-Tío Frank!-Salte del primer escalón para abrazarlo.
-Cuanto tiempo a pasado sin verte querida, has crecido.
-Creo que podría decir lo mismo de usted. Los años no le han perdonado.
-Que va, me he vuelto viejo en la carne pero sigo teniendo el mismo espíritu joven.-dijo irguiéndose un poco mas.
-Ja, de eso no tengo la menor duda. Venga sentemos junto al fuego, ahora le preparo una taza de jengibre.
El tío Frank, el mayor aventurero de la familia después de su padre, siempre dispuesto para cualquier locura que implicara arriesgar su vida. Había pasado un año y medio sin verlo, y no esperaba verlo hasta el próximo año. Tenia curiosidad de que lo había hecho venir a verme antes de lo esperado. Seguramente estaba cansado o se sentía enfermo, pero me daba la impresión de que se trataba de otros asuntos, o deberás vino a llevarme consigo a una de sus aventuras?
Ya le podía escuchar parloteando desde el otro salón sobre la antigüedad de la mansión donde estábamos, y como su bisabuelo Franklin Kafka se la había comprado a un pobre viejo solo y sin herencia quien la poseyera. La mansión era verdaderamente hermosa, intimidante para el que entrara por primera vez dada a la antigüedad de la mayoría de los muebles, y los cuadros enormes que colgaban en las paredes, y las esculturas que parecían esconderse en las esquinas, y los altos ventanales con cortinas color vino colgando al lado de cada una, bueno se podría decir que se veía hasta un poco escalofriante pero no para mi, y mucho menos para el tío Frank. No había rincón u escondite de la casa que no conociera. A pesar de su apariencia antigua y escalofriante, había algo acogedoramente misterioso en ella, algo que mis tatarabuelos construyeron en el ambiente y sus hijos mantuvieron a pesar de las tragedias que ocurrieron mas adelante...
-Evangeline, donde esta Albert? es increíble que aun siga vivo.-dijo entre una risa tosca.
- Lo se, aveces pienso que es inmortal, pero creo que salio al mercado a traer la cena-dije situando una taza de un humeante té de jengibre en sus manos. Me acomode en el sillón frente a el tomando mi taza de té.
-Ese buen hombre. Y cuéntame querida, que tal van tus historias?-preguntó dando un pequeño sorbo a su té.
-Nada bien. No son tan fascinantes como alguna vez lo fueron. Siento como que si la adultes me hubiese robado la imaginación volátil que de niña poseía.
-Pamplinas querida-dijo dando un largo sorbo- tu imaginación sigue ahí escondida esperando que la evoquen. Necesitas algo con que activarla, algo nuevo, algo que despierte tu propia curiosidad y que te envite a formar parte de el mismo.
-Wow, que profundo-tomé un sorbo- pues dime querido que podría ser eso tan fascinantemente misterioso que hará mi imaginación despertar nuevamente.
-Antes de tomar la desicion de venir a Brighmton querida,- empezó después de un largo sorbo de té y servirse otro poco mas- estuve en una expedicion con los señores Sturla y su hijo Matthew en las afueras de Bertonia. Los lugareños, que muy amables, nos contaron una vieja historia sobre las primaras tribus que vivieron en aquellas tierras. Es una historia trágica de amor, te advierto. Cuenta la historia que una bella princesa de la tribu Taleki llamada Tara, se había enamorado del dios de la tierra que a menudo la visitaba en los bosque. Mohir, dios de la tierra, le llevaba una flor de lavanda en todas sus visitas como muestra de su amor por ella. Juntos construyeron un hermoso jardín e hicieron pacto con sangre de que se amarían hasta la muerte. Tara quedo embaraza, y su padre se entero de su romance con el dios. El padre estaba enfurecido con los dioses y como venganza sacrificaría a la criatura que crecía en el vientre de su hija a los nueve meses. La princesa enterada muy tarde del terrible plan de su padre, había sido retenida por su padre hasta la fecha indicada del sacrificio. Ella llamaba a su amado día y noche sin parar, pero su padre se había encargado de tatuarle un encantamiento que impediría que el dios la encontrara por mas que la escuchara dar voces. El sacrificio se llevo acabo y la criatura murió al igual que Tara. Tan despiadado había sido el sacrificio que no aguanto el dolor. Su cuerpo fue enterrado en el bosque junto con la cría y sus joyas y amuletos sagrados; se dice que sus cuerpos nunca se descompusieron si no que se cristalizaron, porque la tierra y sus seres vivientes rehusaron a tocarlos, mas bien los protegieron, y enzima del tumba hicieron crecer flores de lavanda que mas tarde se expandieron por todos los alrededores de ese bosque. Con relación a Mohir dios de la tierra, se dice que se volvió loco porque a pesar de que su amada ya no estaba, aun podía escuchar su dulce y frágil voz llamándole por su nombre, y el sin saber donde encontrarla. Así que se escondió en el jardín que juntos habían construido momificándose en un árbol de roble.
Hubo un silencio fantasmal después del relato del tío Frank, que fue interrumpido por la apresurada llegada de Albert el mayordomo.
-Mis mayores disculpas, señorita y señor Kafka. Había tremendo tumulto en el mercado dado a las rebajas de vegetal. En una hora su cena estará lista. Señor Kafka es bueno tenerle de vuelta.
-Gracias Albert, luego platicaremos un poco sobre lo que ha estado aconteciendo en este tiesto de pueblo, no te quito mas tiempo.
-Que así se señor,me retiro.-dijo apresurándose a la cocina.
-Y bien?-dirigiéndome la palabra- que te parece si entramos en detalles durante la cena? me gustaría ver mi habitación y relajarme con un buen baño caliente.
-Por su puesto tío, sigame y le muestro su aposento.-Ahora tenia un montón de preguntas que hacerle y esperaba que fueran respondidas durante la cena.
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Hola a todos! Esta es mi primera vez escribiendo una historia, así que me gustaría escuchar sus comentarios al respecto. Espero que durante el desarrollo de la historia puedan adentrarse a la aventura que vendrá continuación y disfrutar de la misma. Saludos!
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Evangeline
AdventureAlgunas veces el lugar en el cual estas acostumbrado a estar no es donde perteneces. Tu perteneces a donde quieras estar. Donde esta ese lugar para ti?- Queen of Katwe