafeteria cada vez tiene mas clientela y no quiero que se encarguen solas-

-¿Y ya encontraron a alguien?- Pregunto Pamela que se había aproximado a escuchar- ¿O van a poner un anuncio?-

-Ya encontramos a alguien- Dijo muy emocionada- Tendra el turno después de Anna, asi que arreglen como van a hacer- Luego volvió a entrar a la cocina-

-¿Y? ¿Cómo vamos a hacer?- Pregunta Pamela

-Hasta ahora yo trabajaba de 14:00-19:00 y vos de 9:00-14:00. Ahora vos empeza de 09:00 a 13:00, yo de 13:00 a 16:00 y la otra chica de 16:00 a 19:00. ¿Te molesta tener el turno mas largo?-

-Na, a la mañana casi no hay nadie. A tu hora empieza a caer toda la gente junta.- Dijo con una mueca de disgusto-

Luego de organizarse Pamela termino su turno y Anna siguió con el suyo. Ya pronto terminaría, su horario seguía siendo el mismo ya que la nueva chica empezaba a trabajar la próxima semana. Eran las 6 de la tarde, solo una hora para cerrar y la cafeteria estaba casi desierta, cosa que no la asombro ya que llovia como si se fuera a caer el cielo, pensó unas cuantas veces llamar a Nicolas para que la viniera a buscar pero pensó que eso mataria el misterio de hablar con él el Sabado. Se reprendió mentalmente por ser tan infantil, iba a agarrarse un resfriado por no querer matar el misterio, pero solo eran dos cuadras hasta su casa asi que no pensaba llamarlo.

Escucho el ruido de la puerta cerrarse. Agarro la libreta para anotar el pedido y se dio vuelta para caminar hasta el cliente. Casi se cae de culo. El morocho de la otra vez estaba sentado en una mesa sentado, con una gran sonrisa y con gotitas que le caían del pelo mojado. Otra vez se enojo consigo misma por fijarse en un idiota y camino seria y decidida a tomar su pedido.

-¿Qué vas a querer?- Pregunto con desgano-

-Una charla con la camarera, ¿Hay de eso?- Pregunto burlon

-No. Solo comida- Dijo revoliando los ojos

-¿Y si me la quiero comer?- Dijo sonriendo malévolamente

-¿Y si te pateo en las pelotas?- Pregunto fingiendo emoción

El se hecho a reir y luego se paro para sostener la silla para que se sentara.

-Estoy trabajando- Respondio de nuevo seria-

-Puedo ver que este lugar esta a punto de estallar- Dijo sarcástico-

-Sabes que si…- Dijo retirándose

-¡Camarera!-

-¡¿Qué?!- Dijo dándose vuelta bruscamente

-No se le grita a los clientes- Dijo sonriendo con suficiencia- Quiero un té negro, tibio por favor- Agregó mirando su celular-

Anna chirriando los dientes entro en la cocina y le preparo su te con agua perfectamente hirviendo. Sonrio con maldad y se lo llevo.

-Puede estar un poco frio- Dijo inocentemente

El miro la taza por un rato y luego la miro a ella y sonrio una vez con esa sonrisa de suficiencia de “Soy genial y me llevo a todo el mundo por delante” que tanto le molestaba a Anna.

-Gracias bebe, sabes que amo el te hirviendo- Dijo tomando un sorvo tranquilamente. Anna incluso le impresiono que no le quemara un poco –La psicología inversa funciona muy bien con vos- Dijo burlándose

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